Desde que eran pequeños, los hermanos Zarranz comparten una gran afición por el esquí y las competiciones vinculadas con los deportes de nieve. Y, aunque ya hace tiempo que Andrés e Irene dejaron de ser niños, todavía mantienen viva esa pasión. De hecho, quizá podrían calcular cuántas horas, minutos y segundos les ha llevado emprender un nuevo camino y constituir Zarranz Cronometraje. Una pequeña empresa que, precisamente, han creado con este cometido tan singular: medir el tiempo.
Hace ya unos veinte años que la Federación Navarra de Deportes de Invierno promovió un curso de cronometraje, al que ambos se apuntaron siendo todavía unos chavales. Desde entonces, han cronometrado numerosas competiciones deportivas, pero de forma amateur: “Nos formamos e íbamos a cronometrar carreras como aficionados por echar una mano. Siempre eran de índole social o popular”, explican a CapitalSport. Una actividad que compaginan con la organización de competiciones de esquí alpino como miembros de la junta del Club Esquí Navarra.
Ahora, la vida les ha llevado a profesionalizar su labor como medidores de tiempo. El motivo: en 2021, se requirió a todas las federaciones de deportes de invierno que contratasen solo a titulados en este ámbito para las competiciones oficiales.
“Desde el Ayuntamiento del Valle de Egüés nos aconsejaron dirigirnos a ANEL para informarnos de cómo crear una microcooperativa. Fue un acierto”
En ese momento, además, la Federación Española de Deportes de Invierno también organizó un curso de reciclaje para cronometradores al que decidieron acudir.
“Pensamos que era el momento de actualizarnos y crear la empresa. Desde el Ayuntamiento de Egüés nos aconsejaron dirigirnos a ANEL para informarnos de cómo crear una microcooperativa. Fue un acierto, ya que desde el primer momento nos han ayudado con todos los trámites y nos han facilitado muchísimo la tarea de crear la empresa”.
Ahora, su labor está enfocada principalmente en cronometrar carreras de esquí alpino, fondo, mushing, patinaje alpino y otros deportes relacionados con la nieve.
Dentro de los eventos, también asumen las labores de secretaría, inscripciones o clasificaciones: “Nuestro trabajo requiere de mucha formación, mucha dedicación y sobre todo mucha inversión en material tecnológico. De modo que necesitábamos darle un poco de continuidad y tomárnoslo más en serio para no quedarnos atrás”, resaltan los hermanos.
“Nuestro trabajo requiere de mucha formación, mucha dedicación y mucha inversión en material tecnológico”.
El precio del material necesario para calcular los tiempos durante una carrera de esquí puede alcanzar los 6.000 euros. A esta suma hay que añadir el ordenador, el portillón (varilla que el corredor abre al salir y facilita el tiempo real de inicio); la foto-célula (situada en la meta, es una especie de ‘foto finish’ que el atleta corta al finalizar su participación); un software específico; tres relojes (cada uno con un precio cercano a los 1.500 euros) y todos el cableado pertinente para que el sistema funcione. “En el esquí alpino los tiempos son individuales, es decir, se mide a cada corredor por separado. Pero en carreras de montaña, por ejemplo, salen todos juntos”.
A partir de esta primavera, los hermanos Zarranz tienen un nuevo objetivo. Pretenden ampliar su actividad para dar el salto a cronometrar carreras a pie y con bicicletas tanto por asfalto como por montaña. De hecho, este invierno también hicieron un curso de cronometraje de carreras organizado por la Federación Navarra de Atletismo.
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