ACR Grupo y la Universidad de Navarra (UNAV) han enviado un prototipo de fachada industrializada a la Antártida para testar, en las condiciones climáticas adversas, un novedoso sistema de calefacción y refrigeración que llevan investigando desde el año 2016.
A la presentación de sus resultados han acudido César Martín-Gómez, investigador responsable del proyecto y profesor de la Escuela de Arquitectura de la Unav; Eduardo Domingo, director de desarrollo de la Escuela de Arquitectura; y Jesús Alonso, director de innovación en ACR. Alonso ha explicado que este es un ejemplo de cómo hay que “conjugar el mundo académico con el empresarial” y ha destacado la importancia del “contacto con las universidades” a la hora de desarrollar proyectos.
PROYECTO IACTIV2
Este prototipo se encuentra dentro del proyecto iACTIV2 en el que han estado trabajando la universidad con el grupo de construcción. El proyecto está financiado por el Gobierno de Navarra mediante fondos Feder de la Unión Europea. El presupuesto global del proyecto asciende a más de 310.000 euros.
La base antártica española Gabriel de Castilla ha sido la encargada de recoger durante los últimos meses la información sobre el funcionamiento de la fachada. Se trata de la primera vez que se prueba un prototipo de estas características en condiciones tan complejas como las existentes en la Antártida.
El proyecto, cuyo objetivo es buscar una nueva alternativa sostenible para la climatización de edificios de consumo casi nulo, permite unir calefacción y refrigeración en un ecosistema que elimina las emisiones de CO2 asociadas a combustibles fósiles, así como el uso de fluidos refrigerantes utilizando solo energía fotovoltaica renovable, todo ello gracias a las propiedades de la termoelectricidad.
El objetivo es buscar una nueva alternativa sostenible para la climatización de edificios de consumo casi nulo.
Se han elaborado dos cajas gemelas que emulan a escala una habitación. Una de ellas es la que ha viajado mientras que la otra se ha quedado en la universidad para poder coordinarse a la hora de solucionar un problema a distancia, mostrando cómo se arreglaba en la de aquí. El objetivo es hacer una fachada activa en la que con células peltier se use la electricidad para calentar y enfriar. Estas estarán conectadas a paneles fotovoltaicos que se encuentren en la fachada.
EL MERCADO
El prototipo enviado a la Antártida se ha preparado ad hoc para este objetivo, adaptando su tamaño en las condiciones en que debía ser transportado e instalado. Martín-Gómez explica que esto les ha llevado a hacerlo “mucho más robusto, mucho más duro y mucho más fiable”; además, de estar adaptado a gente que no ha trabajado en el proyecto. Ahora quieren probarlo en Israel para testarlo en una condición extrema de calor.
Alonso declara que quieren “llevar la solución al mercado” y que el “haberlo probado en condiciones extremas va a llevar a que la gente quiera utilizar esta nueva tecnología”, gracias al apoyo y la seguridad que esto demuestra
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