Isabel Bombal, directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Política Forestal del Ministerio de Agricultura, abrió la jornada, organizada por CaixaBank, con una charla sobre el marco y las acciones de políticas públicas en este ámbito, y Carlos Urzáiz (Aceites Artajo), José Ahedo (La Travesía- Ahedo Grupo Lacteo) y Gonzalo Agorreta (Grupo Foodys) expusieron sus experiencias prácticas y reales en agricultura de precisión, optimización de la producción láctea e innovación en el campo de los germinados.
Isabel Bombal, en su ponencia bajo el título de Innovación: Acercando el futuro, tomó como punto de partida de su reflexión en torno a este tema el hecho de que “en estos tiempos, una parte importante de la agenda política y social está enfocada en la innovación, una innovación que abarca todos los ámbitos, desde lo tecnológico y lo digital hasta lo organizativo, pasando por lo comercial o lo social”.
“Son cambios que no siempre son fáciles de implementar, entender y utilizar, pero que contribuyen a mejorar la vida y el trabajo de toda la sociedad”, recalcaba la responsable de Innovación en el Ministerio de Agricultura.
En el ámbito agrario, a juicio de Isabel Bombal, la estrategia de innovación tiene mucho que aportar “en cuanto a la incorporación de las mujeres y los jóvenes, en el despliegue de la banda ancha y la conectividad y en materia de regadíos y uso sostenible del agua”.
Isabel Bombal: “Se está haciendo mucho y queda también por hacer, como lo indica, por ejemplo, el potencial de automatización del 57% que tiene este sector”.
La pregunta es, sostenía Bombal: “¿Es España un país innovador?”. Y en su respuesta recordó que el país dedicó en 2016 “un total de 13.260 millones a la I+D+i, con un aumento interanual del 0,67%” pero, recordaba la responsable del Ministerio de Agricultura, “seguimos sin recuperar los niveles previos a la crisis, situándonos aún un 9,1% por debajo de las cifras del año 2009”, con una inversión global en investigación, desarrollo e innovación equivalente al 1,9% del PIB, alejado aún, por ejemplo, del 2,8% que dedica a esta labor un país puntero en la materia como es Alemania”.
Yendo más concretamente al sector agroalimentario, Isabel Bombal detalló que “el gasto en I+D+i en 2017 fue de 696 millones de euros, un 5% del total” y señaló que “se está haciendo mucho y queda también por hacer, como lo indica, por ejemplo, el potencial de automatización del 57% que tiene este sector”.
La directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Política Forestal destacó, por último, “las políticas públicas que se están llevando a cabo en este ámbito, tanto con la divulgación y el apoyo económico a la innovación, desde el Gobierno y las Comunidades Autónomas, como en programas de ámbito europeo, como los grupos operativos o las redes temáticas”.
TRES EXPERIENCIAS REALES Y EN NAVARRA
Tras la ponencia de Bombal, Carlos Urzáiz habló de la experiencia de Aceites Artajo en Agricultura de precisión: El futuro está aquí. Esta empresa navarra utiliza tecnología de dos satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), que “captan imágenes de todas nuestras parcelas cada cinco días, con una precisión y definición mucho mayor de la que puedan permitir los drones”, lo que permite “una agricultura de precisión en el sector extensivo, manejando por ejemplo el riego de los olivares, con una dosificación sectorial, sirviendo de apoyo a los sondeos de humedad y optimizando las estimaciones de riego”.
“A día de hoy, es posible, con el uso de tecnología GPS y de detallados mapas de rendimiento, hacer una aplicación diferencial de herbicidas o un abonado variable, gracias a que conocemos el estado y el rendimiento de cada suelo, sacándole el mejor provecho posible”, explicaba Urzáiz, antes de concluir que “en la agricultura moderna, la aplicación de todas estas tecnologías va a ser algo muy importante”.
Por su parte, José Ahedo, de Ahedo Grupo Lácteo, explicó cómo, con el uso de las nuevas tecnologías, están “optimizando la productividad, el impacto ambiental y el margen bruto de la producción de leche”, que fue precisamente el título de su exposición.
Carlos Urzáiz: “Con el uso de tecnología GPS y de detallados mapas de rendimiento conocemos el estado y el rendimiento de cada suelo, sacándole el mejor provecho posible”.
Este grupo navarro está apostando por “aplicar la tecnología para ajustar márgenes y mejorar la producción, reduciendo el impacto ambiental al mismo tiempo” y para ello se ha enfocado “por un lado, en la nutrición de los animales, recopilando de forma individual datos de hasta 20 parámetros distintos, cada ocho horas”, explicaba Ahedo.
“Esto supone contar, cada día, con 1.800 parámetros de datos productivos, reproductivos, genómicos y de todo tipo, sobre cada vaca, 21.600 datos al año”, que han llevado al Grupo Ahedo a poner en marcha, desde 2011, La Travesía, empresa en la que han desarrollado el proyecto Dynamic Feeding, que calcula diariamente “la necesidad de nutrientes de cada animal, el aporte que recibe y lo que necesita”.
Esta “nutrición de precisión” ha permitido a Ahedo y La Travesía “fijar un total de cuatro niveles de alimentación para nuestros animales, con los que se produce un poco menos de leche en total, pero con un ahorro mayor en costes de nutrición”, explicaba José Ahedo, quien indicó que“en 2017 había 25.000 millones de animales para consumo humano y se estima que para 2050 la cifra llegará a los 120.000 millones, por lo que vamos a necesitar para entonces una nutrición de precisión que permite alimentar adecuadamente al mundo”.
Gonzalo Agorreta: “El proyecto de innovación de Foodys se basa en la tecnología, la versatilidad y la seguridad alimentaria”.
Por último, en la ponencia titulada Germinar para innovar, Gonzalo Agorreta, del Grupo Foodys, una empresa galardonada entre otras con el Premio Alimenta Navarra 2018 para su filial Brotalia, explicó que el suyo es “un proyecto de innovación” que tienes tres patas como son “la tecnología, la versatilidad y la seguridad alimentaria”, que les permiten “una gran capacidad de producción y una gran adaptación al cliente, pudiendo desarrollar germinados de diferentes características; todo ello, con un control exhaustivo de la materia prima y con una adecuada desinfección previa y posterior al propio germinado”.
Foodys está “en continuo proceso de investigación, desarrollo e innovación”, para poder hacer que sus germinados sean también “sostenibles, tanto en lo ambiental, en el uso óptimo de recursos hídricos, como en lo económico, con un adecuado control de costes”, y por ello, señaló Gonzalo Agorreta, están “enfocados en la I+D+i para mejorar y optimizar la producción, para diseñar nuevas alternativas de conservación y para desarrollar nuevos productos”.