España está sumida en la crisis por el Covid-19, y son numerosos los aspectos de las costumbres mediterráneas que la ‘nueva’ normalidad puso en entredicho. Uno de ellos es cenar tarde. Se ha demostrado en numerosos estudios que comer por lo menos dos horas antes de dormir puede traer grandes beneficios a la salud. Dormir mejor, adelgazar, tener más energía y un mejor humor son solo algunos de ellos.
A este respecto, Bodega de los Secretos, un restaurante madrileño, explica algunas bondades que traen las cenas ligeras, proteicas y sin gran carga glucémica cuando se consumen temprano.
- Contra el insomnio. España es uno de los países que sufre una mayor tasa de insomnio. Según la Sociedad Española del Sueño, aproximadamente un tercio de la población sufre de insomnio cuando
se consideran tan solo los síntomas nocturnos, que son una dificultad para adormecerse o mantenerse dormido. Esto, en parte, está relacionado con acostarse con el estómago muy lleno. También un sueño correcto, estable, saludable y reparador forma parte de una dieta equilibrada. Hay alimentos o sustancias que alteran el sueño y otros que pueden llegar a ser beneficiosos. La composición del alimento y su hora de ingesta intervienen en la sincronización entre el sueño y la vigilia, según varios estudios. - Para estar en forma. Por la noche es más complicado procesar los alimentos, sobre todo los ricos en carbohidratos. Cuando se cena más tarde, es lógico pensar en una cena abundante. Al adelantar la ingesta, el cuerpo se mantiene activo durante todo el día para poder cenar a una hora adecuada. El metabolismo activado y una dieta saludable permitirán acabar con los kilos de más de forma mucho más rápida y eficiente
- Mejora la sensibilidad a la insulina. Adelantando la cena, se evita estar picando entre horas por la tarde. La alimentación en función de la luz del día y restringir la ingesta de alimentos por la noche, lo que ya se conoce como ‘crononutrición’, puede ayudar a controlar el peso porque se procesan mejor los alimentos. Además, no se depositan en forma de grasa porque las hormonas implicadas en el control de azúcar y grasa están menos activas por la noche. Por lo tanto, cenar antes de que esas funciones empiecen a ralentizarse puede ayudar a controlar el peso.
- Beneficia la presión sanguínea. Cenar tarde no solo está asociado con un aumento del peso corporal, sino también con una subida de la presión sanguínea, independientemente de la comida que se consuma. Cuando la presión sanguínea es alta aumenta el riesgo coronario, se debilitan los riñones, se daña el cerebro, la vista y la circulación en las piernas.
- Efecto positivo en el metabolismo. Consumir la cena más tarde podría estar relacionado con un mayor riesgo de sufrir síndrome metabólico, que puede agravar afecciones cardiacas o la diabetes, entre otros. Adelantar la cena reduce este riesgo, ofreciendo numerosos beneficios para la salud.
Pero hay que apuntar a la entre las mejores costumbres europeas sin desechar las propias de España. Una buena opción dentro de las posibilidades es cenar un plato de verduras, crema o sopa, acompañado de una ración de proteína animal. Por lo demás, unos alimentos tradicionales en la dieta mediterránea, por lo que se puede afirmar, sin lugar a dudas, que el país está más que preparado para dar este salto en salud nutritiva.