viernes, 26 abril 2024

La brújula informativa de Enrique Sueiro

El periodista pamplonés acaba de publicar 'Brújula directiva', un libro donde plasma sus experiencias tras treinta años de profesión centrados en la divulgación de información científica y la asesoría a directivos en materia de comunicación. Entre los muchos temas que abordamos en la entrevista está, como no podía ser de otra forma, la transmisión de las noticias sobre la pandemia. Ya les adelantamos que detecta algunos errores relevantes...


Pamplona - 5 diciembre, 2020 - 06:00

Artículo patrocinado por Banco Sabadell

Enrique Sueiro es asesor de directivos en materia de comunicación. (Fotos: Javier Valeiro / cedidas)

Nació en Pamplona en el año 1968. “Sí, soy de Echavacoiz de toda la vida”, proclama entre risas reivindicando el barrio en el que vivió su infancia, de la que guarda “estupendos recuerdos”. Entre estos incluye su asistencia al colegio Nicasio de Landa hasta que se fue al Colegio Irabia: “Pasé de Echavacoiz a la Chantrea”.

Después se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra, donde trabajó veinte años. Y “ya mayorcito, con 37 años, empecé la tesis doctoral sobre comunicación médica, que acabé con 40”. Esa tesis ha tenido una importancia capital en su vida. “Y el caso es que la hice casi de rebote porque lo que realmente me hacía ilusión era cursar un máster en Estados Unidos”. Un país que le impactó tanto cuando lo visitó por primera vez que le tentó la idea de irse a vivir allá: “O, al menos, hacer algo importante. De hecho, me admitieron para hacer un máster en comunicación corporativa en la Northwestern University de Chicago al que, por diversas razones, tuve que renunciar”. El revés no le hizo desistir de su afán por seguir formándose, de modo que derivó su inquietud hacia la realización del doctorado.

Actualmente, Enrique Sueiro reside en Madrid.

Actualmente, Enrique Sueiro reside en Madrid.

Pensó en una tesis sobre comunicación en universidades, pero “tras varias intentonas infructuosas” de dar con un profesor que quisiera dirigirla, finalmente lo hizo quien fuera rector de la Universidad de Navarra, Alfonso Nieto. Este le propuso cambiar de tema y centrarse en la comunicación sobre asuntos de ciencia, salud, biomedicina… Aceptó sin dudarlo. “¡Como si me hubiera propuesto hacerla sobre el cangrejo de Navarra! Para mí era don Alfonso, una autoridad que… Por supuesto, le dije que sí y tiré mi proyecto de tesis”.

«Estados Unidos me impactó tanto que pensé en irme a vivir o, al menos, en hacer allí algo importante».

Enrique remarca sus frases con movimientos de manos y brazos que, en este punto, casi giran como aspas de molino. “¡Jamás me hubiera imaginado hacer primero una tesis, segundo una tesis sobre ese tema, y luego que me la publicara el CSIC!”.

El tema escogido le abrió un hasta entonces insospechado futuro profesional, que le ha llevado a ser director de Comunicación en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y en el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Respiratorias, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación; director de Comunicación Interna y de Comunicación Científica en la Universidad de Navarra; y profesor del Máster de Periodismo Sanitario en la Universidad Complutense de Madrid, así como de Fundamentos de la Comunicación Humana en la Universitat Internacional de Catalunya.

INFORMACIÓN SOBRE LA PANDEMIA

Los cuatro años que invirtió en la redacción de su tesis lo convirtieron en un experto en la comunicación sobre temas científicos y médicos, por eso se lo rifaron los centros en los que fue trabajando. Además, daba clases a los futuros médicos acerca de cómo transmitir “con rigor y claridad asuntos que son complejos y delicados.

En su formación fueron fundamentales los meses que estuvo en el departamento de comunicación del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, en Washington: “Tienen un manual titulado ‘When sciencie makes news’, algo así como ‘cuando la ciencia es noticia’. Se trata de una especie de guía para médicos, investigadores, bioquímicos, farmacéuticos, veterinarios… sobre cómo exponer temas científicos de manera sencilla cuando tienen que hablar con los medios de comunicación”. Y él decidió incorporarlo a su quehacer profesional. Su asesoramiento a los profesionales de la salud en habilidades de comunicación incluye la forma de transmitir malas noticias a un paciente, “que pasa por escucharles y hablarles con delicadeza”.

«Me resulta muy llamativo que ni siquiera sepamos los datos ciertos de las personas que han fallecido».

Con su currículum y en la situación que vivimos a causa del Covid-19, la pregunta es obligada: ¿estamos recibiendo la información adecuada sobre la pandemia? Resopla, une las palmas de las manos y contesta midiendo las palabras: “Hemos visto la importancia no solo de tener todos los datos, sino de interpretarlos. Y en un asunto como este, que afecta a la salud y ha ocasionado tantas muertes, hay que saber gestionar también el contexto y las emociones. ¿Cómo se ha gestionado? Puesss… me resulta muy llamativo que ni siquiera sepamos los datos ciertos de las personas que han fallecido. Que eso sucediera cuando llevábamos dos semanas o un mes… Pero ahora… No quiero entrar a juzgar la intención de la gestión porque no me cabe duda de que es la mejor, pero una cosa es querer hacerlo bien y otra hacerlo bien de verdad”.

De acuerdo, pero en concreto… “Creo que un error importante es el de la saturación informativa. Ha sido un claro ejemplo de que dar mucha y continua información ha tenido como efecto el de distraer, pero no quiero decir que se buscara eso. He seguido muchas comparecencias del presidente del Gobierno y de otros portavoces sin llegar a enterarme de lo que me habían querido decir. Falla algo. Eso sin entrar a cuestiones políticas, que nos llevarían por otros derroteros”.

«He seguido muchas comparecencias del presidente del Gobierno y de otros portavoces sin llegar a enterarme de lo que me habían querido decir. Falla algo».

A eso habría que unir la ingente cantidad de información que llega de todas partes y a través de múltiples medios, haciendo que sea difícil distinguir las noticias verdaderas de las que no lo son.

Como experto, ¿puede dar algún consejo? Entonces, mueve a uno y otro lado la cabeza antes de responder. Existe la tentación fácil de leer solo aquello que refuerza lo que ya pensamos. Pero yo leo más opiniones y argumentos que contradicen lo que pienso porque eso me hace ponderar más mis propias ideas y, en algunos casos, me han hecho cambiar de opinión”.

COMUNICACIÓN DIRECTIVA

Su carrera profesional derivó posteriormente hacia la asesoría de comunicación directiva. “Fue en 2011, a raíz de un artículo que publiqué en El País sobre comunicación interna en las empresas. Una multinacional quiso contratarme precisamente como director de comunicación interna. Llevaba ya veinte años en Pamplona trabajando en la universidad, suponía irme a Madrid… Me pareció una estupenda oportunidad de cambio”.

Cuando todo parecía ya hecho se frustró su fichaje, pero la idea de irse lo había seducido. Así que permaneció en Madrid a la espera de que le llegara otra oferta, cosa que no ocurrió. Eso sí, lo llamaron «de algunos sitios» para ver si podía dar charlas sobre comunicación en las empresas: «Entonces descubrí que no se me daba mal. Eso fue a más y, al mismo tiempo, surgió lo del asesoramiento a directivos en la organización y gestión de sus comunicaciones, sobre todo en el ámbito interno y en situaciones de crisis”. Es su actividad actual. “No es que lo buscara, pero surgió así”. Dice que como, cada asesoramiento tiene sus peculiaridades, de todos aprende algo. Una formación que complementa con los libros que lee, “sobre todo de ‘management’”.

«Leo más opiniones y argumentos que contradicen lo que pienso porque eso me hace ponderar más mis propias ideas».

A su vez, ha plasmado esa experiencia en varios libros, en los que destila sus treinta años de profesión. «Ahí está lo vivencial y lo que he aprendido de otros autores que para mí son referentes. Dedico al menos dos horas todos los días a leer, siempre que sea posible, y me gusta escribir”, confiesa. Está claro que así es porque hay una veintena de volúmenes suyos en el mercado. Acaba de publicar ‘Brújula directiva’, que ha escrito durante año y medio y tras haberse leído o releído ¡otros 150 libros! Nos aclara que no está dirigido exclusivamente a ejecutivos, sino que pretende «contribuir a que seamos buenos directivos de nosotros mismos». De alguna forma, «ayuda a alcanzar lo que me gusta llamar soberanía personal, ser dueño de uno mismo, que es lo contrario de ser esclavo o sumiso a otras personas, a organizaciones. Eso requiere fortaleza interna para estar blindado ante malos influjos externos».

Añade que esa capacidad para dirigirse a uno mismo es útil para cualquier persona, especialmente “para quienes tienen que dirigir a otras personas porque ser ejemplar es una clave directiva a nivel empresarial. En este sentido, revela que aconsejó no poner carteles en las paredes que proclamaban los valores de una empresa “porque puede ser muy contraproducente si los empleados no perciben que sus jefes los viven”.

Enrique Sueiro, durante su intervención en el foro del Ecofin de 2016.

Quizás se hayan preguntado cómo reacciona cuando se equivoca alguien que se dedica a asesorar. Aprovechando su accesibilidad, se lo preguntamos a Enrique, que responde con una carcajada antes de reproducir una cita de Esther Dyson: Comete siempre nuevos errores. De esas cuatro palabras, la fundamental es nuevos. No me gusta equivocarme, es obvio, pero me equivoco como todos. Alguna vez he sido reincidente, aunque en general no suelo caer dos veces en el mismo fallo. Y cuando lo haces, no cabe sino pedir perdón y rectificar. Es un riesgo de esta profesión”, señala abriendo los brazos, como si efectivamente estuviera pidiendo disculpas.

«No suelo caer dos veces en el mismo fallo. Y cuando lo hago, no cabe sino pedir perdón y rectificar».

ADICTO A ALGUNAS SERIES

Ponemos fin a la videoentrevista prometiéndonos vernos la próxima vez que visite Pamplona. Algo que hace “con menos frecuencia de lo que me gustaría”. Y la pandemia aún se lo ha puesto más difícil. Espera poder hacerlo el año que viene porque “tengo buenos motivos para ir y estar con mucha gente a la que quiero. Siempre que puedo estoy con personas, cumplo así con el ‘principio Pepa’, al que dedico el primer capítulo de ‘Brújula directiva’, primero las personas y después los papeles. Claro que eso este año mejor como que no, pero podemos recurrir al teléfono”. A pesar de la despedida, la conversación sigue. El menor número de encuentros personales le permite disfrutar leyendo libros de historia, de filosofía… “Hace un tiempo leí ‘La Fractura’, una obra de Philipp Blom, un recorrido histórico del periodo de entreguerras del siglo pasado en Europa. ¡Y caramba! ¡Cuánto se parecen las reacciones sociales de entonces a las que estamos viviendo! Ahora estoy leyendo sobre la civilización Maya y también encuentro similitudes con la situación actual”.

También aprovecha para ver series. “Soy adicto a algunas, sobre todo si su argumento tiene que ver con la comunicación y la política. Mi favorita, a pesar de que ya tiene años, es ‘El ala oeste de la Casa Blanca’. Es perfecta para los que, como me ocurre a mí, nos gustan la política, la comunicación y Estados Unidos”. Nos recomienda ver ‘House of cards’ y ‘Baron Noir’, “una serie francesa que me encanta porque también tiene trama política”. Ahora sí apagamos el ordenador, pero cuando al rato volvemos a encenderlo nos encontramos con un mail de Enrique. Ha recordado dos series más que le han gustado: ‘Mrs. America’  y ‘Borgen’, «una serie danesa muy diferente de todas las que había visto hasta entonces».

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