El Producto Interior Bruto (PIB) de Navarra creció entre julio y septiembre un 0,5 % respecto al segundo trimestre del año. Son datos que refleja el análisis preliminar el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat), publicado este viernes y que, según el Gobierno de Navarra, muestran cómo «la economía navarra sigue creciendo, aunque con un avance algo más moderado que el de los dos trimestres anteriores».
«La desaceleración de la actividad responde, sobre todo, a la pérdida del poder de compra que han sufrido los agentes económicos: tanto los consumidores, que soportan una inflación promedio de 9,3 % en lo que llevamos de año, como las empresas, ahogadas por una subida extraordinaria de los costes energéticos y de los materiales», valoró el Ejecutivo foral.
En términos interanuales, el PIB muestra un incremento del 3,2 % frente al 4,5 % del trimestre anterior. «Los indicadores apuntan a un debilitamiento del consumo privado durante los meses de verano, como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo provocada por la elevada inflación y el alza de los tipos de interés, mientras que la confianza de los consumidores se ha enfriado, ante el deterioro de las perspectivas sobre la evolución general de la economía y el paro», señaló la consejera de Economía y Hacienda, Elma Saiz.
En ese sentido, el mercado laboral «comienza a dar señales de ralentización, tal y como apuntan los datos de la EPA, que revelan una moderación en el ritmo de creación de empleo y un ligero repunte de la tasa de paro».
ANÁLISIS POR SECTORES
La evolución de la economía navarra por sectores productivos muestra que los servicios «mantuvieron una evolución favorable durante el tercer trimestre». La facturación en este sector «aumentó sobre todo en la hostelería, y, también, con un repunte significativo en las ramas de comercio y transporte».
En cuanto al sector industrial, «la producción acumulada hasta el mes de agosto supera los niveles de 2021, pero la subida de los costes, el desplome de la confianza empresarial y el descenso en el número de pedidos parecen mostrar un escenario de incertidumbres para los próximos meses».
Las perspectivas «también se aplanan en la construcción y, en este contexto, la rehabilitación de viviendas y la licitación oficial se convierten en el mejor apoyo para reforzar la actividad del sector».
Según el análisis realizado por el Departamento de Economía y Hacienda, «el shock energético provocado por la guerra en Ucrania y el consiguiente aumento de la inflación tienen un papel clave en la situación actual y en la previsión económica a futuro».
La inflación general anotó su máximo en julio, con una tasa interanual de 11,4 %, y se situó en el 9,8 % en septiembre. Sin embargo, «la inflación subyacente tiende al alza, lo que dilata la persistencia de los precios en niveles elevados». Por su parte, los precios industriales acumulan una subida superior al 26 % en lo que llevamos de año. «Las tensiones inflacionarias también empiezan a ser más evidentes en los servicios, aunque alejadas del resto de componentes».
Todas ellas, según la consejera Saiz, «son señales que obligan a la prudencia en el diagnóstico de una pronta corrección de las presiones inflacionarias».
PREVISIONES A FUTURO
«Navarra, no es ajena a la coyuntura global y las perspectivas económicas para 2023 están en línea con este escenario: esperamos un crecimiento del PIB mucho más moderado que el que venía manteniendo la economía foral hasta el estallido de la pandemia (1,4 %, frente al 3,0 % de promedio entre 2015 y 2019), y una inflación todavía en niveles elevados el próximo año (4,8 % de promedio)», agregó la consejera.
