La pandemia ha demostrado que la inversión en investigación y sanidad “obtiene resultados evidentes en la atención sanitaria y en beneficio de los pacientes”. Esa fue la principal conclusión de la jornada ‘Qué hemos aprendido de la pandemia, organizada por la Clínica Universidad de Navarra (CUN) en su sede de Madrid y en la que se recalcó la importancia de contemplar una salud global “para afrontar futuras pandemias con una mayor eficacia”.
“En los momentos más duros de la pandemia es difícil buscar algo positivo, pero ahora estamos en un buen momento para evaluar qué ha ocurrido, ver qué hemos hecho mal para aprender y aquello que está bien para continuar o mejorarlo. Y uno de los aspectos más palpables ha sido que si inviertes en investigación, consigues herramientas y resultados en la atención. Pasamos de no haber oído la palabra Covid-19 a tener más de seis vacunas, fármacos antivirales, anticuerpos monoclonales, etc. en 2-3 años”, señaló José Luis Del Pozo, director del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Microbiología en la CUN.
Junto al especialista, participaron Margarita del Val, inmunóloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Joan Carles March, médico y profesor en la Escuela de Andalucía de Salud Pública; Verónica Casado, especialista en Medicina de Familia y exconsejera de Salud de la Junta de Castilla y León; e Ignacio López-Goñi, catedrático en Microbiología de la Universidad de Navarra.
LA SALUD GLOBAL
Cuando se cumplen tres años del inicio del estado de alarma, una de las premisas en la que coincidieron los expertos es que “habrá próximas pandemias” y que, para hacerlas frente, es imprescindible “contemplar la salud de forma global, integrando la salud humana, la salud animal y el medio ambiente”.
“El Covid ha procedido de un virus animal y tenemos que estar preparados para las próximas amenazas, ya sean de fuentes víricas, agentes remergentes o resistencias antibióticos. La investigación puede dar respuesta a las preguntas que surgen en la asistencia clínica. Cada uno somos expertos en nuestros campos y tenemos que beneficiarnos mucho más de lo que podemos ofrecernos”, reconoció Del Val.
Precisamente, el trabajo grupal y en equipos multidisciplinares, así como la cooperación internacional y entre la sanidad público-privada que se llevó a cabo para afrontar la pandemia, han sido una de las principales enseñanzas que se han puesto de relieve. También la optimización de los procesos y criterios que sirven de base a la hora de planificar nuevos modelos de asistencia y poder agilizar y eliminar burocracias.
“La sanidad no debe ser un arma arrojadiza que nos lancemos unos a otros. La ola nos atropelló y hubo que tomar en muy poco tiempo medidas sanitarias y no sanitarias. Con lo que poco que sabíamos y la incertidumbre, se trataba de tomar la mejor medida. Ahora nos toca definir qué modelo queremos, marcar un marco legislativo que hay que revisar y adaptar a la situación actual, financiar la sanidad e investigación, reorganizar e impulsar los recursos humanos y hacer buena gestión interna y reconocimiento para seguir creciendo”, apuntó Casado.
En esta línea, también se pronunció March, quien destacó la importancia de la prontitud en la toma de decisiones: “Es importante reaccionar a tiempo, pero es necesario que cuando se varía el rumbo, sepamos rectificar. Para mejorar nuestra actuación de futuro es necesario reforzar la atención primaria y la salud pública”.
INFODEMIA, LA CRISIS SECUNDARIA
De manera paralela a la pandemia, la vertiginosidad de la misma provocó un exceso de información que, en ocasiones, incrementó todavía más la incertidumbre en la sociedad y ha puesto de manifiesto la importancia de la comunicación y la divulgación científica.
“En la medida en que la gente esté mejor informada y entienda lo que está pasando, es más fácil que se puedan adherir a las medidas que se planteen. Por ello, hay varias ideas básicas de cómo comunicar en crisis: transmitir confianza y decir la verdad; ser transparente; decir todo lo que sabes y a veces reconocer lo que no sabes; ser claro y sencillo; y actuar con rigor, teniendo la capacidad de esperar y contrastar”, advirtió López-Goñi.
La pandemia obligó tanto a la comunidad científica como a las esferas políticas y públicas a actuar en tiempo real ante algo desconocido. Por ello, los expertos coincidieron en la necesidad de evaluar los procedimientos y decisiones tomadas. “No hay que olvidar el papel tan importante de la sociedad. Es inteligente, nos ha pedido explicaciones, ha aceptado incluso errores. La sociedad ha respondido y es algo que también va a quedarnos para el futuro”, concluyó Del Val.