«2020 fue un ejercicio atípico repleto de dificultades». Así valoró Caja Rural de Navarra el último ejercicio económico, en el que logró 81,4 millones de euros de beneficio. La cifra, anunciada este viernes, supone 3,8 millones menos que el año anterior. No obstante, desde la entidad financiera la valoraron «positivamente»: «Toda la organización ha hecho un gran esfuerzo».
Dichos responsables destacaron, asimismo, los préstamos que concedieron para financiar la actividad de empresas y autónomos por valor de 1.753 millones de euros. Un ‘hito’ que la situó como la entidad que mayores cifras ha canalizado en la Comunidad foral en operaciones a través de los convenios ICO liquidez y de Gobierno de Navarra para paliar los efectos de la pandemia. Fruto de ese trabajo, la Caja, además, pudo incrementar su cuota de mercado casi medio punto con respecto al 2019 hasta llegar a un 29,8 % del total. Además les permitió reforzar su modelo de negocio basado en «una apuesta clara por el servicio cercano y de confianza» a través de su red comercial formada por 254 oficinas y 948 empleados.
Por su parte, los fondos propios de Caja Rural de Navarra ascendieron a 1.261 millones de euros, un 7,1 % más. Y su negocio de seguros cerró el ejercicio con cerca de 200.000 pólizas en vigor, lo que la situaron como «una referencia» de este mercado. Todo eso, unido a la mejora introducida en su margen de intereses y a un ratio de morosidad del 2,1 %, le aupó hasta el puesto 415 entre las 13.513 compañías calificadas por la agencia de rating ‘ESG’ Sustainanalytics.
No obstante, los gestores de la entidad realizaron dotaciones por 31 millones. E, igualmente, constituyeron un fondo de 52,5 millones para la provisión de futuras contingencias frente al Covid-19. A este respecto, para este año la entidad tiene como objetivo mantener un nivel de resultados similar al de los ejercicios precedentes: «Sería positivo dadas las circunstancias y la actual situación de tipos de interés a corto en negativo».