viernes, 19 abril 2024

Conclusiones de la III Semana Europea de la Mediación

La autora analiza las principales conclusiones extraídas en la III edición de la Semana Europea de la Mediación, celebrada entre el 18 y el 21 de enero en Pamplona. En este sentido, reivindica la importancia creciente de la mediación a la hora de resolver conflictos tanto en el ámbito laboral como en el familiar o el penal.


Pamplona - 29 enero, 2021 - 07:00

Amaya Sanz.

Amaya Sanz.

La semana pasada celebrábamos en Pamplona la III edición de la Semana Europea de la Mediación, que comenzó el lunes 18 de enero con una recepción convocada por el Ayuntamiento de la capital navarra en el Palacio del Condestable a agentes y entidades que trabajamos por el fomento y desarrollo de la mediación. Y finalizó el día 21 de enero con la clausura realizada por el excelentísimo ministro de Justicia, Juan Carlos Campo Moreno.

Precisamente, ese día se celebra el Día Europeo de la Mediación, coincidiendo con la fecha de aprobación de la Recomendación número R (98)1 sobre Mediación Familiar, aprobada por el Consejo de Europa el 21/01/98. Dicha recomendación supuso el punto de partida para el desarrollo de la mediación familiar en los diferentes países de la Unión Europea y, desde entonces, esta herramienta complementaria para la resolución de conflictos ha ido ganando terreno, aplicándose no solo en el ámbito familiar, sino también en el civil y mercantil, penal y laboral. Todo ello gracias al impulso que, de este método, están realizando las instituciones públicas y privadas, asociaciones y empresas.

En la actualidad, la mediación es una realidad en la sociedad española y, más concretamente en Navarra, donde se han impulsado servicios de mediación pública extrajudiciales e intrajudiciales con gran desarrollo en el ámbito laboral, familiar y penal. Precisamente, en esta III Semana Europea de la Mediación se han celebrado tres jornadas en torno a esos ámbitos.

«En Navarra se han impulsado servicios de mediación pública extrajudiciales e intrajudiciales con gran desarrollo en el ámbito laboral, familiar y penal».

La primera, celebrada el 19 de enero en la CEN, trató sobre la gestión positiva y saludable de los conflictos en las organizaciones. En ella, pudimos compartir experiencias de mediación intrajudicial en la jurisdicción social y vimos cómo este método de resolución de conflictos favorece el poder dar una respuesta real y adecuada a las necesidades e intereses de las partes en conflicto. Además, se abordaron los conflictos interpersonales que surgen en las organizaciones y cómo son gestionados habitualmente por empresas, directivos y mandos intermedios. Fueron muchas las conclusiones del encuentro, pero destacaría especialmente la necesidad de las empresas a la hora de introducir sistemas que permitan la gestión positiva del conflicto en una fase temprana, implicando a toda la organización en dicho sistema.

El día 20, celebramos una jornada sobre justicia terapéutica en el derecho de familia. La justicia terapéutica considera que los procesos judiciales de familia requieren, por parte de todos los agentes jurídicos, un abordaje sensible al estado psicoemocional en el que se encuentran los progenitores para que el proceso sea lo más terapéutico posible. Dado que las consecuencias de los divorcios tienen una magnitud que no se limita únicamente al ámbito privado familiar, sino que afectan de manera clara al gasto del contribuyente, disminuyendo su aportación a la sociedad y consumiendo capital social y humano, las rupturas de pareja se consideran un problema de salud pública y de derechos fundamentales.

«Es necesario contar con un sistema de ‘prevención de riesgos familiares’, al que se acojan las parejas que hayan decidido iniciar un proceso de separación y/o divorcio».

Como tal, requieren un abordaje diferenciado al que actualmente se esta dando en el ámbito jurídico, que implique a todos los operadores jurídicos y que integre la perspectiva de justicia terapéutica.

A modo de conclusión, se abordó la necesidad de contar con un sistema de “prevención de riesgos familiares”, al que se acojan las parejas que hayan decidido iniciar un proceso de separación y/o divorcio. El objetivo es que conozcan, desde el inicio de este proceso, las diferentes vías, formas y maneras de abordarlo y las consecuencias que unas y otras pueden tener para ellos y para sus hijos.

La última de las jornadas, celebrada el 21 de enero en el Archivo Real y General de Navarra, versó sobre la justicia restaurativa en el ámbito penal, como un proceso en el que poder trabajar con la víctima y agresor en el reconocimiento de hechos acaecidos, en la responsabilización y reparación del daño causado a la víctima y, en ocasiones, a la sociedad en general. De hecho, resaltan los datos que evidencian cómo la justicia restaurativa permite prevenir la reincidencia en aquellas personas que participan en los mismos.

En la clausura, el ministro de Justicia resaltó el valor de la mediación como estrategia que permite generar una cultura de la paz, una mejora de la convivencia y una verdadera cohesión social. En este sentido, hizo referencia al compromiso gubernativo para introducir recursos adecuados de solución de controversias, que permitan alcanzar esos objetivos a través del anteproyecto de ley de medidas de eficiencia procesal del servicio público de justicia, recientemente aprobado.

«Dado que los conflictos se producen en todos los ámbitos donde hay interacción humana, parece urgente que se aborden de manera temprana y positiva desde que se dan las primeras discrepancias».

La Semana Europea de la Mediación es un punto de encuentro centrado en la sociedad. Dado que los conflictos se producen en todos los ámbitos y entornos donde hay interacción humana, parece urgente que se aborden de manera temprana y positiva desde que se dan las primeras muestras y manifestaciones de discrepancias entre las personas. Esto nos permitirá construir una sociedad más positiva y saludable.

Igualmente, la reparación del daño que genera el conflicto es un aspecto importante que debemos incorporar a nuestras relaciones interpersonales, permitiendo que las personas reconozcan aquello que han hecho, asuman su responsabilidad y puedan rectificar y reparar el daño generado. La mediación, como método adecuado de solución de controversias, puede contribuir a este cambio de paradigma social que tanto necesitamos.

Amaya Sanz
Socia y responsable del Área de Empresas y Organizaciones en Mediación Navarra

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