Ya han pasado casi siete años desde que Begoña Echeverría, presidenta de ‘Mujeres Running Pamplona’, pusiese la primera piedra del grupo. Todo comenzó en 2014, con un llamamiento de Echeverría a través de Facebook: “¡Hola, chicas! Estoy creando un grupo de ‘running’ de mujeres en Pamplona. Si conocéis mujeres que corran, pueden apuntarse al grupo…”. La idea no pudo tener mejor acogida y, poco a poco, se fueron sumando más y más a esta iniciativa hasta llegar a sus cerca de 1.500 corredoras actuales. “Empecé a correr sola porque mis amigas jugaban a pádel. Así que hice el llamamiento en redes sociales, se fueron sumando mujeres y luego creamos el club en 2016”, recuerda.
La creación del club fue un paso clave, tal y como comenta su presidenta: “Para ir a las carreras, para contratar el autobús… Era una manera de organizar todo y por eso lo hicimos así”. Junto a Begoña Echeverría como presidenta, el resto de la junta directiva está compuesta por Silvia Larrea, vicepresidenta; Miriam Borda, tesorera; y Ana Marcotegui, secretaria.
“Siempre tuvimos claro que queríamos apoyar a asociaciones pequeñas que apenas tienen subvenciones”.
Cada año, el club organiza ‘La Carrera de las Mujeres’, un evento abierto a cualquier género y edad y enfocado a la normalización e igualdad de géneros en el mundo del ‘running’. En 2019, se celebró la cuarta edición con dos recorridos de 11,5 y 5,75 kilómetros y, desde entonces, no se ha vuelto a disputar debido a la pandemia, aunque ya trabajan en una probable edición para este 2021.
De los comienzos, Echeverría recuerda con satisfacción esos primeros pasos: “Empezamos a buscar patrocinadores para la carrera, les contamos nuestro proyecto y les gustó mucho. En un principio, decidimos dar el dinero recaudado a una asociación benéfica como es la Asociación de Enfermedades Neuromusculares de Navarra (ASNAEN). Siempre tuvimos claro que queríamos apoyar a asociaciones pequeñas que apenas tienen subvenciones”.
Más tarde, con el dinero obtenido, el club decidió conceder unas becas para apoyar la excelencia de las mujeres navarras en el atletismo. El objetivo: darles un respaldo económico y facilitarles su actividad, entrenamientos y competiciones para conseguir sus objetivos. Además, en 2019 una parte de lo recaudado se destinó a Saray, Asociación Navarra de Cáncer de Mama.
Sobre la financiación del club, Echeverría explica que sus miembros “pagan una cuota al año, que es significativa”, y la junta “procura tener detalles con ellas”. Lo cierto es que son muchas las mujeres, que con sus camisetas rosas (indumentaria típica del club) participan en diferentes carreras de la Comunidad foral o en provincias limítrofes como la Roncesvalles-Zubiri, la Zubiri-Pamplona, la EDP San Fermín Maratón, la Carrera Las Murallas o la Behobia-San Sebastián. “Los ritmos son diferentes a los de los chicos, pero tenemos chicas que pueden ir con hombres perfectamente y, de hecho, algunas entrenan con ellos los fines de semana”, explica Echeverría. Preguntada sobre por qué no hay corredores en el club, su presidenta lo tiene claro: “Las redes sociales se han convertido en un ‘pub’ para ligar. Si lo hubiésemos hecho mixto, la gente confundiría el objetivo del club. Nosotras queremos hacer deporte y ya está”.
“ENTRENAMOS EN LA CALLE TODO EL AÑO”
Todas las semanas realizan técnicas de carreras y series que están dirigidas por tres entrenadores, los únicos hombres del club. Estos entrenamientos se llevan a cabo en diferentes lugares de Pamplona y la comarca como Iturrama, Ripagaina, Rotxapea o Zizur Mayor. “Nosotras entrenamos en la calle todo el año, llueva o nieve. Sí me gustaría hacer un llamamiento al Gobierno de Navarra y al Ayuntamiento de Pamplona para que pudiésemos entrenar en un sitio cerrado”, comenta Echeverría, quien aprovecha para hace una puntualización. “No tenemos ninguna subvención de las instituciones, ni siquiera para la carrera. No nos ayudan en nada. Alguna vez hemos pedido algo, pero no nos han dado”, matiza.
“Hemos tenido hasta una corredora de 65 años. Sobre las profesiones, hay un poco de todo: médicos, una fiscal, empleadas del sector bancario, enfermeras…”.
Echeverría, casada y madre de tres hijos, es la directora de un centro médico-estético. Como ella, muchas otras ‘runners’ buscan en este grupo una desconexión del ritmo de vida laboral.
La presidenta sitúa la media de edad de las corredoras entre los 35 y los 50 años. “Y hemos tenido hasta una de 65 años. Normalmente son mujeres con hijos un poco más mayores, de modo que pueden organizarse mejor y no faltar a los entrenamientos. Sobre las profesiones, hay un poco de todo: médicos, una fiscal, empleadas del sector bancario, enfermeras, autónomas…”, desglosa.
Durante la época de confinamiento, les tocó ejercitarse desde casa. “Hacíamos las series en el salón. Fue muy especial, entrenábamos con un goma atada a una mesa, pero lo llevamos bien”. Ahora, tratan de recuperar la normalidad ciñéndose a los protocolos antiCovid-19, como la mascarilla obligatoria, el gel antes de iniciar las clases o medición de la temperatura. Echeverría también incide en la importancia de “hacer los entrenamientos en sitios donde no hay gente”. “Antes quedábamos en la Vuelta del Castillo y ahora ya no vamos ahí porque está muy masificado. Ahora vamos a una zona de la UPNA y estamos prácticamente solas”, precisa.
Esa pasión por el ‘running’ les ha llevado a publicar en su página web un decálogo sobre qué debes tener en cuenta cuando empiezas a correr. En él se explica la importancia de progresar poco a poco o de marcarse un objetivo ya sea de salud, estética o superación personal. También incide en la importancia de respetar los tiempos de recuperación y los estiramientos y no descuidar la alimentación previa a una carrera, entre otras muchas pautas.
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