La historia de Carpe Diem comienza en Mallorca, donde su fundadora vivió dieciséis años. Virginia Esteban, de 45 años y originaria de Pamplona, abrió su primer centro en la isla junto a su marido Antonio Torres. Después de volver a su ciudad natal en marzo de 2020, coincidiendo con el inicio de la pandemia, consolidó el proyecto con la apertura de un segundo local en Ansoáin. Y, ahora, tras realizar tratamientos de depilación láser desde el año pasado en el centro Arnails de Alsasua, regentado por la joven Aroa Ramos (25 años), ambas han dado un paso más y han puesto en marcha conjuntamente Carpe Diem Alsasua.
La impulsora de Carpe Dimen cursó sus estudios en el Instituto de Burlada, donde hace más de veinte años obtuvo la titulación necesaria para trabajar como esteticista e instructora. Pero al terminar su formación, debido a su juventud, no se sintió capacitada para emprender y montar su propio negocio. Así que, por un tiempo, dejó de lado su vocación y se dedicó a la automoción. “Hubo un momento en mi vida en el que sabía más de montar coches en una fábrica que de estética”, bromea.
Virginia Esteban: “Cuando los equipos se estropeaban, tenía que mandarlos a reparar hasta Barcelona. Eso me impedía trabajar durante una semana y, además, resultaba muy costoso”
Tras un desamor, decidió dejar atrás Pamplona y buscar nuevos horizontes. Así, con tan solo 24 años, llegó a Mallorca. En aquel momento, volvió a cambiar su rumbo profesional y retomó su pasión por la estética. En la isla le aguardaba un contrato con una distribuidora, donde trabajó como técnica de láser durante los primeros meses.
Pero pronto, debido a la falta de calidad de los equipos y el elevado coste del servicio, decidió hacerse autónoma. Ahí comenzó su andadura en lo que se denomina ‘explotación compartida’: un tipo de negocio en el que cada día se acude a un centro diferente para realizar un trabajo concreto. Virginia, en concreto, continuó ligada a la depilación láser.
Mientras recorría la isla gracias a su oficio, detectó una carencia en el sector. “Cuando los equipos se estropeaban, tenía que mandarlos a reparar hasta Barcelona. Eso me impedía trabajar a lo largo de una semana y, además, resultaba muy costoso”, confiesa. Por eso, con la intención de dar respuesta a ese problema, Virginia y su marido, Antonio, creó Ikai, una distribuidora de aparatología médico-estética.
Aroa Ramos: “Estaba con mucho trabajo y necesitaba un técnico de láser porque había clientas que me pedían ese servicio. En ese momento, Virginia llamó a mi puerta”
Actualmente, este negocio sigue en marcha y ofrece la venta, el alquiler y formaciones en aparatología. Antonio, que antes se había dedicado a la construcción pero debido a problemas de espalda se vio obligado a dejarla, se encarga de identificar las últimas tendencias en estos dispositivos. “Él se dedica a investigar. Y domina a la perfección esa labor. Nos mantiene al tanto de las últimas novedades. Averigua de dónde viene el equipo, cómo funciona, cada detalle… Es nuestro rastreator“, afirma Virginia. Durante un tiempo, el matrimonio se centró en Ikai, pero Virginia sintió la necesidad de “explayarse” como profesional y se lanzó a montar, esta vez sí, su propio centro. Así dio forma a Carpe Diem.
Tras dieciséis años en la isla y dos negocios “que funcionan” a su cargo, un impulso interior la trajo de vuelta a Pamplona el 1 de marzo de 2020, pocos días antes del estallido de la pandemia. Al mudarse, el matrimonio pensó en traspasar el centro de Mallorca, pero ahora, después de dos años y ya establecidos en la capital navarra, continúan dirigiéndolo.
UN PROYECTO CONJUNTO EN ALSASUA
Allá por noviembre de 2021, gracias a Ikai, Virginia llegó a Alsasua con el objetivo de dar a conocer su aparatología. Fue entonces cuando conoció el Centro de Estética y Bienestar Arnails, regentado por Aroa Ramos. Una joven de 25 años que había abierto el local en su localidad natal cinco meses antes, aunque en 2019 ya había comenzado a trabajar en su propia casa. Hasta aquel momento, en su centro realizaba liftings, manicuras, pedicuras, masajes y depilaciones con cera.
“Estaba con mucho trabajo y necesitaba una técnica de láser porque había clientas que me pedían ese servicio. Lo publicité en las redes sociales en busca de una distribuidora, y en aquel momento Virginia llamó a mi puerta”, recuerda la joven. Enseguida ambas conectaron y Virginia comenzó a realizar la ‘explotación compartida’ en el salón de Aroa, inicialmente un día al mes y luego tres. A este primer servicio, después de unos meses, sumaron un tratamiento de plasma para eliminar lesiones cutáneas.
Aroa Ramos: “Carpe Diem Alsasua mantiene la esencia de Arnails, pero le sumamos la parte de aparatología y tratamientos”
Debido a la buena sintonía que surgió entre las dos, Virginia propuso a Aroa abrir un centro juntas donde combinar sus servicios y ofrecer más tratamientos. Y aunque en un principio la joven pensó que Virginia bromeaba, al ver que la propuesta era seria decidió aventurarse y cerró Arnails.
“Llevaba tiempo queriendo ampliar mi formación en aparatología y ofrecer este servicio en mi centro. Por eso pensé que podía ser una buena oportunidad para crecer como profesional”, confía Aroa.
“Carpe Diem Alsasua, aunque mantenga el mismo nombre, es diferente a los otros dos centros. Este mantiene la esencia de Arnails, pero le sumamos la parte de aparatología y tratamientos”, aclara la joven, que se muestra entusiasmada ante esta nueva etapa. “Vamos a ser pioneras en aparatología. Tenemos equipos de tratamientos faciales, corporales, micropigmentación, cosmética personalizada y nuestra propia línea de cosmética”, completa Virginia.
Tras su reciente apertura el pasado 21 de diciembre, ya han contratado a una tercera profesional, pero de cara al futuro prevén ampliar el equipo y los servicios que ofertan. De hecho, tienen la agenda completa hasta finales de enero.
Entra aquí para leer más sobre empresa en Navarra.