Te guste o no, la Navidad es el período en el que más nos transformamos por dentro y por fuera. En cuanto a la apariencia exterior todo se convierte en luz y color. Las calles y los escaparates, principalmente. Por su parte, en nuestro interior estamos ante las fechas propicias para hacer un profundo examen de nuestra conciencia, analizar lo que ha sido el año, qué ha ido bien y qué no y, sobre todo, hacer propósito de enmienda y plantearse nuevos retos ilusionantes para recibir el nuevo año con fuerzas y esperanzas renovadas.
Estamos, por lo tanto, ante un momento ideal para dejar fluir nuestros mejores sentimientos de paz, concordia, alegría y, sobre todo, amor. Tanto por uno mismo como por los demás. Así que, imbuidos de nuestro particular espíritu navideño, podemos proclamar a los cuatro vientos la buena nueva que muchos de nuestros solitarios o solitarias favoritos llevaban esperando hace tanto tiempo. Porque, efectivamente, chicos y chicas, la Navidad es una época tan buena para buscar y encontrar el amor como lo es, por ejemplo, el 14 de febrero o el principio del verano.
¿Y qué tenemos que hacer para ser atravesados por las flechas del amor? En primer lugar, dejarse llevar por el optimismo imperante y no tener en cuenta pequeñas minucias que no vienen al caso, tipo aspecto físico o poder adquisitivo. Nada. Cuando lo que buscamos es el amor verdadero, no nos podemos quedar a la luna de Valencia. Nuestra estrategia debe ser ganadora y debe llegar hasta el final. El objetivo lo merece y para ello, nada mejor que seguir las siguientes recomendaciones que nos brinda Aurelio Conde, especialista en el ámbito de las relaciones personales:
Mantener la calma dentro de una actitud positiva. Roma no se hizo en un día. Hay que optimizar los esfuerzos. Si te repites todos los días que no te gustan estas fechas, que quieres que pasen y todo te molesta, gastas energía inútilmente. Guarda esa energía y busca la parte positiva. Hay muchos días de fiesta y compromisos, pero también hay días de descanso y, además, ¡aprovecha! La gente que te rodea en estas fechas suele estar más alegre y abierta. Por ahí puede haber una oportunidad para el amor verdadero.
Hazte un cambio de imagen. Navidad es la época del año perfecta para estrenar look, renovar vestuario. ¡Anímate y podrás comprobar en primera persona cómo dejar de hacer lo que siempre hacías puede tener consecuencias muy positivas. ¿Por qué no pedir las cosas con un “gracias”, por ejemplo?
Darse un capricho. Hazte tu propio aguinaldo, regalo de Navidad o “porque yo lo valgo”. Las opciones son tan interesantes y variadas que pueden ir desde una tarde de spa en un circuito termal hasta un masaje o llamar a viejos amigos o a esa persona tan especial de entonces y de la que hace tiempo que no sabes nada. ¿A quién no le gusta algo así?
Dedícate tiempo. Como tenemos más días de descanso y las jornadas o el ritmo de trabajo son más cortas, puedes pensar en lo que realmente te gusta y muchas veces no puedes hacer. Hablamos de visitar exposiciones, leer sin mirar el reloj, compartir tu serie favorita, pasear apreciando tu ciudad…
Vive el presente. No compares esta Navidad con otras que hayas pasado en pareja u otras en que te sentías más feliz. Tampoco intentes pensar cómo serían si estuvieras en otra situación sentimental porque tendemos a idealizar el pasado y nuestra imaginación puede jugarnos una mala pasada. Al contrario, piensa que la vida es cíclica y ahora tienes que saber disfrutar de la situación actual para que vengan cosas mejores, que las hay. Ya sabes. Como se suele decir en estos casos, “siempre hay tiempo para iniciar una nueva aventura”.
Viaja. Si se puede ir acompañado, además, mucho mejor. Porque al estar fuera de nuestro entorno no hay nada que nos recuerde nuestro día a día y todo lo que se construye es nuevo. Aparte de conocer una nueva ciudad y enriquecernos culturalmente.
Sé activo. Apúntate a las cenas, comidas con tus amigos, cenas de gimnasio, compañeros de trabajo… o a cualquier plan que te propongan. Piensa que es la única manera de conocer gente nueva y diferente. ¡Déjate llevar!
Sonríe y toma la iniciativa. Acuérdate de reír y estar alegre. Y si tu entorno no te propone planes, hazlo tú. Propón una salida para tomar algo, un cine, un teatro y, si te atreves, una fiesta en tu casa sería genial, ya que eso te llenará de energía.
Referido a esto último, hay una variante. Y es que también te puedes apuntar a actividades o iniciarte en nuevos hobbies. Seguro que te sorprenderán, divertirán y, además, son una forma de conocer a gente que siente, piensa o está en tu misma situación.
En fin, ahora que ya tienes un amplio abanico de propuestas para buscar el amor verdadero, solo nos queda añadir una reflexión final. Como la que nos dejó el mítico Leonard Cohen cuando dejó escrito que “el amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males”. Por un nuevo año lleno de salud y, claro está, de mucho amor del bueno.