El envejecimiento paulatino de la población, la disminución de servicios e infraestructuras en el ámbito rural y la falta de relevo son tres de los principales retos a los que se enfrenta al sector primario navarro. En concreto, según datos de la sociedad pública INTIA, la mitad de las explotaciones agrarias del territorio están gestionadas por personas físicas con una media de edad igual o superior a los 58 años.
Por el contrario, los propietarios menores de 41 años apenas representan el 8 % del total. De ahí que, desde dicha entidad, reconocieron estar «muy preocupados» por la falta de jóvenes en el agro navarro. «Tener relevo en el sector es complicado», reconoció José Mari Martínez, presidente de UCAN durante la reciente entrega de los VII Premios Alimenta Navarra 2022.
Frente a ese escenario, la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN) puso en marcha la campaña ‘Agroalimentador@s‘ a lo largo del último ejercicio. Una iniciativa que contó con la financiación del Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare (SNE-NL), a través del programa de subvenciones a entidades sin ánimo de lucro para la sensibilización y la promoción de la Economía Social.
CASOS DE ÉXITO
Entre sus objetivos, ‘Agroalimentador@s’ se planteó alcanzar un triple logro. Por un lado, potenciar el cooperativismo agroalimentario y, por otra parte, poner en valor la profesión agrícola y ganadera. También presentar el entorno rural como un espacio para el desarrollo profesional de mujeres y hombres. Con ese fin, la campaña giró en torno a tres grandes «ejes»: la seguridad y calidad de los productos que se elaboran; el efecto dinamizador que tienen las cooperativas en el entorno; y, sobre todo, las personas que los llevan a cabo.
Para ello, la campaña incluyó la promoción de diversas piezas audiovisuales, que mostraron cómo las cooperativas agroalimentarias generan empleo entre los jóvenes y servicios en los pueblos; cómo permiten un funcionamiento más justo y equitativo de la cadena alimentaria; cómo impulsan el arraigo; cómo potencian el consumo local y ‘kilómetro 0’; y el papel esencial que desempeñaron como suministradoras de productos básicos durante la pandemia del Covid-19.
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