El proyecto Oivina ha concluido con éxito. Los datos obtenidos y expuestos en la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (Olite) corroboran que la herramienta desarrollada desde mayo de 2021 para la detección temprana de la plaga de oídio funciona. En la iniciativa, liderada por Pagos de Araiz (Masaveu Bodegas), también participaron como socios Bodega Otazu, el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente-Sección de Viticultura y Enología, Bodega Cirbonera y UAGN.
Según informó el equipo de la iniciativa, la jornada comenzó de la mano de Jesús Astrain, técnico de viticultura de Pagos de Araiz, que explicó la idea del proyecto a los asistentes. “Las cinco entidades que participamos realizamos la toma de datos en cinco áreas geográficas colocando estaciones climáticas”, detalló. A continuación, Nicolás Molina y Samuel Martínez, ingenieros agrónomos de Cesens, especificaron las funcionalidades de la herramienta desarrollada.
Los objetivos marcados apuntaban a la obtención de un dispositivo adaptado a cada localización y capaz de realizar una predicción sostenible del oídio, causado por el hongo uncinula necator. Este “puede producir importantes pérdidas de cosecha e impactos económicos en las bodegas”.
La plaga del oídio está causada por el hongo uncinula necator
“Hemos partido de un modelo de la Universidad de California ajustándolo a los parámetros de Navarra. De esta forma, logramos obtener datos predictivos de la plaga. Solo quedaría probar la herramienta durante más tiempo, en más campañas, para obtener más información y más precisa, que permita hacer comparaciones más reales”, indicaron.
Acto seguido, tuvo lugar la mesa redonda ‘Prácticas de viticultura sostenible’, moderada por el gerente de UAGN, Iñaki Mendioroz. En ella intervinieron Nazareth Torres, investigadora de la UPNA; Félix Cibrirain, de Evena; Aitziber Larrea, de Bodega Otazu; y Astrain, de Bodegas Pagos de Araiz.
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