domingo, 28 abril 2024

En busca de una investigación más igualitaria

Sea cual sea la disciplina, incluir la perspectiva de género en las investigaciones permite "alcanzar la excelencia científica y obtener unos resultados con mayores beneficios para la sociedad". Esa fue la principal conclusión extraída en las Jornadas Investigación con Dimensión de Género, organizadas por ADItech con la colaboración del Instituto Navarro para la Igualdad y la UPNA. Durante dos días, 150 participantes tuvieron la oportunidad de escuchar cómo se puede aplicar esta visión a disciplinas tan variadas como la física, la filosofía, la economía, el desarrollo de fármacos, el derecho y la Inteligencia Artificial.


Pamplona - 15 octubre, 2021 - 15:02

Lucía Martínez, Ana de Miguel, Ana Burusco, Maruxa Arana, Tomas Brage y Eva Istúriz. (Foto: Víctor Ruiz)

Las Jornadas Investigación con Dimensión de Género, celebradas los pasados 7 y 8 de octubre, «pusieron sobre la mesa la importancia de incluir la dimensión de género en cualquier proceso de investigación de cualquier disciplina». Esa es la principal conclusión que extrajeron en ADItech, agente coordinador del SINAI (Sistema Navarro de I+D+i), que organizó esta iniciativa con la colaboración del Instituto Navarro para la Igualdad / Nafarroako Berdintasunerako Institutua (INAI) y de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)

Se trate de una ciencia exacta o de una ciencia social, las ponencias defendieron que incluir dicha dimensión en la investigación «permite alcanzar la excelencia científica y obtener unos resultados con mayores beneficios para toda la sociedad». Ambos días comenzaron con ponencias institucionales. La intervención del primer día corrió a cargo del Gobierno de Navarra, de la mano de Ana Burusco, directora general de Universidad; Maruxa Arana, responsable de Investigación con Dimensión de Género en ADItech; Begoña Pérez, vicerrectora de Proyección Universitaria, Cultura y Divulgación Científica en la UPNA; y Katja Reppel, de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea.

El segundo día intervinieron Agurtzane Martínez, directora general de Innovación en el Gobierno de Navarra; Eva Istúriz, directora general del INAI; y Zulema Altamirano, directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación. En sus intervenciones destacaron la importancia de «acercarse a la ciencia desde las preguntas, de salir de los antiguos caminos de la investigación para explorar nuevas hipótesis que darán lugar a un nuevo conocimiento y a unos resultados más igualitarios para toda la sociedad». Así, explicaron que incluir la dimensión de género en la investigación consiste en «ampliar el concepto de ser humano, hasta ahora basado en el androcentrismo, donde el hombre occidental blanco es el prototipo único de ser humano». A la hora de abordar una investigación, esta dimensión de género incluye la variable sexo, entendida como las características biológicas de las personas, y el análisis de género, concepto de construcción social.

A la hora de abordar una investigación, la dimensión de género incluye la variable sexo, entendida como las características biológicas de las personas, y el análisis de género, concepto de construcción social.

La física y la filosofía fueron los temas inaugurales de las ponencias del 7 de octubre. Primero, Tomas Brage, doctor en física y matemático de la Universidad de Lund, habló de la influencia que tienen cuestiones como la cultura y la historia en una disciplina de las ciencias exactas y cómo esta influencia «evidencia la necesidad de la perspectiva de género a la hora de acercarse a la física». A continuación, la doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, Ana de Miguel, hizo un análisis de las consecuencias «de no haber tenido una mirada de género desde la antigüedad y de no haber corregido esta mirada a lo largo de la historia». Evidenció, además, «cómo el progreso científico y tecnológico no ha estado acompañado de un progreso moral, lo cual aumenta las desigualdades y hace más necesaria, si cabe, la inclusión de la dimensión de género en cualquier disciplina».

Las jornadas comenzaron el segundo día con una serie de ejemplos «que hacen patente» la necesidad de incluir la dimensión de género. Sabine Oertell-Prigione, médica, investigadora y experta del proyecto ‘Innovaciones de género’, explicó cómo el Covid-19 ha afectado «de forma diferente» a hombres y a mujeres. Un tema que ha sido recurrente en los medios de comunicación y en el debate social, «pero que no ha tenido su repercusión con la misma importancia en la investigación». Raül Andero, profesor de Investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona, profundizó en cómo la eficacia de los fármaco puede variar entre hombres y mujeres. En concreto, explicó que utilizar ratones hembra para experimentos científicos ha permitido abrir una nueva línea de investigación con el objetivo de desarrollar medicamentos más eficaces: «Incluso los órganos tienen sexo». Así lo dejó patente Irene Miguel-Aliaga, profesora de Genética y Fisiología en el Imperial College de Londres.

 

ECONOMÍA, DERECHO E INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Tras estos ejemplos, la economía y el derecho fueron los protagonistas. Tanto Paula Rodríguez, profesora de Economía de la Universidad Pablo de Olavide y experta para la ONU, como Fernando Lousada, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, destacaron el «lastre» que ambas disciplinas arrastran desde la antigüedad, porque «se han construido a imagen y semejanza del hombre y de sus actividades».

La brecha de género ligada a Inteligencia Artificial fue parte de la ponencia de Roger Søraa, investigador del Centro de Tecnología y Sociedad en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. Søraa recordó la importancia de contar con equipos diversos a la hora de desarrollar la Inteligencia Artificial «para que pueda reflejar la realidad de la sociedad y no profundizar en lo que históricamente se ha considerado actividades o gustos de hombres o de mujeres». Además, Meike Spitzner, del Instituto de Wuppertal para el Clima, el Medio Ambiente y la Energía, reflexionó sobre la sostenibilidad con dimensión de género.

Por último, Enrique Santamaría, investigador de Navarrabiomed, y Sara Díaz de Cerio, directora de la Asociación Navarra Para El Parkinson (Anapar), pusieron sobre la mesa un proyecto de investigación en el que están colaborando y aplicando la dimensión de género. Consiste en investigar el olfato y su relación con enfermedades como el alzhéimer y el párkinson. El objetivo de estas investigaciones es contribuir a la generación de nuevos fármacos, adaptados al sexo de cada paciente, con el fin de conseguir «mejores resultados».

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