sábado, 14 septiembre 2024

Invitación digital a Palacio

Monasterios, castillos, edificios emblemáticos y palacios. No esperes más y disfruta de lugares icónicos de Navarra sin moverte de casa. Está claro que no podemos caminar sus pasillos, tocar sus piedras u oler sus parques, pero sí podemos pasearlos y contemplarlos desde nuestras pantallas. ¿Nos acompañas en este paseo imprescindible?


Pamplona - 25 abril, 2020 - 05:50

Salón Isabelino del Palacio de Navarra. (Foto: cedida)

Hoy os proponemos salir de casa para visitar algunos de los rincones más emblemáticos de Navarra, pero tranquilos, sin saltaros el confinamiento. Es posible gracias a las visitas virtuales elaboradas por Tantatic,y que están abiertas a todo el que desee disfrutar de lugares como el Palacio de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona, Roncesvalles, el Monasterio de Leyre o el de Iranzu, el Castillo de Javier o el de Olite.

Se trata de visitas que podrás guiar tú mismo al ritmo que desees, cambiando de estancias o edificios, recorriendo pasillos y deteniéndote a contemplar riquezas de nuestra historia y puntos destacados donde hay información extra que puedes desplegar. Todo, acompañado de una suave música que te sumergerá en cada uno de tus viajes.

Si te apuntas con nosotros, te recomendamos empezar por una de las visitas más completas: el Palacio de Navarra. Recorre sus principales salones, donde conocerás las joyas que atesora: tapices, retratos de reyes o de ilustres personajes. Entra en el Salón del Trono y contempla sus mármoles y terciopelos, además de pinturas de los presidentes del Gobierno de Navarra en democracia. Visita también la antecámara, el despacho de la presidencia y mucho más.

Después, no puedes perderte el Ayuntamiento de Pamplona, que abre sus puertas desde el zaguán. Pasillos, salas, vidrieras, cuadros, salón de recepciones, salón de plenos, despacho de alcaldía… La casa consistorial guarda además importantes tesoros como los documentos del Privilegio de la Unión, las llaves y las mazas de la ciudad. Quizás, incluso, puedas asomarte al balcón desde donde se lanza el Chupinazo de inicio de las fiestas de San Fermín y, de forma especial, disfrutar de su sonido en este particular año sin fiesta.

Es toda una sensación, visitar el ayuntamiento de Pamplona.

Y de Pamplona, tienes varias opciones con las que viajar, por ejemplo, a un enclave fundamental para los peregrinos: Roncesvalles, que se abre al visitante con sus casas e instituciones religiosas de atención a quienes hacen el Camino de Santiago.

También deja caminar entre sus piedras el Monasterio de Leyre, donde están los pilares del viejo Reyno y el panteón de sus primeros reyes. Leyre es el principal monumento románico de Navarra y uno de los conjuntos altomedievales más atractivos de España. Su iglesia abacial, cripta y Porta Speciosa (siglos XI-XII) son de extraordinario interés y las tienes a un solo clik.

Después de más de mil años de existencia, la vida monástica continúa en Leyre a ritmo de canto gregoriano.

Tras este relajante paseo, está muy cerca el Castillo de Javier, cuna de peregrinación que hoy realizamos desde nuestros hogares. La silueta dibujada por las torres almenadas anuncia el castillo, hogar de San Francisco de Javier, patrón de Navarra, de las misiones y del turismo en España. Un puente levadizo te introducirá en un mundo de torres, mazmorras, matacanes, troneras y saeteras, y te permitirá conocer el lugar donde nació, en 1506, Francisco de Jaso y Azpilicueta.

Los orígenes del castillo se remontan a finales del siglo X, en el que se levantó una torre de señales, torre del Homenaje. En 1516, por orden del cardenal Cisneros, fue parcialmente destruido y, a finales del siglo XIX y aneja a la fortaleza, se levantó la basílica de Javier. En 1952, las obras de reconstrucción devolvieron al castillo su fisonomía original y hoy es uno de los pocos castillos que conservan sus defensas y estructuras como troneras y saeteras.

El Palacio Real de Olite fue corte de los Reyes navarros hasta la conquista de Navarra y su incorporación a la Corona de Castilla en 1512. Este fue uno de los castillos medievales más lujosos de Europa y, contemplando su majestuoso perfil y la elegancia de sus caprichosas torres, no resulta difícil trasladarse al medievo e imaginar cómo era la vida cortesana en un palacio que contaba con ricas decoraciones, exóticos jardines e incluso un zoológico. Sumérgete e imagina las justas y torneos, juegos de pelota e incluso corridas de toros que se celebraban en él.

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El Palacio Real de Olite, más conocido como Castillo de Olite.

Finalmente, nos vamos a descansar mientras paseamos por el verde valle de Yerri y descubrimos oculto, en una zona apartada entre montañas, el monasterio de Santa María de Irantzu, grandiosa abadía cisterciense construida entre los siglos XII y XIV. Su claustro gótico, elegante y austero, es uno de los rincones más bellos del monasterio, que invita a descubrir las diferentes dependencias del cenobio reformado en 1942. Una atmósfera gozosa de paz y serenidad que traspasa la pantalla e invita al reposo del espíritu y a la reflexión.


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