sábado, 20 abril 2024

Armonía en rubia

Una terraza al borde de la playa. El aperitivo de los domingos. La cerveza siempre ha estado vinculada a momentos 'mágicos'. Pero los tiempos cambian y ahora lo que se lleva es aprovechar las variantes en acidez y sabor que ofrece esta bebida como elemento de maridaje de nuestra rica gastronomía. Nosotros lo hemos hecho con un experto sumiller ¿Te animas a probar tú también?


Irún - 1 junio, 2019 - 05:40

Edgard Rodríguez, sommelier especializado en cervezas del restaurante Racó d'en Cesc en Basquisite. (Fotos: Víctor Rodrigo)

Algunos sitúan el origen de la cerveza en el Antiguo Egipto. Por lo tanto, estamos ante una bebida que siempre nos ha acompañado, primero como alimento, y posteriormente como compañera inseparable de momentos únicos relacionados con fiesta, alegría, amistad…

Es por ello que no podamos imaginarnos el momento aperitivo, el partido de fútbol con los amigos o la terraza del veraneo junto a la playa sin contar con la presencia al lado de ‘nuestra entrañable compañera’. Sin embargo, sus propias características en cuanto a grados de alcohol, acidez, cuerpo y sabor han hecho que los que saben de esto hayan reparado en las variaciones que una buena cerveza puede aportar a la hora de maridar con un menú degustación.

Se trata de una tendencia muy reciente, pero la realidad nos indica que está en alza y llega cada vez a más gente puesto que quienes lo han probado no solo han querido repetir sino que, además, han querido buscar más y más combinaciones. Precisamente, hemos aprovechado la celebración de Basquisite, en el recinto Ficoba (Irún), para quedar con uno de estos estudiosos de este nuevo fenóemo. Se trata de Edgard Rodríguez, sommelier especializado en cervezas del restaurante Racó d’en Cesc, establecimiento barcelonés que desde hace más de 8 años se ha enfocado hacia el ámbito cervecero y cuenta con más de 160 referencias distintas para proponer maridajes que van desde el primer plato hasta los postres. cerveza-artesana-pagoa

De ahí que le hemos querido poner a prueba y le hemos pedido que nos ofrezca una alternativa clásica, otra más atrevida y una relacionada con los postres, que muestran, como dice nuestro experto, que «la cultura de la cerveza no es una moda pasajera sino que ha llegado para quedarse».

Así, por ejemplo, para la variante clásica, Rodríguez nos propone un huevo hecho a baja temperatura con rúcula, aceite de trufa, crema de patata y un poquito de panceta hecha al horno. «El maridaje lo utilizamos con una Weißbier (cerveza blanca) clásica alemana que aporta la suficiente carbonatación y frescor para poder eliminar la yema del huevo y, al mismo tiempo, es tan sutil que puede acompañar el aroma de la trufa de una manera mucho más equilibrada», afirma. cerveza-artesana-pilgrims

Su opción más atrevida consiste en diversas combinaciones entre picantes y cervezas amargas con las que «conseguimos que el picante desapareciese mediante el uso de cervezas que son mucho más amargas de lo normal. Es cierto que al cliente le chocaba al principio mucho esa combinación. Sin embargo, le sorprendió y le gustó tanto que hoy casi es un imprescindible para nosotros».

Finalmente, están los postres donde Rodríguez se debate entre una propuesta más tradicional compuesta por la perfecta unión entre un coulant de chocolate y una Imperial Stout frente a una más rompedora vinculada con los postres de fruta como, por ejemplo, una mousse de manzana a la que se puede acompañar con cervezas Weißbier que, según apunta, «representan un maridaje mucho más fresco con vistas al verano que ya tenemos encima».

Conocer estos nuevos usos que se le están dando a ‘nuestra entrañable cerveza’ no solo nos ha hecho reconciliarnos un poquito más con ella, sino que nos ha llevado a unirnos a esa magnífica reflexión que expresó el inconmensurable Jack Nicholson cuando afirmó: «La cerveza es la mejor maldita bebida del mundo». cerveza-artesana-zurito

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