viernes, 20 septiembre 2024

La luz brilla sin el impuesto al sol

El autor se felicita de la derogación del denominado 'Impuesto al Sol' que, bajo su punto de vista, beneficiará e impulsará la extensión del consumo así como de la producción de este tipo de energía renovable en Navarra.


Pamplona - 12 noviembre, 2018 - 06:00

guzman-garmendiaLa aprobación del ‘Real Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores’, o lo que es lo mismo, la derogación del llamado ‘Impuesto al Sol’ que en los últimos años tanto daño ha hecho a la lógica evolución eléctrica y medioambiental, ha sido recibida con un inequívoco haz de luz que llena de esperanza el futuro energético de nuestro país, incomprensiblemente situado a la cola de la apuesta solar europea, muy por detrás de Gran Bretaña o Alemania, países donde el protagonismo del paraguas nos debería hacer pensar lo contrario.

Para cumplir el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, firmado por 195 estados en diciembre de 2015, y para conseguir los objetivos marcados por Europa 2020, España tendría que instalar 8.000 Megavatios de energías renovables en apenas año y medio, y así conseguir el compromiso del 20% de producción sea de procedencia limpia, porcentaje que sube al 32% en 2030, lo que nos obliga a completar cada año entre 6.000 y 7.000 Megavatios más. Unas metas difíciles y ambiciosas que de ninguna forma se pudieran haber contemplado de no ser por el cambio legislativo con el que comenzábamos este artículo.

Lejos de intentar entender la estrategia política con la que anteriores gobiernos iban a tratar de cubrir la exigencias europeas y globales, centrémonos en celebrar la nueva situación uniéndonos a la lógica alegría que recorre a todos y cada uno de los implicados en las propuestas de generación eléctrica medioambientalmente impoluta, que al final, sin duda, nos involucra y favorece a todos. Antepongamos, por fin, los intereses particulares de la ciudadanía y el bien común por encima de las pretensiones de las grandes empresas suministradoras, muy dadas en las últimas fechas a aumentar el precio de la factura de la luz con excusas que, una vez desarboladas, se transforman en otras tan inverosímiles como inmunes.

«Gravar el autoconsumo, condicionar la producción, entorpecer el consumo compartido, ¿en qué estábamos pensando?

La nueva situación revierte varias de las increíbles medidas que hundieron a nuestro, a priori, excelente país para la generación eléctrica por renovables, en las últimas posiciones de los rankings de estados atractivos para la inversión.

Medidas como obligar a gravar el autoconsumo, de tal forma que la colocación de una placa solar o un molino en nuestro propio jardín venía acompañado de un inexplicable tributo, o, en algunos casos, condicionar la producción a volcar los excedentes a la red de distribución de forma gratuita, así como no reconocer el autoconsumo compartido y llenar de trabas el proceso administrativo, nos situaban lejos, muy lejos, del mandato de Naciones Unidas y de la Unión Europea ¿En qué estábamos pensando?

VISIÓN DE FUTURO

Traducido a la práctica, e incluso aterrizándolo a territorio foral, muchos serán los pueblos que imitarán iniciativas como la que se está llevando en algún ayuntamiento, dedicados, ahora con muchas más garantías de éxito, en producir gran parte de su consumo eléctrico municipal ejecutando proyectos de restauración o puesta en marcha de centrales hidroeléctricas.

Los proyectos de Cárcar, Sesma, Arróniz o Valtierra, entre otros, van a construir el castillo libre de emisiones que nos hemos marcado para Navarra.

Esperamos que ese esfuerzo se traducirá en un importante descenso en su factura eléctrica y una más que interesante recuperación de espacios públicos, al igual que ocurrirá con aquellos que han apostado por la instalación de paneles fotovoltaicos en sus edificios emblemáticos, como los que tiene Cárcar en los tejados del frontón o de su nave, lo que se añade a su acción política medioambiental, que lleva años favoreciendo la instalación de huertas solares en terrenos comunales, así como las recientes iniciativas en Sesma o Arróniz, con vehículo eléctrico municipal incluido.

 

Otros municipios, como el de Valtierra, han cerrado importantísimos acuerdos eólicos, que ahora tendrán más razón de ser, como siempre lo han tenido, que no apoyados, los cientos de pequeños impulsos que en forma de paneles o molinos han promovido particulares y administraciones. Todos ellos, junto a las inversiones pioneras en la apuesta solar y eólica, contribuyen, ladrillo a ladrillo, a construir el castillo libre de emisiones que con muy buen criterio nos hemos marcado en Navarra, en España, en Europa y en el mundo, y de paso, como bien mayor, a reducir la implacable y artificialmente engordada factura de la luz.

Guzmán Garmendia
Parlamentario foral. Grupo Parlamentario Partido Socialista de Navarra

Para acceder a más opiniones de expertos sobre temas de interés económico o empresarial … LEER AQUÍ. 


To Top