Los precios de los combustibles fósiles se han disparado. Y, ante esta realidad tan preocupante, parece lógico que muchas personas estén buscando alternativas para calentar sus casas. Precisamente, esa es una de las razones por las que la biomasa está ganando adeptos en estos momentos. ¿La otra? Cada vez más gente conoce este tipo de combustible vegetal, limpio y económico, que hace no tanto era un desconocido para gran parte de la sociedad. Navarra Capital ha hablado con algunos agentes de este sector en la región para conocer si han notado este incremento de la demanda.
En un comunicado reciente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AveBiom), firmado por su presidente, Javier Díaz, se apunta que el uso de pellets ayuda a ahorrar entre un 40 % y un 70 % en calefacción. Y, en un informe de balance anual, la misma entidad destaca cómo en 2020 se consumieron 705.000 toneladas de pellets en todo el territorio nacional, sobre todo en el ámbito residencial (principalmente en unifamiliares). Este se mantiene como el principal usuario de dicho biocombustible.
LA DEMANDA CRECE ENTRE UN 15 % Y UN 20 %
Alfredo Martínez es el responsable técnico-comercial del Grupo Naparpellet, especializado en la producción y venta de pellets. En declaraciones a este medio, confirma que la demanda de este biocombustible ha crecido “entre un 15 y un 20 %”. “Se debe, sobre todo, al incremento e inestabilidad de los costes de combustibles fósiles y al resto de ventajas que tiene la biomasa”, valora.
Alberto Martínez (Naparpellet): “El aumento de la demanda se debe, sobre todo, al incremento de los costes de combustibles fósiles”.
Entre estas últimas figura, por ejemplo, la obtención del certificado energético de máxima categoría en aquellas viviendas que cuenten con este sistema de calefacción. Incluso hay quienes, al contaminar poco, venden derechos de emisión de CO2.
“Muchos consumidores también valoran la independencia energética que genera la biomasa y la revalorización del principal recurso de la naturaleza, como es la madera y sus derivados”, concluye Martínez.
A su juicio, “la biomasa es la única energía que posibilita la revalorización de toda la cadena de suministro”. Y facilita la fijación de población en zonas rurales, así como el mantenimiento y cuidado de la naturaleza y sus bosques. La fabricación y comercialización de equipos y calderas, cada vez más eficientes y automatizas, favorece igualmente su implantación.
Pero, al mismo tiempo, Martínez deja entrever uno de los retos del sector: “Se echa de menos un mayor asesoramiento y formación de los profesionales”. En ese sentido, el técnico-comercial del Grupo Naparpellet traslada que muchos de ellos “no cuentan con suficiente experiencia” y, por eso, “no asesoran a los clientes sobre cómo pueden obtener un mayor ahorro y rendimiento de la instalación”.
EVOLUCIÓN DEL SECTOR
El crecimiento del sector “es exponencial” desde hace unos quince años. Ahora bien, cuando los combustibles fósiles contaban con precios más competitivos, su expansión a nivel local “se ralentizó mínimamente”. Pero, durante todo este tiempo, la compañía navarra ha crecido de forma sostenida “en todos los ámbitos” (doméstico, industrial, residencial…), gracias en gran medida al auge de las exportaciones de este producto.
Precisamente, los pellets cuentan con una gran aceptación en países como Francia, donde es más común residir en unifamiliares o adosados que en bloques de viviendas. Así, Martínez echa de menos un mayor apoyo por parte de las administraciones españolas hacia la biomasa: “Es la única renovable que garantiza la independencia energética, posibilita el cuidado y mantenimiento de la tercera superficie forestal de Europa y genera más empleo por unidad de energía producida que cualquier otra”.
Por su parte, Andoni Azanza, gerente de Orlechy Renovables, confirma la tendencia al alza de la biomasa: “Cada vez más, la gente está tirando por estos combustibles renovables que, además, son más económicos que la luz o el gas”.
Andoni Azanza (Orlechy Renovables): “Hace unos años, al pronunciar la palabra ‘pellet’, la gente no sabía de qué hablaba. Ahora le suena a todo el mundo”.
Eso sí, recuerda cómo hace unos años, al pronunciar la palabra ‘pellet’, la gente no sabía de qué hablaba. “Ahora le suena a todo el mundo”.
El sector, por otro lado, también se está viendo afectado por la crisis de las materias primas: “En el caso del pellet no hemos notado ese incremento del precio, pero sí en las máquinas, estufas y calderas”.
Asimismo, coincide con Martínez en que el uso de la biomasa es mucho más sencillo cuando la persona usuaria reside en una vivienda unifamiliar o un adosado. “Instalar estufas de pellets en pisos es más complicado porque dependemos de la salida de humos”, explica.
Frente a las estufas de leña, que Azanza también comercializa, el pellet ofrece otra ventaja más: la automatización. “Arrancan y se dosifican solas. Con la leña tienes que estar pendiente”. No obstante, el precio de la leña es “más económico”.
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