Lagos artificiales de agua dulce cercados por palmeras, que desembocan en playas privadas de arenas blancas; comedores con buffets kilométricos, donde la vista se pierde entre más manjares de los que uno es capaz de engullir; spas que se convierten en remansos de paz contra el estrés y las preocupaciones cotidianas; camas gigantes, donde hasta resulta posible dar volteretas sin rozar a quien duerme al lado… Cuando uno pronuncia las seis letras de su marca, tiende a teletransportarse con la imaginación a hoteles de ensueño, en los que el mero hecho de estar es en sí toda una experiencia…
114 países, cerca de 6.000 hoteles ya construidos y otros 2.400 proyectados, alrededor de un millón de habitaciones disponibles y 365.000 que lo harán en unos tres o cinco años, más de 400.000 empleados… Sus cifras marean. Incluso si alguien nos pregunta cuál es el primer nombre de una cadena hotelera que nos viene a la cabeza, seguro que muchos de nosotros responderá Hilton sin dudarlo. Hoy es la segunda del mundo en número de habitaciones, solo por detrás de Marriot.
Pero su prestigio llegó a ser tal que durante años permaneció varada en la autocomplacencia, como admitió en 2019, año en que el grupo cumplió un siglo de historia, su presidente, Christopher Nassetta. Tras sufrir duramente los avatares de la crisis y ver en riesgo su futuro, Hilton volvió a cotizar en bolsa en 2013. Y en 2018, sus ingresos crecieron un 9,5 %, hasta alcanzar los 8.906 millones de dólares (7.890 millones de euros). Eso sí, los beneficios netos cayeron un 29,5 % y se quedaron en 1.084 millones de dólares (961 millones de euros). La compañía justificó esa bajada tan notoria por la expansión de sus marcas de lujo.
Pero atrás quedaron los años en que solo las personas de muy alto poder adquisitivo podían acceder al universo de confort que ofrece la cadena. Precisamente, la clase media guía la estrategia actual de la firma, que se ha diversificado en diecisiete marcas distintas, cada una con sus matices y particularidades, para que el bienestar no esté solo al alcance de unos pocos. Aunque Hilton no compite por tener los hoteles más baratos dentro de su segmento, sino los más especiales. Es ahí donde basa su fórmula para intentar perdurar otros cien años más.
Y es así como surge el primer Hilton de Navarra. Porque el grupo promotor del Hotel Palacio de Arozteguia, integrado por personas del valle de Baztan, y la compañía estadounidense llegaron a un acuerdo de franquicia por el cual el futuro hotel, ubicado en Lekaroz, pasará a formar parte de la red internacional de Curio Collection by Hilton. Establecimientos que se caracterizan, según apuntan desde ambas organizaciones, por ser “cuidadosamente seleccionados gracias a su carácter único y su personalidad”. Cada uno se define a sí mismo y es “completamente distinto de los demás”.
Es decir, será un hotel de autor, pero con el misticismo de una firma global, arraigada en el imaginario colectivo. Salvador Urbistondo, representante del hotel, defiende que el “proyecto va más allá de un proyecto hotelero”, ya que “se trata de una iniciativa comprometida con el desarrollo local del valle y de Navarra, con su presente y futuro”.
Patrick Fitzgibbon, vicepresidente sénior de Desarrollo de Hilton en Europa, Oriente Medio y África, también muestra su satisfacción: “Tenemos diecisiete propiedades Curio Collection operando actualmente en Europa y un mandato para aumentar la cartera. La incorporación del Palacio de Arozteguia Baztan en Lekaroz señala nuestra expansión en el norte de España”.
Carlos Miró, director de Desarrollo para España y Portugal de Hilton, incide en la importancia de Arozteguia para su grupo y ansía participar en la rehabilitación de un edificio del siglo XIV, de gran relevancia arquitectónica. “Es una propiedad única. Confiamos en que nuestros huéspedes de todo el mundo estarán encantados de alojarse en él y tendrán la oportunidad de explorar este asombroso hotel, así como la notable belleza de la región de Navarra y todo lo que tiene para ofrecer”, afirma.
La marca Curio Collection by Hilton se caracteriza por sus hoteles singulares.
Desde que Curio Collection inaugurara su primer establecimiento en España, su catálogo de hoteles se ha expandido a lo largo de la costa Mediterránea . Ahora, Palacio de Arozteguia Baztan se une a Higueron Hotel Málaga, Casa Alberola Alicante, Gran Hotel Montesol Ibiza y Alexandra Barcelona Hotel.
UN EDIFICIO DE GRAN VALOR ARQUITECTÓNICO
El edificio que albergará el futuro hotel en Lekaroz es un palacio de cabo de armería del siglo XIV, uno de los doce más antiguos del valle de Baztan. Su apertura está prevista para antes de finales de 2022, después de la rehabilitación del edificio original. Albergará 126 habitaciones y suites, un espacio gastronómico, bar y terrazas al aire libre. También incluirá salas de reuniones y un centro de negocios, así como una zona fitness, una piscina exterior y una zona spa-wellness.
Se encuentra en una finca de 43,5 hectáreas, en plena naturaleza, en el corazón del valle. Y goza de una ubicación estratégica gracias a su proximidad y a las buenas comunicaciones terrestres y aéreas con Pamplona, País Vasco, La Rioja y el sur de Francia, así como con las principales ciudades europeas.
Habrá que esperar un par de años para pasear por esos jardines empedrados que aportan distinción y señorío al palacio. Dos años para que la impronta de la cadena Hilton convierta al hotel en un rincón donde sentarse a contemplar el mundo, sin más pretensión que la de envolverse en la singular naturaleza baztanesa, hogar de mitos, leyendas y paisajes de postal.