Inés Astrain, trail runner pamplonesa de 31 años, siempre se cae cuando compite en una carrera. Y lo reconoce sin vergüenza alguna, con esa sonrisa redonda que irradia en las fotos donde posa con sus equipaciones. Quizás también porque es algo común en esta disciplina en la que los deportistas atraviesan bosques, senderos, cañones y montañas buscando algo más que el mero hecho de sentirse en forma.
Pero mucho menos habitual es cruzar la meta en primera posición después de haberse abierto la rodilla al impactar con una roca. Y todo por un mal paso. Ocurrió el pasado mes de noviembre en un río seco de la provincia de Tarragona, aunque la ambulancia la tuvo que trasladar al Hospital Universitari Sant Joan de Reus para ponerle seis puntos de sutura. Heroicidades como esta han valido a Inés para llamar la atención de Joma, con la que acaba de firmar un contrato de dos años para unirse a su equipo de trail.
Compitió por primera vez junto a sus nuevos compañeros este pasado 3 de febrero en la Maratón del Meridiano, de 2.500 metros de desnivel y que se celebra en la isla canaria de El Hierro. No obstante, la relación entre la joven navarra y Joma viene de lejos porque, en octubre, ya le mandaron unas zapatillas para probarlas: «Me encantaron porque, con las anteriores, se me levantaba la piel de los talones muy a menudo». Eso le sucedió, por ejemplo, en la Maratón del Mont-Blanc, que tuvo lugar en junio.
UNA CARRERA DE FONDO
Joma fue la primera marca que contactó con ella, de ahí que esta nueva aventura le haga especial ilusión. La cercanía que la firma le transmitió la convenció para aceptar su propuesta. «Son más que un equipo, son una familia con valores muy humanos y que quiero representar», señala.
«Con 95 años, mi abuela bajó a la plaza del Castillo para verme correr. No hay nada mejor que ganar en tu tierra»
Aunque para familia, la suya. Le trasladó la noticia en Nochebuena, y su abuela, Julia Ayerra, no pudo contener la emoción. Julita, como la llama su nieta, siempre presume de que Inés ganó la Media Maratón de San Fermín en 2022 con una marca de 1:19:42. «Con 95 años bajó a la plaza del Castillo para verme correr. No hay nada mejor que ganar en tu tierra», rememora la trail runner.
Ahora se unirá ahora a dos de sus ídolos, también recientes fichajes del Joma Trail Team, como Miguel Heras y Gemma Arenas. Con esta última incluso llegó a perderse en mitad de una carrera y, hasta hace solo unos meses, incluso le daba vergüenza adelantarla por respeto. Aunque lleva viviendo en Burgos la mitad de su vida, Inés siempre tiene presente a su Pamplona natal. Estudió en los Maristas de la capital navarra y, desde muy pequeña, acudió a campamentos scouts en el Pirineo que le hicieron enamorarse de la naturaleza.
Con 16 años se mudó a la ciudad castellana y, más tarde, decidió que quería cursar Derecho en la Universidad de Burgos. «Durante aquellos años, mi única conexión con el deporte era trabajar en Decathlon«, evoca. Pero, hace año y medio, descubrió el trail running. «Me encanta correr entre pinares, montañas, valles… Durante las carreras disfruto mucho del paisaje, que no se parece en nada al de una maratón sobre asfalto», agrega para resaltar acto seguido lo reconfortante que es recibir el apoyo del mundo rural en los avituallamientos.
ABOGADA Y «MALABARISTA»
Eso sí, Inés tiene que hacer «malabares» para combinar su trabajo con su faceta deportiva. Actualmente, ejerce como abogada especialista en Derecho Civil y Mercantil para el bufete burgalés Innova Abogados, a la vez que entrena a diario para competir al 100 % dos veces al mes.
«La abogacía y el trail running no tienen nada que ver. Cuando gano un juicio lo disfruto mucho, pero si pierdo sufro una barbaridad. Con el deporte, me alegro en los buenos y malos momentos»
Por eso, su día a día la exige exprimir el tiempo. Se despierta a las seis de la mañana para salir a correr y entra a trabajar tres horas después. Ya por la tarde, se dedica a realizar ejercicios de fuerza en el gimnasio. «No soy una persona que a las ocho de la tarde se vaya de cañas un jueves, pero como entre semana paso mucho tiempo entrenando, el sábado y domingo los invierto en hacer planes con mis amigas», precisa.
No es una deportista maniática, aunque siempre corre mientras mastica dos chicles de hierbabuena. «La abogacía y el trail running no tienen nada que ver. Cuando gano un juicio lo disfruto mucho, pero cuando pierdo sufro una barbaridad. Y con el deporte, me alegro en los buenos y malos momentos. Pero ni las carreras ni los juicios se ganan de la noche a la mañana», concluye.
