El magnate Elon Musk apuntó recientemente en sus redes sociales que, de construir una planta solar masiva, España podría dar energía a toda Europa. Aunque esta idea no es factible en la actualidad, el potencial fotovoltaico del país parece estar de moda. De hecho, en 2021 se instalaron más de 1.200 megavatios (MW) de nueva potencia fotovoltaica para autoconsumo, un incremento del 102 % respecto a 2020, según datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
Esta tendencia es extrapolable a Navarra. Según el registro de sistemas de autoconsumo del Gobierno foral, la región sumó durante el pasado ejercicio unos 23,24 MW, cifra que duplica la potencia instalada en la región durante 2020 (12,2 MW). De esta forma, acumula en la actualidad 65 MW de potencia, de los que el sector industrial concentra el 52,3 % (34 MW). Y esas cifras seguirán aumentando en las siguientes décadas porque, más allá de ser el principal caballo de batalla para descarbonizar las sociedades, el autoconsumo se ha convertido también en una medida para aumentar la competitividad de las empresas.
“En Navarra, estos sistemas experimentarán crecimientos fuertes durante los próximos tres años y, después, llegará a una fase de madurez que durará otros dos años. Podemos ligar esta situación a los objetivos de las propias administraciones para 2030, año en el que un tercio de la energía que se produce en el país tiene que ser de origen renovable”, analiza Fernando Novo, responsable de Desarrollo de Negocio en Bikote Solar.
Fernando Novo: “Estamos muy satisfechos porque con pocos meses de andadura ya tenemos varios proyectos, algunos de cierto tamaño”.
Esta observación también llamó la atención de esta empresa vizcaína altamente especializada en el autoconsumo industrial. Fundada en 2006, Bikote nació al calor del primer boom de las energías renovables y, a lo largo de los años, fue creciendo a pesar de las dificultades que provocaban las normativas sobre la instalación de paneles fotovoltaicos en España.
Tras la derogación del impuesto al sol en 2018, su negocio se triplicó en línea con el auge que experimentó el sector de la energía solar. En la actualidad, su plantilla suma veinticinco trabajadores que se especializan en todas las fases del proyecto, “desde la licencia de obra hasta el último papel para legalizar la instalación”.
Con dieciséis años y más de 300 instalaciones a sus espaldas, Bikote vio una oportunidad para expandirse a otras comunidades. Así nació el pasado marzo Iruña Solar, firma con sede en Berrioplano que cuenta con una plantilla de cuatro personas bajo el liderazgo de Xabino San Sebastián. “Nos propusimos penetrar en el mercado navarro y, para ello, creamos junto a Agour Berri como socio una marca propia a través de una filial que, además, se identificara con el territorio”, explica Novo. De esta forma, la empresa espera ejecutar en el primer año “entre 1 y 1,5 megavatios de potencia” en la región y experimentar un “crecimiento fuerte” en los próximos años.
De hecho, Iruña Solar ya ha ejecutado “varios proyectos, algunos de cierto tamaño”. Esta demanda no es de extrañar. Navarra es “pionera” en el autoconsumo industrial sobre cubiertas y su radiación solar es “muy buena”, razones por las que constituye un “ecosistema atractivo para el desarrollo de este tipo de proyectos”.
En este sentido y a juicio de Novo, cualquier empresa es “un perfecto receptor del autoconsumo industrial”. Eso sí, aquellas que necesitan mantener almacenes de frío industrial podrían beneficiarse especialmente de un sistema de estas características: “Este tipo de firmas con gran presencia en la Comunidad foral tienen consumos altos y estables porque sus frigoríficos siempre están encendidos”.
RETORNO SOBRE LA INVERSIÓN DE ENTRE DOS Y TRES AÑOS
El sector residencial goza de “grandes márgenes de ahorro” gracias al almacenamiento por baterías. Aunque este tipo de sistemas todavía no son viables en la industria, el ahorro de una instalación para autoconsumo industrial se sitúa “entre un 30 % y un 40 % en la factura de luz anual, dependiendo de la forma en que la empresa consuma electricidad”.
Al mismo tiempo, se trata de una inversión que es “muy rentable” en estos momentos. Las razones son varias. En primer lugar, los precios de la energía “se han triplicado” en el último año. Por otro lado, las subvenciones que están habilitando las administraciones pueden llegar a financiar “entre el 15 % y el 40 %” de los proyectos, de acuerdo al tamaño y la ubicación de la empresa. “En este sentido, se podrían beneficiar sobre todo pequeñas firmas que, además, realicen la instalación en una localidad con menos de 5.000 habitantes”, concreta el responsable de Desarrollo de Negocio de Bikote.
Por último, este tipo de proyectos conllevan una deducción fiscal en el Impuesto a Sociedades en País Vasco y Navarra, donde esta deducción alcanza un 25%. “De hecho, ofrecemos un estudio técnico económico sin coste para las empresas, con el fin de que vean qué tipo de instalación les puede encajar mejor. Esto nos ha permitido ver que, juntando todas estas circunstancias, el retorno sobre la inversión en este tipo de proyectos pueden estar aproximadamente entre los dos y los tres años. Sin embargo, en algunos casos y por los precios que están pagando las empresas por su factura de luz, es factible amortizar la inversión en menos tiempo”, señala.
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