“Me agrada mucho mezclar en mis obras el hierro con la madera, puesto que hacen una pareja muy curiosa. La frialdad del hierro se complementa con la calidez de la madera. Desde muy joven me ha inquietado la escultura. Mi interés por el hierro también me viene de joven y me atrae el reto plástico que posee como material. Su dureza y frialdad me animan a trabajarlo con fuego y crear vida y sentimiento en él”.
Así explica Carlos Purroy (Pamplona, 1957) cómo libera su imaginación y la plasma en cada escultura que crea con sus manos. Colgó las botas de fútbol profesional con 32 años para dedicarse a la forja del hierro. Este ex jugador de fútbol llegó a competir en el Athlelic Club de Bilbao, en el C. A. Osasuna, en el Logroñés y en el U.E. Sant Andreu. Pero su corazón latía por el arte. Pasó de dominar el balón con los pies, a crear y dar vida con las manos.
Escultor conceptual y figurativo que poco a poco va adentrándose en la abstracción, se define así mismo, como una persona que intenta hablar con las manos y que busca agradar con el arte. “Entiendo que la escultura es un mensaje cargado de sentimiento. “Tengo una lucha constante, dentro de mi carácter abstracto y figurativo, porque siempre intento expresar una idea sencilla y simple rematada con una plástica final que sea elegante”.
PASIONES DORMIDAS
Purroy busca con sus obras plasmar la realidad de otra manera, abriendo puertas a la abstracción. “Busco la esencia de las cosas pero de forma diferente. No solo es necesario saber modelar, sino que también es fundamental la luz, el color y las formas en mi obra. Son tres conceptos que, si los combinas bien, puedes quitar el polvo a las sensaciones, pasiones y emociones artísticas, escondidas y dormidas en el espectador”.
Este artista autodidacta asegura que sus esculturas se basan en sus experiencias. “Vivo cosas, las apunto y las plasmo. Es como aquella anécdota que pescando en Itoiz justo cuando se estaban haciendo las obras del pantano, ví un viejo encino que me maravilló. Pensé qué iba a ser de él cuando las aguas lo sumergieran en la profundidad. Cogí un trozo de su madera y le hice un homenaje. Siempre intento transformar en arte partiendo de una idea sencilla”.
La naturaleza se refleja en sus esculturas con viñas, árboles, pájaros… utilizando diferentes maderas como el roble, el olivo, el almendro… “El arte es algo innato a la naturaleza”.
Si nos detenemos a analizar sus obras, todas llevan por título una misma intención, la del encuentro, una voluntad que trasciende a lo meramente artístico. Para Purroy es una conducta de vida. Un encuentro, reflejado así mismo, en la unión entre la madera y el hierro como elementos de la naturaleza, una unión que para él día a día se convierte en “un reto”.
En una de sus esculturas emblemáticas ‘Entendimiento‘, el artista celebra el acuerdo, el convenio porque siempre le ha maravillado el hecho de que las personas puedan entenderse, acercar la mirada…. una conducta, la del entendimiento con el contrario, que se reflejaba ya en su manera de jugar de defensa en el Bilbao, club que le encargó posteriormente una obra para sus instalaciones y que no dudó en llamarla ‘Etorkizuna. Futuro’.
De esas anécdotas, Purroy cuenta cómo elaboró su obra ‘Jota Improvisada’ dedicada en homenaje al músico navarro Hilarión Eslava ubicada en Burlada. “De pequeño, Hilarión se encontró con un cura que le preguntó qué sabía hacer. El niño le cantó una jota que dejó maravillado al religioso. Esa jota fue la que le abrió las puertas al que hoy conocemos como gran músico y de ahí, creé mi obra ‘Jota improvisada’ con la ayuda por cierto de Miguel Istúriz, gran amante del arte”.
En otra de sus obras ‘Encierro‘, el artista plasma en vertical los cuatro elementos básicos que conforman esta tradición: las losetas del suelo, el vallado y los portales, los corredores y el miedo que sienten y los toros.
Purroy ha realizado numerosas exposiciones y también ha elaborado otras esculturas de gran tamaño como ‘Detente’ para la Federación Española de Fútbol que refleja unas manos parando un balón y otras destinadas a empresas como la titulada ‘Viento poderoso‘ elaborada para Gamesa Eólica o ‘Tximist’ para Cegasa. “La escultura también sirve, y mucho, para potenciar la imagen de una empresa y eso deberían tenerlo muy en cuenta las compañías”.
EL ARTE ES AGRADAR
Asegura no tener referentes.”Hay una línea que nunca puede traspasar un artista y es la de copiar. Hay que ser original, creativo, tener tu estilo e ideas propias. Para mí el arte es agradar, no provocar. Hay arte bueno y arte malo. Hay artistas que no hacen arte, venden humo y se mueven en lo absurdo… y la gente se lo cree. Pero el arte es esfuerzo, investigación, respeto…”.
Este navarro, con ‘proyectos muy bonitos que espero vean pronto la luz’, no entiende las obras sin título “Las cosas tienen un porqué. Me gusta explicar mis obras, y si las explicas bien, esa exposición tiene éxito”.
En su libro Del cuero al hierro en el que explica su recorrido profesional, Purroy señala: “Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que el fútbol me ha servido para conocer que todos los días tienen un mañana diferente, a recordar las cosas buenas del pasado, a ser un profesional en el trabajo, a ser puntual, a trabajar en equipo, a entender al compañero y sobre todo, a improvisar cuando vienen dificultades”.
Su pasión se ha convertido en su vida. Carlos Purroy asegura que todos necesitamos el arte, aunque sea el arte de las cosas cotidianas y aconseja: “Si te gusta una escultura, cómpratela. Te acompañará toda tu vida”.