miércoles, 1 mayo 2024

El paramotor vuela alto de la mano de dos nuevas empresas

La Comunidad foral ya cuenta con una escuela oficial, creada en 2022 con el nombre de Navarra Vuela y gestionada por Jon Villares, y la empresa Bizifly, que dirige David Pérez y ofrece desde abril este servicio con un enfoque más turístico. Los impulsores de ambos proyectos han constatado un importante incremento de su actividad en los últimos meses.


Pamplona - 19 octubre, 2023 - 15:10

En la actualidad, el precio de un paramotor puede llegar a los 20.000 euros. (Fotos: cedidas)

El paramotor se encuentra en plena expansión en Navarra. Aunque se trata de una disciplina aún minoritaria, esta variante del parapente, que como su propio nombre indica incorpora un motor, está despertando un interés cada vez mayor. La sensación de mayor seguridad que proporciona, sumada también una mayor independencia con respecto a las condiciones climáticas, son algunos de los factores que han convertido esta actividad en un negocio de gran potencial.

Jon Villares, natural de Urdax, fundó hace un año y medio Navarra Vuela, la primera y única escuela de paramotor en Navarra. Situada en Legarda, este urdezubiarra 41 años tiene como producto estrella «la vela con motor», aunque también ofrece viajes de parapente en un biplaza.

Este emprendedor se aficionó al parapente hace once años y, un lustro más tarde, descubrió esta nueva modalidad: «Vi que había un nicho de mercado. Antes se daban clases no profesionales en Navarra, por lo que decidí abrir un centro donde todos pudieran aprender y disfrutar de esta disciplina oficialmente». Ahora imparte conocimientos sobre la vela y cómo manejar el motor, además de normas de seguridad y de tráfico.

Jon Villares: «Tuve una clienta de 92 años. Era una rockera de vestimenta y actitud. Fue una experiencia gratificante y me llegó a transmitir su espíritu»

En Olagüe también se encuentra la firma Bizifly, gestionada por el pamplonés de 37 años David Pérez. Hasta hace poco, realizaba viajes en un paramotor biplaza para amigos y gente cercana. Pero, ante «el aumento considerable de la demanda», el pasado mes de abril se lanzó al ámbito turístico y comenzó a comercializar este servicio junto a su mujer, María Puñal. Ahora, aparte de organizar vuelos en compañía, también ofrece lo que él denomina como «bautismo de vuelo».

El negocio de Pérez está cogiendo vuelo, ya que la demanda de este servicio se ha incrementado «entre un 25 y un 30 %» en comparación a los vuelos que atendía antes de formar su empresa. En este sentido, Villares también ha constatado un crecimiento «exponencial» de los clientes, que superan el centenar en lo que va de 2023. Entre ellos, incluso había una mujer de 92 años… «Era una rockera de vestimenta y actitud. Fue una experiencia gratificante y me llegó a transmitir su espíritu», relata. Además, ha duplicado el número de alumnos dentro de su escuela.

Para el fundador de Navarra Vuela, una de las claves de este éxito reside en el aumento de la visibilidad del producto, aún desconocido para una gran parte de la ciudadanía. Gracias al Kit Digital, ahora puede contar con un community manager, que le está ayudando a posicionarse en las redes sociales. Además, el boca a boca también «ha sido muy eficaz».

Gracias a su motor, este vehículo no depende tanto de las condiciones meteorológicas como el parapente tradicional.

En esa línea, Pérez atisba otros factores añadidos que están siendo igualmente determinantes en dicho auge: la creación de bonos de regalo. De hecho, son muchas las personas que hacen uso de este artículo para «regalar experiencias» a gente cercana. También está influyendo la relación cada vez más estrecha que mantiene con la hostelería. Es más, hoteles o empresas como Wonderbox ofrecen este servicio a sus clientes, de ahí que esta línea de negocio constituya ya el 50 % de su facturación. «Buscamos tener cabida dentro de su repertorio de actividades», señala el pamplonés.

VENTAJAS TÉCNICAS

Según Villares, el paramotor tiene igualmente algunas ventajas técnicas, que lo han convertido en una opción muy atractiva . Por ejemplo, se adapta mejor a la climatología. Gracias a su motor, el vehículo solo necesita una superficie plana para despegar y, con la fuerza del impulsor y la estabilidad que ofrece la vela, el conductor puede mantenerse en el aire más fácilmente. En cambio, con el parapente, «debe haber viento y actividad térmica» para que la vela pueda estabilizarse durante el vuelo.

Por eso, su funcionamiento resulta más práctico. “Con este vehículo, puedes hacer un vuelo de una hora e irte a trabajar o llevar a los niños al colegio. En el caso del parapente has de subir a una montaña para despegar de ella. Al final, necesitas todo el día para volar”, defiende el urdezubiarra.

El manejo del paramotor, según las empresas consultadas, es más sencillo que el del parapente.

El manejo del paramotor, según las empresas consultadas, es más sencillo que el del parapente.

La estructura del aparato le proporciona «una mayor seguridad», coinciden los dos emprendedores. Cuenta con un soporte metálico o trike, donde se sienta el cliente, y se puede tomar tierra en cualquier momento: «Si una persona entra en pánico, se le puede bajar en cuestión de segundos. En el parapente, deben aguantar hasta llegar al suelo». En este sentido, son claves las ruedas del vehículo, gracias a las cuales las personas con discapacidad también pueden practicar este deporte.

LOS PRECIOS

Eso sí, no es una disciplina barata. Pérez precisa que un vehículo de este tipo puede llegar a costar 20.000 euros. Pero ese no es el verdadero problema. Debido al precio de los vuelos, los clientes normalmente solo acuden de forma ocasional. «Una persona que quiera practicarlo más a menudo debe estar muy interesada y querer aprender a volar y pilotar por sí misma», sostiene Pérez.

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