Llega el verano y, con él, la posibilidad de apuntarnos a un curso de buceo recreativo para vivir una experiencia diferente, que nos proporcione esa sensación de adrenalina que tanto añoramos. Antes de iniciarnos en esta práctica, al igual que sucede en otras disciplinas deportivas, debemos aportar un certificado médico. Este requerimiento suele despertar dudas entre candidatos aparentemente sanos, que se preguntan si realmente es necesario pasar por este proceso. Con el objetivo de resolver las dudas que se plantean al respecto, el Dr. Diego Aguiar, especialista en Medicina Subacuática e Hiperbárica, nos explica por qué este paso es tan necesario.
En efecto, el buceo posee una serie de características especiales que lo diferencian de otras actividades físicas. Concretamente, el hecho de someternos a presión mientras respiramos aire u otras mezclas gaseosas en un entorno acuático pone a prueba a gran parte de nuestros sistemas orgánicos y, por supuesto, requiere del buen funcionamiento de estos. Asimismo, algunas patologías que quizá no se hayan manifestado antes, ni tan siquiera realizando otro tipo de deportes, podrían ser una contraindicación para el buceo. Una perforación en la membrana timpánica, por ejemplo, haría saltar las alarmas de los médicos.
Otras enfermedades, como la diabetes o el asma, deben ser cuidadosamente valoradas por un especialista en Medicina Subacuática, que determinará si la persona puede practicar buceo sin incurrir en peligros innecesarios y aconsejará sobre la mejor manera de proceder para que los riesgos sean mínimos. Aunque la ley que regula los reconocimientos médicos a buceadores data de 1997, es en la última década cuando se ha hecho más énfasis en su cumplimiento, hasta el punto en el que se ha llegado a impedir la entrada de buceadores a parques naturales o se ha eximido de responsabilidad a las compañías de seguro de buceo si los usuarios no cuentan con un certificado médico en vigor.
LA IMPORTANCIA DE UN RECONOCIMIENTO POR UN MÉDICO HIPERBÁRICO
Este mecanismo podría prevenir parte de los accidentes relacionados con este deporte, que cada año se cobran más de veinte muertes en España. El reconocimiento debe repetirse cada dos años, en el caso de los buceadores deportivos, o anualmente, cuando se trata de profesionales. La revisión debe llevarse a cabo por un doctor especializado en Medicina Hiperbárica, tal y como lo recoge una orden ministerial publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en 1997. Estos especialistas son los únicos que están legalmente facultados para realizar esta labor y tienen la cualificación necesaria para identificar posibles riesgos o contraindicaciones que desaconsejarían la práctica de esta actividad.
¿EN QUÉ CONSISTE EL RECONOCIMIENTO?
Si está apunto de apuntarse a un curso de buceo y requiere de un certificado, debe saber que el proceso para obtenerlo es muy sencillo. Inicialmente, se le realizará un cuestionario de salud. Posteriormente, un médico revisará sus respuestas y profundizará en aquellos aspectos que considere necesarios según sus antecedentes. Para terminar, el especialista le practicará una exploración física general, poniendo especial énfasis al sistema neurológico, a los aparatos cardiovascular y respiratorio y al área otorrinolaringológica, por su especial implicación fisiológica en el buceo.
Ante el gran desconocimiento sobre el número de fallecidos en accidentes de buceo y la falta de prevención en esta materia, se hace más necesario que nunca reivindicar la importancia de un instrumento médico crucial para garantizar la seguridad de los deportistas acuáticos. Fruto de esa preocupación, el presidente de la Federación Navarra de Actividades Subacuáticas (FNDAS), Miguel Carabantes, e Irene Puyada, gerente de Oxien Medicina Hiperbárica han firmado un acuerdo de colaboración. Mediante este convenio, las dos entidades se comprometen a promover y difundir la importancia de la prevención en pro de la salud entre los amantes del buceo.
TRATAMIENTO HIPERBÁRICO
Oxien es el primer y único centro de rehabilitación hiperbárica de Navarra avalado por la Sociedad Española de Medicina Hiperbárica (SEMH). La clínica está ubicada en el Edificio Policlínica Artica y, además de realizar reconocimientos médicos para actividades subacuáticas, recomienda el tratamiento hiperbárico para las siguientes patologías:
- Padecimientos neurológicos, como migrañas, enfermedades cerebrovasculares y otras afecciones que precisen tratamientos ligados a la neurorrehabilitación.
- Fibromialgia y síndrome de fatiga crónica.
- Enfermedades vasculares periféricas, como pie diabético, úlceras y heridas de difícil cicatrización.
- Lesiones deportivas y tratamientos para optimizar el rendimiento físico.
- Lesiones odontológicas, como la osteonecrosis mandibular.
- Intoxicación por monóxido de carbono.
- Secuelas del Covid-19.