Descender con máximo cuidado la fina y delicada aguja del tocadiscos sobre los surcos del vinilo, para que las vibraciones producidas con su tacto reproduzcan la melodía elegida. Colocar el disco sobre el plato y que comience a girar… Disfrutar viendo a los DJ´s cómo eran capaces de acompasar los ritmos de dos discos rozándolos con suma delicadeza. Era todo un ritual…
Pero las nuevas tecnologías han cambiado mucho los hábitos en nuestra vida y, entre ellas, la manera de escuchar música. Ahora tenemos la posibilidad de disfrutar cualquier tema musical que elijamos y, además, en cualquier lugar. Y no digamos si además podemos escogerla a viva voz, como nos lo permite la tan conocida Alexa. Servicios de música en streaming como Spotify, Amazon Music o Apple Music han modificado por completo la forma de disfrutar de nuestras canciones y grupos favoritos. Da igual dónde estés y qué hora del día sea. Puedes escuchar cualquier tema que elijas, nuevo o antiguo. Son los reyes de la música actual que se llevan el 75% de la cuota de mercado.
Sin embargo, volvemos a un cambio de ritmo. Por primera vez en décadas, los formatos físicos generaron en 2018 más ingresos que las descargas de música, según la Recording Industry Association of America (RIAA). La venta de vinilos ha crecido un 8% alcanzado su cifra más alta desde 1988. Por ejemplo, las ventas de álbumes de vinilo generaron unos ingresos por valor de 419 millones de dólares, lo que supone un 7,9% más que el año anterior. Y es que, el vinilo resurge más allá del famoso CD que tuvo sus días dorados hace ya años. Aunque en 2018 se llegaron a vender 52 millones de CD´s, las ventas han disminuido en este caso un 40,7%.
Quizá sea el aire nostálgico que invade ese culto al vinilo, ese ritual que rodea al negro disco. El streaming prácticamente desbancó a los CD´s… Pero el vinilo es otra cosa, tiene un halo de romanticismo que vuelve a invadir tiendas, hogares que empiezan a desempolvar los tocadiscos y cada vez más grupos musicales y artistas apuestan por remasterizar sus temas en vinilo. Incluso una de las más famosas tiendas de decoración presenta en su nuevo catálogo un aparador de madera para ubicar el tocadiscos con separaciones especiales para colocar los discos.
Pero… ¿por qué vuelve? Hay quien señala que es la calidad de este formato con respecto a los soportes digitales lo que le hace tener mayor valor musical. También el hecho de que el disco le permite a uno ser poseedor de la música. Es decir, puedes escuchar un tema por streaming, pero no lo tienes físicamente. Un disco puedes tocarlo, olerlo, puedes abrir la portada, leer las letras, ver sus fotos, incluso a veces viene con un póster de regalo… ¡Vamos, puedes disfrutar de él! Todo un rito que encanta hasta al menos melómano. Pero además, algunos vinilos incluyen una descarga digital, lo que multiplica la experiencia musical.
Cuando se creía que los vinilos iban a ser piezas de museo, vuelven con fuerza tras haber sobrevivido y pasado por encima del CD o del MP3. Es más, se está convirtiendo en un objeto de culto, un capricho de coleccionistas, incluso de cierto nivel económico. Tener por ejemplo la discografía de tu artista favorito en vinilo tiene un punto fetichista. El coleccionismo de discos está cada vez más de moda.
Portadas icónicas como la de The Dark Side of The Moon, de Pink Floyd; Nevermind, de Nirvana; Aladdin Sane, de David Bowie con el característico rayo cruzando el rostro del cantante; el mítico paso de cebra de Abbey Road, portada del mismo nombre de los Beatles o la Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band; True BLue o Like a prayer, de Madonna; o Some Girls, de The Rolling Stones, forman parte de nuestra memoria visual además de musical.
Bohemian Rhapsody de Queen, por ejemplo, además de ser la canción más escuchada en streaming, es uno de los álbumes en vinilo más vendidos en 2018 con 113.000 copias. Le sigue Metallica, con 116.000 copias, Jimi Hendrix, con 119.000, o el mítico Michael Jackson, con 131.000. The Beatles se sitúan en el primer puesto con 321.000 LP´s, le siguen Pink Floyd, con 177.000 copias, y David Bowie, con 150.000.
Incluso hay coleccionistas dispuestos a pagar verdaderas fortunas por ciertas portadas como, por ejemplo, ‘Vainica Doble’ (1971), el vinilo más caro del pop español por el que se ha llegado a pagar 2.700 euros. O el ‘Yesterday and Today’ (1966) de The Beatles, que se llegó a desembolar por él hasta 106.000 euros. O los 20.000 euros que se pagaron por ‘Good Luck Charm’ (1962), de Elvis Presley, entre otros ejemplos.
Pero no solo se queda el tema en el mundo del coleccionista. Actualmente, cada vez son más los artistas y grupos de rock y pop modernos que están editando en vinilo sus últimos trabajos, como por ejemplo Rosalía, Bisbal, Fangoria, Russian Red, Auryn o Lady Gaga, entre otros.
Como consecuencia de este revival, también hay un repunte de las ventas de tocadiscos. De múltiples modelos, son también piezas codiciadas que incluso llegan a ser artículos de lujo. Maletines con aire vintage actualizados con detalles modernos, algunos son capaces de reproducir la música que reciben desde dispositivos Bluetooth, CD´s, casetes o MP3. Diseños evocadores, de madera con regusto a los años setenta, muebles decorativos, modelos neogóticos, elaborados en cuero… Incluso Amazon tiene su maletín-tocadiscos en madera forrado en tela para los más exigentes.
Tanto es este resurgir del vinilo que el próximo 10 de abril se estrena el documental “The Vinyl Revival”, que recoge precisamente este retorno experimentado en los últimos años de los diferentes formatos musicales físicos en vinilo.
Es la vuelta a una estética sonora especial, de calidad… a volver a disfrutar de ese rito tan emblemático como es hacerlo sonar colocando sobre él la fina aguja. Da igual que nos debamos tomar más tiempo en limpiarlos cada vez que lo usemos, en que haya que levantarse para cambiar de cara o de disco… Escuchar un vinilo invita a tomarse su tiempo, con calma, con relax, disfrutando de él. Quien pensaba que el streaming había terminado con el vinilo se equivocaba.