El precio de la luz se reducirá este miércoles un 1 % hasta situarse en los 105,24 euros por megavatio hora. Así lo hace tras alcanzar el pasado martes uno de sus máximos históricos: 106,27 euros por por megavatio hora (MWh), cifra que convirtió al 2 de agosto en el segundo día más caro en la historia. Con el fin de mermar este incremento de la luz, el Congreso de los Diputados aprobó hace dos semanas la reducción del IVA desde el 21 % al 10 %.
No obstante, particulares y empresas observan con preocupación como su factura incrementa con el paso de los meses. En esta línea, desde la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) alertaban el pasado 4 de junio que la estimación actual del precio eléctrico final para la industria electrointensiva en 2021 es «más del doble que el precio francés», situándose en los 77 euros por megavatio hora: «Esto supone un sobrecoste en el consumo eléctrico de nuestras empresas con respecto a sus competidores de más de 1.000 millones de euros«.
Mario Arellano (Nafarco): «Calculamos que nuestro sistema de autoconsumo fotovoltaico nos permitirá ahorrar entre 15.000 y 19.000 euros anuales».
Muchas compañías que no pertenecen a este grupo registran actualmente un sobrecoste, a pesar de que la electricidad no sea una de sus partidas más importantes. En este contexto, las soluciones de eficiencia energética por las que algunas han optado desde hace años están mermando este impacto, según explican sus responsables a NavarraCapital.es.
«Calculamos que nuestro sistema de autoconsumo fotovoltaico nos permitirá ahorrar entre 15.000 y 19.000 euros anuales», explica Mario Arellano, responsable de Mantenimiento y Rutas en Nafarco. Hace poco, la cooperativa farmacéutica estrenó los paneles solares que instaló en el tejado de su sede, una potencia total de 165 kWh que supuso una inversión de 115.000 euros. La amortización tiene un periodo de cuatro o cinco años, a partir de los cuales ese monto será un beneficio.
«Nuestro gasto en luz no es un gran porcentaje en Nafarco, porque tenemos mucho más gasto en transporte y en personal. Pero sí representa un ingreso interesante en una firma como la nuestra sin beneficios extraorbitales», matiza Arellano.
Julen Puncel (Aislanat): «Nos pagan 0,049 céntimos por cada vatio que vertemos en la red, y los compramos a 0,11. Siempre nos toca pagar en el balance final aunque tengamos compensación de excedentes».
En la misma línea, Jofemar no utiliza intensivamente la electricidad, aunque sí ha notado el incremento en su precio. Un sobrecoste que lograron paliar con una reducción del 10 % del consumo total de energía «tanto mediante iniciativas internas como con auditorías externas». Así lo indican Juan Manuel Díaz, responsable de Calidad, Medio Ambiente y PRL, y Miguel Ángel Garcés, director de I+D.
En concreto, la firma especializada en máquinas de vending cuenta con una potencia instalada de 120kW distribuidos en un aerogenerador y paneles fotovoltaicos. La inversión en estas dos fuentes de energía sumó más de un millón de euros y fue cofinanciado por la propia empresa, la convocatoria Life y el Gobierno de Navarra.
«Desde un punto de vista puramente económico y para la tipología de consumo que tenemos, el plazo de amortización de los sistemas que adquirimos ha sido excesivamente largo. Aun así, dada la progresiva reducción en el coste de este tipo de equipos, no descartamos a medio plazo ampliar la capacidad de producción de la que disponemos», valoran.
Maite Pérez (BatVol): «Durante verano, podemos ahorrar hasta un 70 % de nuestra factura de luz. Durante el invierno, con menos horas de sol, entre un 20 % y un 30 %».
Así mismo, desde Aislanat no descartan invertir en futuros proyectos de eficiencia energética para su fábrica en Beriáin. Por el momento, la firma que elabora aislante de celulosa mediante el reciclaje de periódicos ya ha acondicionado por completo sus oficinas y su almacén. «Nuestra inversión ha sido bastante compleja porque no solamente pusimos un sistema de autoconsumo fotovoltaico, sino que también construimos las oficinas bajo el estándar Passivhaus, instalamos un sistema de doble flujo con recuperador en la ventilación y tenemos aerotermia«, explica Julen Puncel, director técnico de la empresa.
La complejidad del sistema energético en Aislanat le ha llevado a generar más energía de la que consume en un día. «Cuando decidimos invertir en esto, lo hicimos más por nuestros principios que por un beneficio económico futuro. Gastamos alrededor de 45.000 euros solo en oficinas y almacén», detalla. Un monto que amortizarán en un plazo de seis o siete años.
Jofemar cuenta con un aerogenerador y placas solares en sus naves, una instalación que sumó más de un millón de euros y fue cofinanciada por el Ejecutivo foral y la convocatoria Life.
En su fábrica, que es completamente dependiente de la red, la factura de luz rondó estos últimos meses entre 3.000 y 4.000 euros. Por otro lado, el monto consumido por sus oficinas y almacén ascendió hasta los 21 euros en julio: «Con la potencia que tenemos contratada y el bajón del IVA, pagamos ese monto teniendo a cuatro personas trabajando a tiempo completo, cuatro ordenadores, un frigorífico y un landómetro. ¡Y estamos a 21 grados con la aerotermia!», subraya entre risas.
Es una explicación similar a la que da Maite Pérez, directora general de BatVol, en un vídeo colgado en LinkedIn acerca del sistema de autoconsumo fotovoltaico instalado en sus oficinas. «Son las 20:00 y estamos generando casi 2 kW, de los que vertemos en la red 1,5 kW. La factura de luz de junio ha sido de 111 euros, estando diez personas trabajando todo el día con el aire acondicionado puesto y los ordenadores», desgrana. Su explicación termina con un remate contundente: «Tengo luz, pero no la pago».
La instalación de la compañía tiene una potencia de 7 kW y compensación de excedentes. «Invertimos alrededor de 8.400 euros, sin contar los impuestos. Adicionalmente, el Gobierno navarro subvenciona hasta un 40 % de las instalaciones para empresas, y también hay deducciones en lo que pagas. Con estas ayudas le quitas un par de años a la amortización», señala Pérez a este medio.
CONSUMIR, MEJOR QUE VENDER
Además de ser usuaria, BatVol desarrolla una línea de negocio especializada en la instalación de placas solares. Por eso, Pérez observa que el rendimiento que puedan tener para las empresas contar con este tipo de fuentes energéticas yace también en los hábitos de consumo: «Nosotros trabajamos en horario de 8:00 a 17:00, y así aprovechamos todas las horas de sol. Es decir, consumimos conforme generamos electricidad».
Desde Jofemar valoran que la desventaja de este tipo de sistemas es que la reducción en la factura de luz es variable y depende «fuertemente» de las condiciones climáticas.
En este sentido, la directora general de BatVol estima que, debido a la normativa que regula los precios, sigue siendo mejor consumir lo generado que verterlo en la red. Una valoración que comparte también Puncel: «Nos pagan a 0,049 céntimos por cada vatio que metemos en la red, y los compramos a 0,11 céntimos. En la actualidad, vertemos más energía de la que compramos, pero siempre nos toca pagar en el balance final porque, por ley, el descuento que te hacen las empresas eléctricas no puede exceder al consumo que has hecho».
Este es el motivo por el que Pérez ha visto acrecentarse el interés en complementar sistemas energéticos con baterías, tanto entre particulares como entre empresas. «Por el momento, las ayudas europeas te pueden dar hasta un 70 % si es para una instalación doméstica. A las empresas dan menos», detalla.
EL FACTOR CLIMÁTICO
Otro factor que afecta al rendimiento de estos sistemas es la estación del año. «Durante verano, podemos ahorrar hasta un 70 % de nuestra factura de luz. Durante el invierno, con menos horas de sol, entre un 20 % y un 30 %», apostilla Pérez. En este sentido, Puncel indica que contar con sistemas de aerotermia es una manera de ahorrar en calefacción durante el invierno.
Díaz y Garcés resumen esta problemática de los sistemas energéticos, que se convierte en su principal desventaja: «La reducción en la factura de luz es variable y depende fuertemente de las condiciones climáticas, una incertidumbre en la capacidad de generación que nos hace descartar llevar a cabo medidas adicionales de reducción de costes como, por ejemplo, la reducción de la potencia contratada».
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