Navarra no cuenta con un gran centro religioso que, por sí solo, atraiga visitantes de forma masiva como lo hacen Santiago de Compostela, Lourdes o Fátima, por citar los ejemplos más próximos. Se trata de una modalidad turística residual en nuestra región, que el sector espera que se popularice y despegue gracias a la celebración dentro de un año, en Pamplona, del XVII Congreso Internacional de Turismo Religioso y Sustentable, organizado por la Catedral. Tal y como adelantó ayer NavarraCapital.es, será la primera ocasión en la que el congreso se celebre en Europa. Y precisamente, la capital navarra se impuso a otras candidatas como Belén, Santiago y Lourdes para albergar la cita.
Unos 300 millones de personas practican anualmente el turismo religioso en todo el mundo, según las estimaciones de la Organización Mundial del Turismo. Y la mitad, alrededor de 153 millones, visita lugares vinculados a la cristiandad. La Catedral de Guadalupe de México (10 millones de visitantes al año), San Pedro del Vaticano (siete millones), Jerusalén (seis millones), Fátima y Santiago de Compostela (4,5 millones cada una) son los principales receptores de visitantes.
En el caso de Europa, 28 millones de personas dedican sus vacaciones al peregrinaje, a la asistencia de eventos promovidos por la Iglesia o a viajar a centros religiosos, lo que se traduce en un negocio que mueve entre 3.000 y 3.500 millones de euros anuales. En España, un 10 % de los viajeros tiene motivaciones religiosas. Uno de los atractivos que ofrece el país es el inmenso patrimonio de la Iglesia católica, que posee 3.168 bienes de interés cultural, de los cuales 18 son Patrimonio de la Humanidad y 78, catedrales. También destaca el Camino de Santiago, que recorrieron 327.342 caminantes en 2018, un 8,74 % más que el año anterior. Un estudio sobre el ‘Impacto económico de los bienes inmuebles de la Iglesia’, encargado por la Conferencia Episcopal Española a la consultora KPMG, concluía que dichos bienes y las fiestas religiosas, como la Semana Santa de Sevilla o el Rocío, generaron 32.520 millones de euros en 2014, incluido el gasto que realizaron sus visitantes, que no se pormenorizaba.
SIN DATOS DE NAVARRA
No existen cifras referidas al turismo ligado a la religión de Navarra. En 2017, la Comunidad recibió a 1,4 millones de visitantes y fuentes del sector dicen que, con un criterio amplio, podríamos considerar turistas religiosos a cerca de un millón, si bien no suele ser esa la única razón de su viaje. Uno de los problemas es que se confunden con quienes hacen turismo cultural. El monumento más visitado de Navarra es el Castillo de Olite -que encajaría en una ruta para conocer la cultura y la historia de la Comunidad foral-, con alrededor de 238.000 personas. Pero la mayor parte de ellas aprovecha la ocasión para conocer la vecina iglesia de Santa María la Real. El monasterio de Leyre es el segundo lugar más frecuentado, con 141.000 visitantes, aunque sólo una mínima parte se recluye con los monjes benedictinos en la hospedería, que sí podría considerarse turismo religioso, y probablemente muy pocos hayan viajado exclusivamente para verlo, sino que realizan un recorrido más amplio que podría incluir también la iglesia de Sangüesa, monumento nacional desde 1889, por ejemplo. Otro tanto podría decirse de la Catedral de Pamplona, que cerrará este año con unas 85.000 visitas.
Karlos Agirre: “Más que receptores, somos emisores de turismo religioso”.
“Más que receptores, somos emisores de turismo religioso”, opina Karlos Agirre, responsable del grupo Itsaslur, con presencia en Pamplona a través de una agencia de viajes y del touroperador Overtrails, que ha participado directamente en las gestiones para hacer posible la concesión a la Catedral de Pamplona de la organización del XVII Congreso Internacional de Turismo Religioso y Sustentable. Según Agirre, todavía es una modalidad “residual” en Navarra, “con la excepción del Camino de Santiago”, por lo que la celebración del Congreso “va a tener una gran relevancia” porque ayudará a su difusión.
TRABAS PARA CRECER
“Son turistas que se mueven por eventos concretos, cosas puntuales” y que acuden, sobre todo, a Tierra Santa y otros centros religiosos, asegura Agirre, que a su vez es presidente de la Asociación Navarra de Empresas Receptivas Turísticas. Pone como ejemplo los dos vuelos chárter fletados por su agencia a Cracovia en 2016, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que presidió el papa Francisco; a Roma, para un grupo de personas que asistían a un evento religioso; o los dos viajes que organiza cada año para grupos de cincuenta navarros que se trasladan a los lugares santos.
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