La pandemia ha demostrado que se puede trabajar a distancia. Una realidad que puede contribuir a cuidar el medioambiente. Yolanda Erburu, directora general y chief Sustainability & Corporate Affairs officer de la Fundación Sanitas, fue entrevistada este martes en Capital Directo, espacio informativo de Navarra Capital que cuenta con el patrocinio de Banco Santander, donde abordó los retos medioambientales, de RSC y reputación a los que se enfrentan actualmente las organizaciones.
En ese sentido, destacó que el teletrabajo puede ayudar a reducir la contaminación. “La realidad ha ido por delante de la normativa”, subrayó. De hecho, defendió que esta opción “disminuye los traslados” y, por tanto, las emisiones de CO2.
“Las herramientas digitales son una vía de acceso más rápido a los profesionales”.
Para ilustrar esta reflexión, puso de ejemplo a su entidad: “Las herramientas digitales son una vía de acceso más rápido a los profesionales”. Y lo hizo describiendo cómo las videoconsultas psicológicas han aumentado en la pandemia. En concreto, Sanitas registró 440 en febrero de 2020, pero en mayo ya sumaban más de 6.100.
En el transcurso de la conversación, Erburu incidió en que “para cuidar la salud de las personas hay que tener en cuenta la del planeta”. En esa línea, identificó cuatro grandes retos: “el sanitario; el cambio climático; la biodiversidad; y, fruto de los anteriores, las consecuencias socioeconómicas y la desigualdad creciente”. La entrevistada hizo un llamamiento a las compañías para contribuir a mitigarlos: “Todo lo que podamos hacer es poco”.
Para evidenciar la relación entre todos ellos, aseguró que entre un 60 % o 70 % de las consultas médicas presenciales no necesitan que el doctor toque al paciente. De ahí su convicción en la conveniencia de las videoconsultas para muchos de estos casos: “El año pasado dejamos de emitir 6.000 toneladas de CO2 gracias a la digitalización”.
“Promover la salud, y no solo la curación de los empleados que enferman, ya estaba recogida dentro de la Estrategia Nacional de Responsabilidad Corporativa”, recordó Erburu al ser consultada por el crecimiento del sector del bienestar laboral. A su juicio, las organizaciones empresariales han incorporado y entendido esta necesidad, que se traduce también en la evolución de la clásica prevención de riesgos laborales. “Caminamos hacia la promoción de estilos de vida más saludables”, confirmó. De hecho, la demanda de estos servicios ha aumentado. “En Sanitas, por ejemplo, las pólizas aseguradoras de empleados se están ampliando para tener programas de promoción de la salud dentro del horario laboral y de la propia empresa”, especificó.
Erburu también analizó las palabras del exCEO de Unilever, Paul Polman, durante la segunda jornada del XXIV Congreso Nacional de la Empresa Familiar, donde este remarcó que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) “ya no es suficiente” para llevar a cabo la transformación que reclama el planeta. En esa misma línea, la entrevistada valoró que la RSC “ha sido una buena preparación”. De hecho, las empresas que han tenido políticas proactivas, serias y comprometidas en este ámbito “han aprendido a medir los impactos que generan y a mejorar el diálogo con sus partes interesadas”.
Sin embargo, también dejó constancia de que ha comenzado una nueva etapa. “Ya no será suficiente que las empresas adopten de forma voluntaria algunas prácticas beneficiosas para el entorno”, advirtió. Por el contrario, deberán demostrar un compromiso proactivo para resolver los desafíos mencionados con anterioridad.
LA REPUTACIÓN, CLAVE PARA TODAS LAS EMPRESAS
Al abordar el tema de la reputación, recogió el guante de Carlota del Amo, directora de Comunicación Corporativa de Penguin Random House, y la decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, Charo Sádaba, quienes recientemente aseguraron en el primer foro de Tudela Capital que “todas las empresas, incluso las pequeñas, deben tener su plan de reputación”. Erburu coincidió con esta apreciación.
“La capacidad de venta tiene mucho que ver con la reputación. Los clientes quieren saber que la empresa no solo no perjudica, sino que tiene un impacto positivo”.
“La capacidad de venta tiene mucho que ver con la reputación. Los clientes quieren saber que la empresa en cuestión no solo no perjudica, sino que tiene un impacto positivo en las condiciones de contratación laboral, la formación de su personal y muchos otros aspectos”. De ahí que las organizaciones deban aspirar a ser “un agente económico querido por la sociedad”.
También reivindicó que la sostenibilidad no tiene que ser una tarea adicional dentro de los objetivos de la empresa, sino que debe integrarse “en su plan de negocio”. Y se mostró convencida de que dar ese paso, independientemente del tamaño de la compañía, puede mejorar al mismo tiempo los resultados económicos y financieros: “Todos podemos contribuir de alguna forma”.