La industria desempeña un papel fundamental a la hora de apoyar el crecimiento económico y la prosperidad de Europa. La industria europea es líder mundial en muchos sectores, que representan el 20 % del valor añadido total de la Unión Europea.
En marzo de 2019, el Consejo Europeo instó a adoptar una estrategia para una política industrial de la UE que fuese global, a largo plazo y reforzase el mercado único. Por este motivo, actualmente en el Parlamento Europeo se está debatiendo y construyendo la nueva Estrategia Industrial con el objetivo de ayudar a la industria europea a realizar la doble transición hacia la neutralidad climática y el liderazgo digital. Con esta estrategia, se pretende también estimular la competitividad de Europa y su autonomía en este momento tan crucial.
Está claro que la crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades de nuestra industria, pero si tomamos las decisiones adecuadas, esta puede salir reforzada de la crisis, siendo más competitiva y desarrollando el liderazgo en sectores estratégicos especialmente en los que tiene un mayor valor añadido y aquellos que contribuyen a alcanzar las prioridades políticas de la Unión, como la soberanía digital.
“El COVID-19 ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades de nuestra industria, pero si tomamos las decisiones adecuadas, puede salir reforzada de la crisis”.
Alrededor de 36 millones de puestos de trabajo están directamente vinculados a la industria europea, por lo que es de vital importancia que aprendamos de esta crisis. Necesitamos reforzar nuestras cadenas de valor, mejorar la digitalización de nuestra industria y contar con flujos de datos asequibles y seguros lo que reducirá nuestra dependencia y ayudará a mantener el liderazgo industrial de Europa.
ALGUNAS PRIORIDADES CLAVE
Por ello, la nueva Estrategia industrial europea está orientada a cumplir tres prioridades clave: mantener la competitividad global de la industria europea y la igualdad de condiciones, tanto dentro de la UE como a nivel mundial, hacer que Europa llegue a ser climáticamente neutra de aquí a 2050 y configurar el futuro digital de Europa.
“Necesitamos reforzar nuestras cadenas de valor, mejorar la digitalización de nuestra industria y contar con flujos de datos asequibles y seguros para reducir nuestra dependencia y mantener el liderazgo industrial de Europa”.
Estos objetivos solo se cumplirán si se plantean medidas tales como apoyar a las PYMES y empresas emergentes, avanzar hacia una sociedad basada en datos, estimular la innovación y la transformación, beneficiar y proteger a los consumidores y sus derechos, abarcar todo el potencial de la digitalización, favorecer el comercio internacional sostenible, tratar de lograr la descarbonización total, abordar las consecuencias de la pandemia, asentar las bases de un futuro común sostenible, garantizar la inclusión social, beneficiar los trabajadores y reforzar el diálogo social en todos los territorios europeos.
Como miembro del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, considero que la nueva política industrial europea debe promover una industrialización inclusiva y sostenible, que aumente de forma significativa la cuota de empleo y bienestar. Debemos apostar por la neutralidad climática, la sostenibilidad, la innovación y competitividad y esforzarnos por conseguir la inclusión social sin dejar atrás a ningún trabajador o región.
Adriana Maldonado
Eurodiputada socialista