La fusión de estas dos entidades españolas viene enmarcada en un escenario de bajos e incluso negativos tipos de interés, que hacen que la rentabilidad de las entidades financieras se haya resentido en los últimos tiempos. Frente a los otros dos grandes bancos españoles (Santander y BBVA) que buscan su rentabilidad en el mercado exterior, la fusión de Bankia y Caixabank busca la creación de la mayor entidad de banca doméstica en España.
No se trata de una operación nueva, los intervinientes son viejos conocidos. Ya desde 2008, cuando estalló la crisis financiera, Isidro Fainé quiso que la entonces La Caixa absorbiera a todas las cajas en dificultades. Esta operación ya fue objeto de estudio durante el mandato de Mariano Rajoy, pero no fue posible culminarla.
“Hay algo más detrás de estas fusiones, una clara amenaza al modelo representado por la banca tradicional”.
La fusión traerá ventajas competitivas mediante la reducción de costes y aumento de las sinergias, eliminando duplicidades de oficinas. Y, en consecuencia, traerá la necesidad de ajustar las plantillas, que algunos analistas estiman en unos 8.000 empleados, y una merma para el consumidor en la oferta de productos bancarios, al reducirse un número de operadores financieros en el mercado. A este respecto, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernandez de Clos, declaró en relación a la disminución de la competencia que “hay margen para fusiones sin producirse un oligopolio”. Y el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, exigió fusiones de manera urgente y rápida.
Esta fusión también traerá consecuencias en el mercado del seguro. Parece ser que el acuerdo supondrá que Bankia rompa su alianza con la seguradora Mapfre, ya que la regulación impide que un banco tenga acuerdos de comercialización con varias aseguradoras que comercialicen los mismos productos.
Este movimiento en el sector financiero ha supuesto, además, que las especulaciones sobre otras fusiones bancarias estén en boca de lo corrillos financieros: Sabadell, Bankinter, Abanca, Unicaja, Liberbank, Ibercaja, Kutxabank… De hecho, sus cotizaciones bursátiles lo están demostrando.
FUTURO PRÓXIMO
Pero hay algo más detrás de estas fusiones, del incremento de tamaño, de intentar ser más eficientes, de mejorar las rentabilidades. En mi opinión, existe una clara amenaza a la banca tradicional, que deberá prepararse para defenderse de la aparición de nuevos operadores financieros que ya han avisado de que quieren entrar a competir en este mercado. Me refiero a las grandes compañías tecnológicas. El Wall Street Journal ya publicó la intención de Google de ofrecer cuentas corrientes y Apple presentó su tarjeta en alianza con Goldman Sachs, Facebook Pay o Amazon.
“Los operadores tradicionales han de prepararse para competir con los nuevos ‘monstruos’ económicos que representan Apple, Amazon, Microsoft…”.
Hablamos de compañías por todos reconocidas como grandes empresas, algunas con niveles de reputación corporativa altísima, que disponen de una base de clientes enorme, que detentan la última tecnología y que ya están presentes en nuestra vida cotidiana. De modo que su salto al mercado financiero solo es cuestión de tiempo.
Estas compañías, con Apple a la cabeza, alcanzan una capitalización bursátil que supera ampliamente el PIB español. Amazon ya ha llegado a los 1,651 billones de dólares y Microsoft, a los 1,623 billones. Con esta potencia y tamaño, su incursión en el mercado financiero parece que puede ser exitosa, por lo que los operadores tradicionales han de prepararse para competir con estos “monstruos” económicos. Esta preparación solo puede venir por el incremento del tamaño de las entidades tradicionales, no únicamente a nivel nacional, sino también a nivel europeo.
Esto acaba de empezar. No tardaremos en ver nuevas operaciones de concentración y, sobre todo, la aparición de estos nuevos operadores tecnológicos-financieros.
Ángel Luis Chocarro
Decano del Colegio de Economistas de Navarra