jueves, 12 diciembre 2024

Josean Ascarza inicia una onírica etapa

Su vocación emprendedora comenzó a gestarse mientras echaba una mano en las carnicerías familiares, aunque no se materializaría hasta décadas más tarde. Así, después de casi quince años trabajando en una consultora de recursos humanos, Ascarza fundó Oniria Consulting en 2014. Tras la adquisición de la firma por parte del Grupo Castilla, ha pasado a dirigir el área de 'Talent Services' en la compañía catalana.


Pamplona - 2 noviembre, 2023 - 05:59

Tras licenciarse en Humanidades, Ascarza estudió un máster de Recursos Humanos en Garrigues. (Fotos: Maite H. Mateo)

Lo suyo no era, a priori, la gestión de personas. En realidad, soñaba con convertirse en periodista deportivo. Quiso aprender este oficio en la Universidad de Navarra, pero no alcanzó la nota de corte en el examen previo. De manera casi improvisada, decidió matricularse entonces en Humanidades. “Era una carrera nueva, tenías que explicarle a la gente en qué consistía. Creo que mi promoción fue la primera de España. Y yo entré sin saber muy bien en dónde me metía, si te digo la verdad”, confiesa. A Josean Ascarza no lo conocemos en persona, pero con ese ejercicio de honestidad se ha ganado nuestra simpatía. Por eso sentimos cierta alegría al corroborar que, como seguramente ya sepa el lector, aquel ‘experimento’ que comenzó a los 18 años salió bien.

De la carrera de Humanidades, en concreto, le sedujo la rama centrada en la gestión comercial y de personas y el mundo empresarial. Así encontró una vocación “sin buscarla”, un camino a seguir que le llevó hasta el Centro de Estudios Garrigues, ubicado en Madrid, donde cursó un máster en Recursos Humanos. La capital española fue testigo de sus primeras prácticas -estuvo en una consultora durante tres meses- y también de las preocupaciones propias de un recién graduado. Ascarza buscaba trabajo. “No me salía nada, nada…-recuerda- Y como suele pasar, o no te sale nada o te sale todo a la vez”.

En ese intento por “buscarse la vida”, Ascarza empezó a trabajar en Navidul “vendiendo jamones y chorizos”. Era un ambiente en el que se movía con facilidad: desde pequeño había visto a su padre gestionar las seis carnicerías familiares: “Pasaba todos los veranos allí. Cuando suspendía, porque estaba castigado, y cuando aprobaba, para ganar dinero. Ahora, con perspectiva, ver a un niño trabajando en una carnicería sería una locura”, sostiene entre risas. Mientras transcribimos estas líneas pensamos que, probablemente, fue allí donde forjó el carácter que le permitió fundar Oniria Consulting. De eso hablaremos más tarde, porque nos estamos desviando del tema.

Ascarza dirige actualmente a 30 empleados, pero prevé asumir más responsabilidades a corto plazo.

“Entré un 1 de enero en Navidul y en febrero me salieron tres ofertas a la vez: en Human Management Systems, en la Asociación de la Industria Navarra (AIN) y otra en la empresa en la que había hecho prácticas durante el máster para un proyecto superchulo que iban a comenzar en Argentina”, relata.

Escogió la primera opción y se quedó en una empresa de su tierra. Como él, Human Management Systems había nacido en Pamplona, “pero creció tanto que llegó a tener oficinas en ciudades como Bilbao, San Sebastián, La Coruña, Valencia, Madrid, Vitoria y Barcelona, aunque su sede central estaba en Navarra”. En la consultora de recursos humanos fue escalando posiciones durante casi quince años: entró como técnico de selección, luego pasó a dirigir la oficina de la capital navarra y posteriormente asumió la dirección general de la compañía. Sus últimos años allí fueron intensos y algo amargos.

“Me tocó una etapa muy fea, en la que tuve que tomar decisiones que a nadie le apetece tomar. Conseguimos dar la vuelta a la situación en el negocio y volvimos a poner a la empresa en números positivos. Pero eso -reconoce sin titubeos- no fue suficiente para hacer frente a la deuda que se estaba acumulando. Tuvimos que abrir un proceso de concurso de acreedores y, al final, un proceso de liquidación de la compañía”, evoca.

Hasta entonces, Ascarza había aparcado esa inclinación hacia el emprendimiento que corre por sus venas: “Lo que pasa es que en Human viví casi un intraemprendimiento. Fui microaccionista de la empresa y tenía la sensación de ser parte de la propiedad. Había un sentimiento de arraigo, tenía un concepto de fidelidad quizá mal entendida”. El empujón final llegó cuando, viéndose en casa “con una mano delante y otra detrás”, supo que otra vez debía empezar de cero. “Ahora lo pienso y había un punto de inconsciencia. En aquella época no habíamos salido de la crisis y empecé Oniria contratando desde el primer momento a seis personas”, reflexiona.

“Empecé Oniria contratando a seis personas. Ahora lo pienso y había un punto de inconsciencia”

Ascarza se endeudó, pidió un préstamo a su hermana, vendió su coche “maravilloso” y cada mes ponía dinero de su bolsillo para que el proyecto siguiera adelante. “En este negocio hay que pagar los sueldos de los empleados, el alquiler de la oficina y las licencias de los programas. ¿Qué pasa? Que cuando empiezas a generar clientes y a coger velocidad de crucero, el negocio escala bien porque esos costes fijos se diluyen más fácilmente”, remarca. Oniria iba creciendo y consolidándose poco a poco cuando, de repente, llegó “un bichito” llamado Covid-19 que paró toda la actividad relacionada con los recursos humanos. “Fueron meses en los que no se generaba nada. Y en ese instante, te lo replanteas todo otra vez: ¿realmente esto merece la pena?”.

Él mismo se contesta: sí, la verdad es que sí merece la pena “a pesar de que ha habido sufrimiento, a pesar de que no todo ha sido un camino de rosas”. En septiembre, la firma catalana Grupo Castilla -especializada en soluciones tecnológicas de recursos humanos- adquirió Oniria Consulting. De esta forma, a sus 48 años ha pasado a dirigir toda la línea de negocio de Talent Services puesta en marcha por la compañía con sede en Tarragona.

“Estamos hablando de un grupo que este año facturará unos 30 millones de euros. Su área de gestión del talento va a estar en 3 millones y pico, por lo que es pequeña en comparación con el resto de la empresa. La idea es que ese posicionamiento vaya creciendo y cogiendo más peso. Ese es el encargo que tengo entre manos”, sostiene.

Nuestro entrevistado dirige actualmente a 30 empleados, pero prevé asumir más responsabilidades a corto plazo. “Hay una adquisición que está muy, muy avanzada y, si todo sale bien, se cerrará durante el primer trimestre del año que viene. De producirse -adelanta-, podríamos irnos a una dimensión de 50 personas y a tener oficina en algún otro sitio. Mientras tanto, seguimos atendiendo a los clientes de aquí. Le digo a mi mujer (con la que tiene una hija de seis años) que en estos días tengo dos trabajos. Ella trabaja aquí y eso hace que todo sea más fácil porque ha vivido conmigo todo este proceso y entiende que pueda estar a las diez de la noche trabajando con el ordenador. No es lo habitual, pero a veces pasa y no queda otra”.

En la actualidad, Oniria Consulting cuenta con clientes como Florette, Nordex, Acciona Energía y Cinfa, entre otros.

El fundador de Oniria Consulting ha pasado de ser su propio jefe a tener alguien a quien reportar, pero al mismo tiempo ha ganado una proyección de crecimiento significativa. “Si el 1 de octubre de 2014 me hubieran contado esto, no me lo creería ni de lejos, ni en el mejor de los escenarios. Hemos conseguido crecer mucho. Aunque quede feo que lo diga yo, porque puede sonar presuntuoso, somos la empresa de referencia en Navarra. Gestionamos más de la mitad de los puestos directivos en el mercado y tenemos clientes como Cinfa, Florette, Azkoyen, Nordex, Acciona Energía, Volkswagen, la Universidad de Navarra, la CUN, Viscofan… Que todas esas empresas piensen en nosotros -que somos cuatro chavales, como digo con todo el cariño del mundo-, me llena de orgullo. Se me llena un poco la boca cuando lo cuento, pero es así. Esta es mi criatura”.

La “criatura” está bautizada con el nombre de una canción de Love of Lesbian. “A mi mujer y a mí nos gusta muchísimo ese grupo, los hemos visto unas 25 o 30 veces. Elegí ese nombre por su sonoridad y porque lo identifico con nuestro negocio. Nuestro primer claim fue ‘Oniria, buscamos tus sueños con los pies en la tierra’. Eso para mí es importante: en este mundo hay mucho humo y tenemos que pisar tierra. Somos facilitadores, ayudamos a las personas a conseguir trabajo y a que proyectos empresariales chulísimos puedan llevarse a cabo, pero somos personas normales. Aquí no hay verdades absolutas -defiende- ni matemáticas exactas. En una hora puedes ver muchas aristas al candidato que tienes delante, este ámbito tiene mucho de intuición y de desarrollar un sexto sentido, pero la certeza no la vas a tener nunca. Se lo digo a mis clientes: quien garantice que no va a fallar está mintiendo”.

“Tenemos que buscar modelos flexibles de trabajo. Pero si nos pasamos de frenada, tendremos un problema de competitividad”

Esa ecuanimidad también sale a relucir cuando habla de los cambios que ha atravesado -y atraviesa- su sector. En los últimos años, conceptos como el salario emocional, el teletrabajo o la conciliación han ganado protagonismo en los debates sobre el mercado laboral. “Un referente de los recursos humanos en Navarra me decía que, más allá del absentismo, el problema de las empresas es el presentismo: los que están pero no están. Para mí, eso es mucho más peligroso”, razona. No piense, sin embargo, que estamos sentadas frente a una especie de gurú que promete revoluciones y cambios radicales.

“Creo que estamos en una fase de péndulo y nos estamos yendo de un extremo a otro. No es sostenible. Tenemos que buscar modelos flexibles. Pero si nos pasamos de frenada, tendremos un problema de competitividad. Me produce cierto respeto pensar en cómo conseguiremos equilibrar esto porque no lo veo nada fácil. No concibo que estemos cuatro días a la semana desconectados y sin vernos la cara. Muchas empresas están teniendo problemas de arraigo, fidelidad y creatividad. En tomar un café con un compañero de trabajo hay un valor difícilmente medible”, razona. En eso estamos de acuerdo. De hecho, fue uno de nuestros colegas de redacción quien, sin ir más lejos, nos dio la idea de entrevistar a Josean Ascarza durante una tertulia mañanera en la oficina.


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