domingo, 6 octubre 2024

El crecimiento sostenible de Alkubo

Desde su nacimiento en 2020, esta ingeniería de energías renovables ha pasado de contar con sus tres fundadores a emplear a siete personas, que gestionan proyectos en tres comunidades autónomas. Durante este ejercicio, además, los socios de la firma esperan que su facturación aumente un 33 % con respecto a 2022, superando los 2 millones. A medio plazo, estos jóvenes emprendedores prevén abrir una segunda sede en el País Vasco.


Pamplona - 17 octubre, 2023 - 05:59

Miguel Panero, Álvaro Nubla Alberto Martínez e Iñigo Albéniz, en el exterior de la sede de Alkubo. (Fotos: Maite H. Mateo/ cedidas)

“En medio de cada crisis se esconde una gran oportunidad”. La frase, popularmente atribuida a Albert Einstein, se ha convertido en un tópico, pero no por ello deja de encerrar una gran verdad. Uno de los casos que lo demuestran es el protagonizado por Iñigo Albéniz, Álvaro Nubla y Alberto Martínez. En medio de una emergencia climática que obliga a cuestionarse paradigmas ya asentados, estos tres jóvenes navarros decidieron que podían aportar a la sociedad ofreciendo distintas soluciones amables con el medio ambiente.

Así, en 2020 dieron un paso al frente y, tras dejar sus distintos empleos en empresas relacionadas con el mundo de las energías renovables, canalizaron toda la experiencia que llevaban a sus espaldas para constituir Alkubo. “Vimos que había una oportunidad -rememora Albéniz- tanto desde un punto de vista geopolítico como macroeconómico. Tuvimos en cuenta el enfoque en sostenibilidad impulsado desde Europa, así como las oportunidades económicas que se iban a abrir en España con los cambios regulatorios. Optamos por comenzar esta aventura, y la verdad es que dimos en el clavo porque fue el momento perfecto: nos permitió ir creciendo, formándonos y aprendiendo de manera que, cuando llegó el boom el año pasado, ya estábamos muy preparados y pudimos aprovechar el impulso”.

Ese “cóctel de factores”, en el que influyeron decisivamente la crisis energética y la puesta en marcha de subvenciones para acelerar la transición verde, provocó que la empresa situada en el barrio pamplonés de Mendebaldea experimentara un crecimiento notable. En su corta andadura, la empresa ha pasado de sus tres socios trabajadores iniciales a los siete empleados que integran actualmente su plantilla, con una media de edad que ronda “entre los 27 y 28 años”. En proyectos puntuales, además, el equipo suele aumentar hasta llegar a “unas doce, trece o catorce personas”.

La firma navarra instaló paneles fotovoltaicos en la cubierta de los cines Golem Baiona, ubicados en Pamplona.

Alkubo es una ingeniería especializada en autoconsumo fotovoltaico, aerotermia y calefacción, movilidad sostenible y servicios técnicos (como redacción de memorias y proyectos, auditorías o tramitación y gestión de subvenciones, entre otros). “Estamos abiertos a nuevas opciones, nuevas tecnologías. No queremos centrarnos en un único ámbito, sino estar preparados porque el mundo puede cambiar. Queremos ofrecer un pack completo, no ser únicamente instaladores”, argumenta Miguel Panero, uno de los integrantes de la compañía.

PROYECCIONES FUTURAS

Aunque el grueso de su actividad se centra en Navarra, la compañía ya ha expandido fronteras, trabaja con regularidad en proyectos en La Rioja y en el País Vasco y se ha involucrado de manera puntual en iniciativas gestadas en territorios no fronterizos, como Asturias, por ejemplo. De hecho, a medio plazo sus socios ya se plantean abrir una segunda sede en la comunidad vasca para atender a los clientes de la zona.

La edad media de la plantilla de Alkubo ronda “entre los 27 y 28 años”

De cara a este ejercicio, por otra parte, los socios de la empresa esperan que su facturación supere los 2 millones de euros, lo que supondría un crecimiento del 33 % en términos interanuales. “Este logro -apunta Albéniz- es el resultado de un arduo trabajo, dedicación y el apoyo continuo de nuestros clientes”.

Alkubo, que colabora con empresas como Saltoki, lleva a sus espaldas más de 300 proyectos ejecutados, algunos de ellos de gran envergadura. Uno de los que despierta especialmente el orgullo de sus empleados, en concreto, es el de la instalación de placas fotovoltaicas en la cubierta de los cines Golem Baiona. “Todos somos de Pamplona, hemos ido a esos cines desde pequeños y ahora conocemos a la propiedad y a los trabajadores. Es nuestro proyecto insignia, le tenemos mucho cariño”, expone Albéniz.

Amigos desde la infancia, Albéniz, Nubla y Martínez empezaron a construir su sueño desde el lugar en el que crecieron juntos. “En su momento, cuando empezamos -rememora Albéniz-, BBVA fue el primer sitio al que acudimos. Siempre había escuchado que este era el banco de las empresas y eso fue lo que trasladé a mis compañeros. Hablamos con otras entidades financieras, pero en ese momento ellos nos ofrecían las mejores condiciones y la verdad es que nos siguen atendiendo muy bien”.


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