La Inteligencia Artificial parece no tener límites. O, al menos, nadie se atreve aún a aventurarlos. Hoy se aplica en áreas tan complejas como la robótica, las finanzas, los vehículos autónomos, la comunicación, los videojuegos… Y quién sabe en qué otros sectores lo hará en el futuro. Sin embargo, es difícil imaginarla, por ejemplo, midiendo la grasa de una loncha de jamón. Una tarea que puede resultar sencilla en comparación con las anteriores, pero que sirvió de base a Alfredo Ferrer para poner en marcha la empresa tudelana VisionQuality en 2017. Siete años más tarde, la maquinaria desarrollada por la firma ya está presente en compañías de referencia como Congelados de Navarra, Bodegas Cvne, Grupo AN, Grupo Cidacos, Revlon, SKF Española, Embega, Bodegas Aragonesas, Urzante…
Su tecnología permite verificar la calidad de los productos y los envases, su peso, si el tapón está bien cerrado o hasta si la etiqueta y el código de barras son los adecuados, entre otras funciones. Incluso puede detectar si el contenido son alitas o patas de pollo y puede emplearse también en otros ámbitos como la automoción, la cosmética, etc. “El cliente expone qué necesita y nosotros nos encargamos de idear una solución”, explica a Navarra Capital este emprendedor oscense de 47 años y afincado en Valtierra desde que se casó con su mujer, Amaya Blasco.
El germen de la empresa, que actualmente cuenta con seis trabajadores, se cultivó en la aceleradora Orizont de Sodena, “cuando la Inteligencia Artificial todavía era muy primitiva”. En 2023 facturó 500.000 euros y, este año, prevé alcanzar el millón: “Crecemos de manera sostenida porque no fabricamos nada que no nos pidan”. Además, comercializa su maquinaria por toda España y, de cara al futuro, baraja la posibilidad de extenderse a otros países.
Desde que Alfredo era joven, su interés por la programación y la automatización era notable. Por eso, estudió Ingeniería Electrónica Industrial en la Escola Universitària Salesiana de Sarrià (EUSS) de Barcelona. “Viví el boom de los ordenadores”, rememora al tiempo que recuerda cómo, de pequeño, le encantaban los Lego.
Antes de poner en marcha el proyecto, estudió la importante presencia del sector agroalimentario de la Comunidad foral e identificó una oportunidad de negocio: desarrollando la tecnología adecuada, podría aportar gran cantidad de información complementaria sobre los productos para que las empresas pudieran optimizar sus procesos. Así que, aprovechando sus conocimientos en automatización y diseño eléctrico y mecánico, se lanzó a emprender.
EL OJO DE HALCÓN
Sus máquinas emplean tanto inteligencia como visión artificiales. “Integramos en su software las características del producto (color, peso, tamaño, forma, contenido, código de barras…) para que, cuando alguna de ellas muestre algún defecto, la identifique”, detalla. Gracias a la evolución de su tecnología, VisionQuality aumenta cada año sus aptitudes. “Ahora podemos detectar errores que antes no, como pequeñas arrugas en el etiquetado”, subraya.
En sus instalaciones de Tudela se diseñan y ensamblan los equipos que posteriormente salen al mercado, desarrollados ad hoc para cada cliente. Quizás por eso, Alfredo defina a su plantilla “como un conjunto de ideas”. “La I+D funciona como el principal motor de VisionQuality porque cada proyecto que nos encargan requiere prácticamente de un invento nuevo”, constata.
Su modelo es tan innovador que, según el CEO de la empresa, la compañía no cuenta con una competencia directa como tal en Navarra. “Hay empresas que trabajan con visión artificial, pero nos diferenciamos de ellas en que nosotros la trasladamos al público en forma de máquina”, destaca.