A pesar de las trabas normativas que está afrontando su sector, la microcooperativa Insecma, cuyo nacimiento adelantó Navarra Capital, espera construir una harinera de grillos para consumo animal y humano. Los hermanos Mireya y Asier Erroba, de 48 y 44 años respectivamente, proyectan unas instalaciones de 2.000 metros cuadrados en el polígono industrial de Egüés, al lado de las actuales. Sin embargo, atestiguan que la legislación sobre el uso de insectos para la alimentación de las personas no termina de materializarse. «Sabiendo lo despacio que va todo tras estos tres años, no nos queremos poner fechas», reconoce Asier, quien no obstante confía en contar con la nueva sede en 2024.
Las dificultades de este sector emergente ya han propiciado, tal y como avanzó este medio, que la firma de Olite Nutrinsect Spain entre en concurso voluntario de acreedores. No obstante, el balance que hace Insecma de su andadura es positivo. La empresa duplicó su facturación en 2023, cuando alcanzó los 100.000 euros, y prevé llegar a los 150.000 este año. En estos momentos es capaz de criar cuatro millones de grillos al mes, cuando hace solo dos años apenas llegaban al millón.
«Pero es duro porque, al ser un sector desconocido, hay muchas trabas y pocas ayudas. Además, la Ley de Bienestar Animal provocó mucha confusión. La venta de grillo vivo se vio comprometida por la prohibición de comercializar especies exóticas que lo consumen», explica Mireya.
En este sentido, Insecma está a la espera de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) otorgue el visto bueno a un informe presentado por una asociación europea de granjas de grillos.
«En cuanto la EFSA lo autorice, podremos vender harina de grillo para consumo humano, siempre y cuando cumplamos con los requisitos exigidos», apostilla Mireya. Actualmente, Insecma suministra este insecto vivo a una veintena de tiendas de animales, centros de recuperación de aves, cotos privados de caza y mayoristas de alimento vivo.
De hecho, en otros países como Italia hay compañías que ya producen harina para humanos «y ahora se la quitan de las manos», remarca Asier. «Tienen toda la producción vendida para 2024 fabricando dos toneladas de harina al mes», apostilla su hermana acto seguido. Afortunadamente, según sus contactos, «la aprobación del documento puede llegar este mismo año».
PRODUCCIÓN PREVISTA
La autorización de la EFSA facilitaría la colaboración con inversores para levantar la harinera de la microcooperativa. «Seguimos adelante porque sabemos que la harina de grillo es el futuro», defiende Asier convencido. Una vez cuenten con ella, esperan alcanzar una producción anual de 200 toneladas a largo plazo. «Este producto cuenta con un 70 % de proteína; es una gran fuente de magnesio, vitamina B12 y aminoácidos; y contiene poca grasa», resalta su hermana.
Además, la sostenibilidad es una de las señas de identidad de Insecma. Su modelo de producción, basado en la economía circular, le permite incluso aprovechar los excrementos de los insectos, que se emplean para abono. Asimismo, y aunque todavía no han obtenido respuesta, los dos hermanos propusieron al Gobierno de Navarra repoblar algunas zonas rurales con grillos. «Sales por la noche al campo y ya no se escuchan como antes», lamenta Mireya.