miércoles, 24 abril 2024

La competitividad solo mejorará «con reformas estructurales ambiciosas»

El Círculo de Empresarios presentó este jueves el informe 'Mejorar la competitividad para acelerar la recuperación', en el que la institución identifica las principales debilidades del sistema productivo español. El documento incide en que España no ha mejorado su posición en los 'rankings' internacionales de competitividad. Y aporta algunas propuestas de mejora en materia de talento e innovación, eficiencia y calidad de las administraciones públicas, internacionalización o industria, entre otras áreas.


Madrid - 29 octubre, 2020 - 14:54

John de Zulueta (dcha.) y Miguel Iraburu (izda.) presentaron este jueves las conclusiones del informe. (Foto: archivo)

El Círculo de Empresarios presentó este jueves en Madrid el informe ‘Mejorar la competitividad para acelerar la recuperación’. En él, la institución incluyó recomendaciones y propuestas de reformas estructurales para mejorar la competitividad en el sistema productivo español, cuyas debilidades quedaron expuestas ante la crisis del Covid-19. Participaron en la presentación del informe el presidente del Círculo, John de Zulueta, y el presidente del Barómetro de la Competitividad de la institución, Miguel Iraburu.

El informe señala que España no ha mejorado su posición intermedia en los rankings internacionales de competitividad.

El documento analizó de forma dinámica la evolución de España y los países de referencia en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), concretamente respecto a 41 indicadores del entorno de negocios, revelando que España tiene un gran potencial de mejora. Los países de referencia para el análisis fueron Estados Unidos, Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Israel, Bélgica e Irlanda.

La principal conclusión es que la situación de España, a nivel competitivo, está aún «alejada» de los países con mejor desempeño dentro de la OCDE, especialmente en materias como instituciones, capacidad de innovación, dinamismo empresarial, mercado de trabajo y formación. En el análisis dinámico, la institución valoró cómo el país «no ha logrado mejorar su posición intermedia en los ‘rankings’ internacionales de competitividad» en los últimos diez años. El avance en estas materias, afirmó, «solo será posible si se ejecutan reformas estructurales ambiciosas».

Por eso, la institución propuso soluciones enfocándose en las que pueden implantarse de forma prioritaria en algunos de los principales aspectos que influyen en la competitividad del modelo productivo. En materia de talento e innovación, por ejemplo, el Círculo recomendó «el desarrollo de un ecosistema innovador y el establecimiento de un diálogo permanente» entre la comunidad académica y científica para intercambiar conocimiento, «favorecer» la divulgación científica de interés económico y estudiar proyectos de «interés común» a nivel nacional e internacional.

Otras recomendaciones que propone el Círculo son la reforma del impuesto sobre sociedades, un nuevo diseño de cotizaciones a la SS o la extensión de la FP dual, entre otros.

En el terreno de la eficiencia y calidad de las administraciones públicas, según el informe, resulta «imperativo» profesionalizar la gestión de los organismos públicos, con el objetivo de «aumentar la estabilidad, la independencia y la visión a largo plazo ante los cambios del ciclo político». Además, cabe «reformular y racionalizar» la estructura de la administración territorial y aumentar «su transparencia y gobernanza».

Respecto a la internacionalización recomendó, en concreto, involucrar al sector privado en el diseño de nuevas estrategias e involucrar al sector privado en el diseño de nuevas estrategias y planes, incrementar y consolidar la base de empresas exportadoras regulares y avanzar en la apertura de mercados, la promoción, formación e información comercial, la financiación y la fiscalidad, así como en la participación de empresas españolas en la ejecución de proyectos de cooperación.

Por último, y refiriéndose a la industria, propuso fomentar la inversión pública en infraestructuras productivas, establecer políticas industriales «activas y transversales», favorecer la colaboración público-privada para la innovación y la digitalización, garantizar la estabilidad, previsibilidad y competitividad de los costes energéticos soportados por la industria e impulsar acciones para el desarrollo de una que sea 4.0.

Otras recomendaciones adicionales apuntan a la reforma del impuesto sobre sociedades, la modernización del sistema de contratación, la adaptación del modelo educativo a un entorno global y digital, el refuerzo de la unidad de mercado, el establecimiento de un nuevo diseño de las cotizaciones a la Seguridad Social, el aumento del tamaño de las pymes españolas o la extensión de la Formación Profesional dual.

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