“Con el movimiento cooperativo pretendemos dar una oportunidad a las zonas rurales de Navarra y que no se despueblen”. Así lo subrayó la directora de Frutas y Hortalizas en Fresco del Grupo AN, Raquel Sesma. Sus manifestaciones formaron parte de la campaña ‘Agroalimentador@s‘, una iniciativa impulsada por la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN) y que contó con la financiación del Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare (SNE-NL) a través del programa de subvenciones a entidades sin ánimo de lucro para la sensibilización y la promoción de la Economía Social.
Dicho proyecto tuvo como propósito poner en valor el cooperativismo agroalimentario local. Un sector que, según el agricultor de la Cooperativa Figueras Víctor Martínez, “es esencial”. “Cuando sales fuera, te das cuenta de que Navarra es pionera en el mundo cooperativo”, añadió. Como muestra de ese potencial, Martínez recordó que en la reciente pandemia, “cuando se cerraron las fronteras, no faltó ningún producto en los lineales”.
Raquel Sesma compartió ese mismo argumento: “La cooperativa ofrece un servicio completo que se inicia desde el cultivo de la semilla y el invernadero y llega hasta el final, a la tienda y al consumidor”.
En ese sentido, defendió que este sistema asegura un funcionamiento “más justo y equitativo” de la cadena alimentaria. Y, sobre todo, representa en muchas ocasiones “la única opción de desarrollo profesional y personal que tienen las gentes de las poblaciones más pequeñas”.
Los datos, además, confirman esa percepción. En Navarra, hay registradas 130 cooperativas agroalimentarias, es decir, una cada veinte kilómetros cuadrados. Todas ellas emplean a 2.000 personas y facturan, en conjunto, unos 1.206 millones de euros.
De esta forma, “se da vida” a los pueblos y a las zonas rurales del territorio al mismo tiempo que se fomenta el consumo de productos de proximidad ‘kilómetro 0’, resaltó la directora de Frutas y Hortalizas en Fresco del Grupo AN.
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