Tiene 57 años y lleva más de una década recorriendo la autopista Vasco-Aragonesa de manera constante: “Me muevo entre mis casas, que están en Zaragoza y en Pamplona”, explica José Juste, director de Operaciones de BSH en la zona norte. Pero, además, desde hace seis meses ejerce como presidente de la Asociación de la Industria Navarra (AIN). De modo que en esta ocasión, habla a NavarraCapital.es de la dura realidad que sufrió la industria foral durante la crisis y de cómo poco a poco ese pesimismo fue dejando paso a unos dos últimos años muy positivos, a pesar de la constante incertidumbre internacional.
¿Cuáles son sus retos y objetivos como presidente de AIN?
La asociación ofrece servicios a las empresas que vienen y nos piden trabajar en cualquier proyecto. Y por supuesto, a los asociados, para quienes AIN es un compañero que les ayuda a ser más fuertes y competitivos. Por lo que esas dos líneas hay que seguirlas trabajando. Pero queremos reforzar especialmente la de asociados, vincularlos más a AIN, que seamos su referencia para cuando quieran hacer algo distinto o reforzar su trabajo. Y para eso hay que escucharles, queremos que nos cuenten sus distintas situaciones y ofrecerles ayuda.
Durante una jornada celebrada precisamente aquí, en la sede de AIN, se citó un informe de Gartner Inc, donde se apunta que dos tercios de las transformaciones digitales fracasan. ¿Qué se está haciendo mal?
Yo no tengo información para decir en qué se está fracasando. Es cierto que hay empresas que no están yendo a la velocidad que deberían ir y otras han cogido esto como “lo que tienen que hacer”. Pero están fracasando porque no saben bien por qué lo hacen o por dónde tienen que ir. De forma cualitativa, no tanto cuantitativa, diría a las empresas que, si no se han movido, empiecen. Pero el problema que pueda tener una compañía no se soluciona adoptando nuevas tecnologías. Hay que ver lo que realmente puede beneficiar a tu empresa y valorar lo que puedes invertir en ello.
¿En qué sectores industriales necesita Navarra mayor transformación para mejorar su nivel competitivo?
Más que con sectores, esto lo veo yo con el tipo de empresas, tanto del tamaño de las compañías como de la sensibilidad de la dirección. Porque al hablar de digitalización, es todo muy transversal. Quizás las empresas más grandes tienen más capacidad de acceder a información y más masa crítica, pero las pymes dependen de la dirección, de si son sensibles o no a la necesidad de cambiar.
OPTIMISTA CON LA SITUACIÓN ECONÓMICA
El presidente de Renta 4, Juan Carlos Ureta, dijo hace unas semanas que todavía no hay recesión económica, pero sí recesión industrial. ¿Hasta qué punto ha palpado usted esta realidad en Navarra?
Yo no sé qué datos maneja él, porque el tema de la recesión es matemático. Lo que puedo decir, desde mi experiencia, es que en automoción, con todas las dudas que hay sobre su futuro, desde luego que está habiendo un impacto. Como AIN, tenemos indicadores, pero yo no diría que son de recesión, sino de precaución, porque la inversión de las empresas siempre va con cierto decalaje con el ciclo económico. Es decir, si las cosas van mal, no inviertes; si empiezan a ir bien, todavía eres cauto en la inversión; y si hay incertidumbres, tampoco inviertes. Por ello, hemos visto desde AIN dos años en los que se ha ido creciendo muy bien. Y ahora apreciamos cierta precaución.
“Hemos visto dos años en los que se ha crecido muy bien y ahora apreciamos cierta precaución”.
En su último informe, BBVA pronosticó que la economía navarra caería hasta el 1,8 % en 2020. Teniendo en cuenta que venimos de unos años creciendo en torno al 3 %, salvo en 2019, ¿qué impacto puede tener esa caída si se materializa?
Es, sin duda, una caída muy importante. Y si se cumple esa previsión, habrá una repercusión importante en la actividad industrial y en empleo también. Pero yo, con lo que palpo, soy más optimista que esas previsiones (ese mismo día, Laboral Kutxa vaticinó un crecimiento del 2,2 % en Navarra para 2020).
Vayamos más allá. Año 2021. ¿Sería capaz de pronosticar algo?
Esta sí es una pregunta difícil. Con la volatilidad del mercado, no soy capaz de imaginarme ese escenario. El Brexit, Estados Unidos y China, todos los temas arancelarios… Hace un año, parecía que EEUU y Corea del Norte empezaban una guerra y, al poco tiempo, se dieron un abrazo. El escenario internacional que puede afectar es muy incierto como para hacer previsiones, más allá de que soy optimista.
LA SOLIDEZ DEL ECOSISTEMA, POR ENCIMA DE LA FISCALIDAD
El Parlamento foral acaba de aprobar medidas fiscales muy demandadas por el tejido empresarial navarro, como la supresión del impuesto al patrimonio empresarial. Pero todavía, los principales agentes empresariales navarros reclaman una reforma fiscal integral para hacer a la región más atractiva en este sentido. ¿Comparte este análisis?
Voy a responder de forma muy personal. En una empresa como la mía, multinacional, son importantes las ayudas y las medidas fiscales o económicas. Pero es mucho más importante la solidez del tejido de una región para que eso sea sostenible en el tiempo. Porque si yo vengo a Navarra por una medida fiscal y cambia el Gobierno y la pierdo, he basado una decisión estratégica a medio-largo plazo en una fiscalidad que, a lo mejor, no tiene ese recorrido. En una localización, es mucho más importante la evaluación de las infraestructuras; su entorno de gestión del talento, atracción de personal y de bienestar…
“Si vengo a Navarra por una medida fiscal y cambia el Gobierno y la pierdo, he basado una decisión estratégica a medio-largo plazo en una fiscalidad que, a lo mejor, no tiene recorrido”.
¿Cumple Navarra con esos requisitos?
Totalmente. Pero hay que seguir empujando para mantener un ecosistema que funcione. Porque quedarse dormido es perder. Y una de las ventajas en Navarra es que nos conocemos y tenemos fácil acceso unos a otros, además de a la administración, que es algo muy ventajoso con respecto a comunidades más grandes. Eso lo aprecio, lo valoro y es importante.
BSH, EN LUCHA CONTINUA
Hagamos balance sobre la situación de BSH. ¿Cómo se encuentra la planta de Esquíroz?
La planta ha caído en volumen en los últimos años. Sin duda, hemos tenido tiempos mejores. Nosotros tenemos tres actividades en la fábrica: frigoríficos, lavavajillas y centro de desarrollo de la bomba de calor -que luego se fabrica en Polonia-. El centro de desarrollo va bien, con poca actividad, pero muy potente en conocimiento. Con respecto al lavavajillas, el 85-90 % de lo que fabricamos lo vendemos en China. El frigorífico es un producto muy agredido, con una gran competencia en el mercado y cada vez más con el mercado global, por lo que estamos permanentemente peleando en posición de coste, a pesar de tener marcas reconocidas y buen producto. Así que estamos bien posicionados en el mercado español, pero es difícil volver a volúmenes anteriores.
¿Ha dicho que venden en China?
Sin duda, es algo que no suele pasar, la fábrica del mundo recibiendo productos de fuera… Por eso, a medio-largo plazo sabemos que es muy difícil mantener esta situación y ya estamos trabajando en ello. Pero es consecuencia de un lavavajillas que se hizo más pequeño que otros y que encaja muy bien en el mercado chino, donde quitan un esterilizador de agua -otra forma que tenían de lavar- y nuestro producto encaja perfectamente en ese hueco físico.
“Sin duda, en la planta de BSH en Esquíroz hemos tenido tiempos mejores”.
¿Hacia dónde se dirige su sector con toda esa competencia?
Los materiales representan dos terceras partes del coste. Tenemos que comprar mejor, preferentemente en proveedores del entorno como Navarra, España, Portugal, Marruecos… Trabajamos en desarrollo de proveedores, intentando ayudarles a implantar mejores sistemas de gestión para que su eficiencia mejore y, en consecuencia, nuestros costes.
¿Cuáles son los principales campos de innovación?
Tenemos que agilizar la entrega de nuestro producto y que sea una verdadera experiencia satisfactoria para el usuario con el fin de lograr su fidelización a medio-largo plazo. No solo nosotros, sino también distribuidores con los que trabajamos.
¿Cuándo veremos el Internet de las Cosas extendido en los electrodomésticos de España?
Hay muchos avances y nosotros tenemos aparatos conectados. Te puedo enseñar la app donde tú puedes encender, apagar e interactuar con los electrodomésticos. Ahí estamos todos y hay mucho por hacer, porque en un tiempo todos los electrodomésticos serán conectables y conectados. Pero hay una realidad y es que todavía nadie ha dado con una clave de lo que llamamos “casos de uso”. Es decir, que tengas un frigorífico conectable y que no te aporte ningún valor te aburre. Necesita tener algo que te aporte un valor.
“Nadie ha conseguido todavía la tecnología para que un frigorífico te haga la compra”.
¿Como un frigorífico que te haga la compra?
Soy de los que opina que nos cargamos los conceptos antes de que hayan salido. Como ahora la infografía es muy fácil de hacer, imprimimos un coche y, a partir de ahí, nadie tiene una expectativa menor sobre la fabricación aditiva. O una infografía de cómo el frigorífico me dice qué me falta y me hace la compra. Pero es que resulta dificilísimo saber lo que tienes en un frigorífico y nadie lo ha conseguido todavía. Hay tecnologías, pero no son amigables. Puedes tener un dispositivo que registre lo que has comprado, pero necesitas la etiqueta. ¿Qué pasa con las ocho albóndigas que has hecho con tomate, que no son en salsa verde como las que hiciste anteayer? Se está trabajando en distintas tecnologías, como la visión artificial, pero no es tan sencillo para un frigorífico. Es un caso muy bonito, pero no existe todavía la tecnología. Sí habrá frigoríficos conectables y conectados, y habrá usos que todavía no hemos descubierto Pero estamos lejos de algo que sea verdaderamente atractivo para el usuario.
¿Por ejemplo?
Nadie se apasiona por saber en qué momento del ciclo se encuentra el lavavajillas cuando está lavando. No miras la app con los amigos para eso. En ese caso, los avances estarán vinculados al uso de la energía, recomendaciones para su mantenimiento, etc. Pero sí se está trabajando en el ámbito de la cocina, que resulta más atractiva para la experiencia del usuario, por lo que se están desarrollando aspectos más sofisticados: recomendaciones, visión artificial, etc. Y luego, hay otra cosa importante. Te compras un móvil de última generación y, si tienes que esperar una semana a recibirlo, esperas. Como cuando compras un coche personalizado. Pero una lavadora o un frigorífico lo quieres y, si no te lo llevan a casa en el momento, normalmente te compras otro. Por otro lado, al precio de un frigorífico de 600 euros le das muchas vueltas, pero no a un móvil de 1.000 que va a tener una vida útil de dos o tres años. El frigorífico te va a funcionar durante diez, doce, quince años… Pero los usuarios no siempre estamos dispuestos a pagar 200 euros más por un frigorífico porque tenga mejor eficiencia energética… Ese modo de decisión está afectando al mercado.
Entra aquí para leer más sobre la industria navarra.