Cada año, las exportaciones de Kunak experimentan un nuevo repunte. Solo este año, la firma de Orkoien ya ha vendido su producto en 45 países. De esta forma, la empresa, fundada en 2012 por Javier Fernández y Francisco Alonso, ha desembarcado a lo largo de su trayectoria en más de sesenta mercados internacionales. Empresas de Estados Unidos, Francia, México, Brasil y Emiratos Árabes, por citar algunos ejemplos, han comprado el innovador sistema de esta compañía, que permite monitorizar la calidad del aire en cualquier entorno abierto y controlar los gases.
Para posicionar su producto, Kunak entabla relaciones con distribuidores de los mercados más importantes, con el fin de que «ofrezcan su solución activamente». En la actualidad, cuentan con una red de colaboradores compuesta por treinta empresas, gracias a la cual esperan llegar a noventa países más.
Pero también existen entidades extranjeras que contactan directamente con la compañía a través de su web. Así sucede con algunos países asiáticos y africanos como Brunéi o Benín, donde la empresa navarra carece de distribuidores pero hay una demanda de este tipo de sistemas. «Los países africanos no cuentan con capital para comprar una estación de referencia y poder mantenerla. Esta tecnología les permite, por primera vez, medir la calidad del aire porque es más barata y no necesita mantenimiento», detalla a Navarra Capital el CEO de la compañía, Javier Fernández.
EL ORIGEN
Los ingenieros de telecomunicación Fernández y Alonso se conocieron en Madrid, cuando trabajaban juntos en Terminales de Telecomunicación Terrestre (TTT). Tras varios años valorando la posibilidad de emprender, decidieron dar el salto y fundar una empresa: «La idea era diseñar equipos que se pudieran conectar a un sensor desde cualquier sitio del mundo para que el cliente pudiera medir aquello que precisara».
Poco a poco, el proyecto fue cobrando forma y ambos se especializaron en un nicho: la medición de gases. Todo un reto, más aún cuando se trata de bajas concentraciones. En esos inicios Start Up Capital Navarra les concedió 150.000 euros. Y, en 2014, Kunak colaboró con la Universidad de Navarra en el proyecto Life + Respira, en el que diseñaron los primeros prototipos y comenzaron la fase de comercialización.
Javier Fernández: «En 2019, la empresa contaba con nueve personas en unas oficinas de CEIN. Actualmente, tenemos dos oficinas de más de 450 metros cuadrados en Orkoien»
A raíz del éxito obtenido, recibieron en 2018, por parte del programa SME Instrument del Horizonte 2020, una financiación de 1,6 millones de euros, lo que les permitió crear una segunda generación de estos equipos más evolucionada a nivel mecánico, electrónico y de software.
«Hemos llegado a invertir 2,6 millones de euros en I+D. Antes, solo podías medir gases comprando laboratorios móviles analíticos, que tienen un coste de entre 300.000 y 500.000 euros. Aunque no se mida con la misma precisión, nosotros ofrecemos medidores de gran fiabilidad por entre 4.000 y 8.000 euros», especifica Fernández.
UN PRODUCTO DIRIGIDO A LA INDUSTRIA
Gran parte de los clientes proceden de sectores industriales como la minería, los puertos o la construcción, aunque las ciudades, a través de sus ayuntamientos, también están demandando este producto. Es el caso de Bilbao, donde se han desplegado cuarenta dispositivos. «Tenemos previsto ampliar nuestra mirada, ya que nuestra solución es apta para casi cualquier entorno. Hemos desplegado equipos tanto en desiertos como en zonas más gélidas como la Antártida”, sostiene el CEO.
Gracias a esa labor, Kunak facturó 1,7 millones de euros en 2022. Los ingresos de la compañía muestran «un crecimiento anual constante de entre un 50 y un 100 %» cada año, aunque Fernández adelanta que en 2023 estarán «más cerca del 100 % que del 50».
Para ello, la firma cuenta con veintitrés trabajadores, a quienes se sumarán dos más este mes y otros tres en 2024. Con el equipo actual, ya ha producido y distribuido 700 dispositivos en lo que va de año, 400 más que en todo el ejercicio pasado. «En 2019, la empresa contaba con nueve personas en unas oficinas dentro del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN). Actualmente, tenemos dos oficinas de más de 450 metros cuadrados en Orkoien», subraya Fernández.
EL SISTEMA, AL DETALLE
El dispositivo consiste en «un medidor de los gases que se encuentran en el aire». El sensor, al entrar en contacto con el aire, emite una señal y el sistema interpreta la concentración del contaminante. Este cuenta en la parte inferior con unos cartuchos, que permiten detectar los diferentes contaminantes que quiera analizar el cliente. Los cartuchos, patentados por Kunak, dotan a la empresa de la capacidad para poder innovar y detectar más componentes.
Una vez detectados los gases, el software Kunak AIR Cloud ofrece la información de manera simplificada, de tal forma que el usuario puede analizar el aire y la contaminación del lugar donde se encuentra el aparato. Además, el programa introduce novedades de forma periódica: «Al principio, solo había una gráfica y ahora, dependiendo del movimiento del viento, el usuario puede determinar de dónde proviene la contaminación».
Además, Kunak ha colaborado también con la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo en importantes eventos, como el Mundial de Atletismo de Budapest y las pruebas de la Golden League. En el ámbito deportivo, también destaca su trabajo controlando la contaminación causada durante el derribo del estadio Vicente Calderón. Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comprado equipos de la entidad para países como Haití, al igual que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), con el que colocaron uno de sus dispositivos en Etiopía, o la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Ahora, la firma quiere potenciar su posicionamiento en Navarra. Y es que, en la actualidad, apenas tiene proyectos activos dentro de la Comunidad foral, aunque ya ha trabajado con la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) en el control de la contaminación de las aguas residuales en Arazuri. «Nos sentimos infravalorados en nuestra tierra», lamenta el CEO de la compañía hasta en dos ocasiones.