“Los agricultores necesitan tener la seguridad de que sus sistemas de regadío funcionan. Habitualmente, dentro de la jardinería o en el campo, suele haber unas cajas con botones para programar la hora y la zona del riego. Pero todo ese proceso es manual. Entonces, para optimizar sus sistemas, se nos ocurrió la idea de desarrollar un programador universal, desde el que se pudiese ‘tele-controlar’ el riego y que se adaptase a su herramienta habitual”, explica Miguel Ángel Campo a Navarra Capital mientras presenta una muestra de su cajetín.
El nombre con el que salió al mercado el proyecto es Hydrotecna. Y lo que motivó a este ingeniero agrónomo nacido en Aragón a desarrollarlo fue una realidad que percibió cuando comenzó a trabajar como profesor en la Universidad Publica de Navarra (UPNA). “Cuando acabé el doctorado me fui a Estados Unidos, donde estuve trabajando durante dos años. Cuando volví, me incorporé a dar clases a la universidad y me di cuenta de que había algunas partes en las que la enseñanza estaba un poco anclada en el pasado. Las ingenierías no estaban adaptadas a las nuevas tecnologías que se estaban implementando”, explica.
Al poco tiempo de llegar, conoció a varios miembros de la Cooperativa de Artajona quienes, junto a la Comunidad General de Regantes del Canal de Navarra, también se sumaron a la iniciativa y propiciaron que él y su equipo comenzasen a investigar sobre cómo introducir la electrónica y las nuevas tecnologías en la agricultura. “Tuvimos la suerte de coincidir con ellos. Yo estaba al corriente de nuevas tecnologías que se estaban empezando a utilizar en otros lugares. Y la cooperativa, a la que siempre estaremos agradecidos, se quiso sumar a hacer pruebas”.
“Conocía nuevas tecnologías que se estaban empezando a utilizar en otros lugares. Y la Cooperativa de Artajona, a la que siempre estaremos agradecidos, se quiso sumar a hacer pruebas”
Así lograron fabricar un prototipo “definitivo”, que presenta una diferencia muy concreta con otros dispositivos de similar utilidad. Y es que Hydrotecna se puede adaptar a cualquier sistema de riego ya instalado: “Digitalizamos como otros, sí, pero sin modificar nada de lo que tiene el agricultor en el campo. El valor añadido es que introducimos las nuevas tecnologías en el sector agro de forma progresiva y sin que los productores tengan que depender únicamente de nuestra aplicación. Gracias a este programador universal, pueden emplear el sistema habitual de forma manual y, además, añadir nuestro cajetín con nuevas tecnologías”.
Una aventura que empezó hace cuatro años y en la que este aragonés ha estado acompañado por Jesús Zapatería, ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba, y Miguel Preciados, que está realizando un doctorado. “También entró Gonzalo Bañón, que es socio capitalista de la empresa junto con la Cooperativa de Artajona. En 2018, comenzamos el proceso para acreditarnos como empresa tecnológica de la universidad y, en los próximos días, saldremos al mercado como tal”.
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
Otra de las novedades que han introducido en su sistema son las sondas de humedad. Su función es extraer datos del suelo para poder conocer el estado de cada zona. “Nos permiten medir las constantes vitales del cultivo. Con esas señales, podemos conocer cómo de bien hidratadas están las raíces y, entonces, elegir qué cantidad de agua regarles”.
“Las sondas de humedad nos permiten medir las constantes vitales del cultivo. Así podemos conocer cómo de bien hidratadas están las raíces y, entonces, elegir qué cantidad de agua regarles”
Ahora bien, hay que tener en cuenta que todas las parcelas no son homogéneas y, por ello, también están desarrollando otra mejora para su proyecto: la sectorización. En la fase de diseño y, antes de instalar el dispositivo, definen cómo es ese suelo por partes e investigan cuánta agua necesita.
“Es como el depósito de un coche. Si se entra en zona de reserva y la planta sufre, le damos agua, pero de forma inteligente”, desgrana Zapatería. Gracias a los sensores, además, consiguen saber dónde, qué cantidad y a qué profundidad es necesaria el agua.
En las parcelas que están sin explotar, van incluso un paso más allá: “Hacemos un primer diseño de las tierras. Es decir, dividimos la parcela por sectores tratando de buscar una homogeneidad del suelo. Nos apoyamos en datos satelitales, y esto tampoco lo hace nadie. Entramos de primeras en instalaciones ya montadas, pero ahora estamos intentando obtener un algoritmo que de forma automática nos sectorice siempre”, explica Preciados, especialista en este ámbito.
En definitiva, Hydrotecna pretende ofrecer al agricultor todos los datos que necesita conocer, pero aunados en una misma aplicación. “La idea es integrar en un dispositivo todos estos factores que habitualmente están aislados. Así logramos un programador que deje pasar agua a cada una de las zonas en las que está dividido un terreno y que esta se distribuya donde más se necesite. Todo ello de una forma sencilla y eficaz”. Este año, uno de sus objetivos principales es implantar sus equipos en Huesca. “Lo principal es asentarnos para después volar”, remata.