El secretario general del Círculo de Empresarios, Alfredo Bonet, valoró este jueves que «la salud financiera de Volkswagen es mayor que la de Nissan», en referencia a la decisión de la multinacional japonesa de cerrar sus centros de producción en Cataluña. Una medida que encuadró dentro del actual fenómeno de «acortamiento y relocalización de las cadenas de valor que la crisis ha acelerado«. Y en ese contexto, insistió en que la situación de ambos fabricantes no es la misma: «En el caso de Volkswagen, no he oído que tenga ideas o planes para retraer plantas de producción al país de origen», agregó al ser preguntado por una posible reacción en cadena que afecte a otras firmas, como la implantada en Landaben.
Bonet realizó estas declaraciones durante su intervención en Capital Directo, espacio de entrevistas en streaming promovido por NavarraCapital.es y patrocinado por Banco Santander, donde también expresó que el principal reto al que se enfrenta el Gobierno de España es elaborar «un plan de recuperación creíble y atractivo para los inversores». Un proyecto que, bajo su punto de vista, «debe ser de país y compartido», apuntó al director de este medio, Gorka Moreno. En ese sentido, lamentó la falta de recursos que padece el Ejecutivo español, ya que «la crisis nos ha pillado con unos niveles de déficit y deuda muy elevados», y la escasa altura de miras de la clase política para dejar a un lado su rivalidad y alcanzar pactos de Estado.
Precisamente, Bonet achacó a la ausencia de estímulos a que España «todavía está pendiente de la reactivación». Por eso, hizo hincapié en que el Gobierno de Pedro Sánchez «lo está haciendo bastante mal» y añadió que algunas de sus últimas decisiones, como el pacto con Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral de 2012, demuestran «escasa reflexión por la presión de los tiempos».
MERCADO LABORAL E IMPUESTOS
Siguiendo con el tema del empleo, el invitado de Capital Directo afirmó que la dualidad entre contratos fijos y temporales constituye el gran problema de un mercado laboral «que no funciona bien» y que se ceba especialmente con los más jóvenes: «Si terminamos el año con una tasa de desempleo del 19 %, el paro juvenil puede ser más del doble». Por eso, recordó que su organización, partidaria de una reforma laboral acorde a las necesidades del mercado, defiende reducir los contratos a tres tipos: fijos, temporales limitados a unas necesidades de producción y de formación o aprendizaje.
«El Gobierno de España lo está haciendo bastante mal. Ha habido escasa reflexión por la presión de los tiempos».
Bonet también reflexionó sobre la política fiscal e impositiva de nuestro país. Así, planteó la necesidad de seguir el trabajo llevado a cabo por la AIReF a la hora de analizar la eficiencia del gasto público y ver si es posible reducirlo en aquellas partidas más prescindibles: «Con una rebaja de los gastos y una pequeña subida de los impuestos, deberíamos ser capaces de generar recursos suficientes para ganar en estabilidad y capacidad para devolver la deuda». Sin embargo, el punto débil de esta solución es que «el término recortes está ya muy contaminado».
GLOBALIZACIÓN Y CHINA
Aquí destacó la ventaja que tiene Navarra por disponer de autonomía fiscal. Este hecho, sumado a factores como la menor dependencia del turismo y la hostelería y el peso de la industria en el PIB regional, ayudan a que la economía foral «esté mejor que la media nacional».
«Si terminamos el año con una tasa de desempleo del 19 %, el paro juvenil puede ser más del doble»
Bonet finalizó su intervención con varios apuntes más, relacionados con la influencia que el coronavirus puede tener en la globalización, el nuevo papel de China en el mundo y el teletrabajo.
En primer lugar, puso de manifiesto que el gigante asiático va a sufrir porque «ha dejado de ser el país de los bajos costes de producción», frente a otros competidores de la región. Y, además, señaló que esta crisis ha dejado otra lección importante: «Desde el punto de vista geoestratégico, no es recomendable depender de un solo proveedor».
Por último, resaltó que el teletrabajo «ha venido para quedarse», aunque el sistema actual «nada tiene que ver con el trabajo a distancia del futuro». También se mostró convencido de que «no todo el mundo puede teletrabajar», de que las reuniones telemáticas «carecen de la empatía que se da en las presenciales» y que eso puede afectar a la fidelización y el compromiso de los trabajadores con sus organizaciones.
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