Estamos atravesando una de las más graves crisis que hemos conocido. Nuestras organizaciones, en menos de tres meses, han estado sometidas a un importante estrés y a un enorme reto: sobrevivir. Pero no solo ha sido la supervivencia del proyecto empresarial, sino también la de las personas que lo integran, en un escenario de grave riesgo de salud pública, el que ha sido objeto de una regulación cambiante caracterizado por grandes restricciones y medidas excepcionales nunca antes vividas.
Toca ahora plantearnos cómo vamos a afrontar el futuro, haciendo balance interno sobre cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y cómo queremos que nuestras organizaciones y empresas sean en el futuro, aprovechando todo lo aprendido y experimentado durante este corto período de tiempo.
Debemos tener en cuenta que se ha producido una evolución en materia de igualdad, conciliación, teletrabajo o responsabilidad empresarial que transforma las expectativas de las plantillas y los equipos. A día de hoy, las empresas se plantean cuestiones como:
- ¿Cómo voy a gestionar los nuevos cambios a nivel laboral y organizativo?
- El teletrabajo, ¿cómo y hasta cuándo?
- ¿Cómo gestionar y controlar a las personas a distancia?
- Dispositivos digitales, ¿cómo deben adoptarse las políticas de control empresarial sobre estos medios? ¿Cómo hay que regular la desconexión digital?
- ¿Qué puedo hacer con las personas del equipo o la plantilla que se han descolgado por distintos motivos (estrés, duelo, conciliación)?
- ¿Qué herramientas de flexibilidad laboral tengo?
- ¿Hasta qué punto cuento con el equipo o la plantilla para tomar decisiones organizativas?
- Derecho a la conciliación, ¿hasta dónde?
Surge así una maraña de cuestiones entrelazadas como cambios normativos, nuevas necesidades organizativas, derechos, responsabilidades y negociaciones, que requieren un enfoque multidisciplinar para afrontarlos con éxito.
La premura de su implantación con motivo de la crisis sanitaria ha provocado que se haya realizado, de facto, sin establecer ningún tipo de regulación. Sin embargo, es aconsejable la formalización de un acuerdo sobre teletrabajo, en el que se recojan al menos los siguientes aspectos: lugar de prestación o teletrabajo móvil, horario o régimen de flexibilidad, duración, recursos necesarios, compensación de gastos, política de uso de dispositivos digitales, seguridad de información, control y supervisión empresarial.
“No se trata de ceder hasta el infinito en las responsabilidades organizativas, pero sí acordar con el trabajador un camino común en la mejora de la productividad y eficiencia”.
Además, también debemos considerar que en algunas ocasiones la petición de seguir teletrabajando puede ser una manifestación del miedo al contagio de la enfermedad propio o de los familiares con los que se convive, o de la necesidad de garantizar la conciliación y la atención de menores o familiares dependientes u otras cuestiones.
Ante estas situaciones y antes de entrar en un proceso de disputa jurídica, es conveniente empezar por intentar guiar, apoyar, aconsejar y mostrar el camino para resolver los problemas de las personas que los enfrentan. No se trata de ceder hasta el infinito en las responsabilidades organizativas que corresponden a la dirección de la empresa, ni de dar consejos solidarios, sino de empezar a proporcionar un medio sin prejuicios, empático y accesible, para permitir que la persona trabajadora encuentre el camino a seguir en la búsqueda común de la mejora de la productividad y la eficiencia empresarial.
HACIA UN NUEVO PARADIGMA
En estos momentos de salida de la crisis sanitaria, el nuevo paradigma de la corresponsabilidad de empresa y plantilla en el éxito del proyecto empresarial nos exige sin duda ponerle imaginación y esfuerzo para dedicarle unos momentos a poner en marcha estas y otras medidas innovadoras, teniendo en cuenta todas las herramientas y posibilidades jurídicas, organizativas y de gestión de personas.
Sin duda, nos encontramos ante un proceso de transformación organizativa en el que es imprescindible que se construya un sentimiento de pertenencia a un proyecto común, asumido por todos los miembros de la empresa a través de la interiorización de actitudes positivas y de comportamientos favorables hacia ese proyecto.
Patricia Granados (subdirectora del Departamento Laboral de Arpa Abogados Consultores)
Vicky Oteiza (directora de Proyectos de Areté Activa)