Las empresas de inserción de Navarra obtienen el 74 % de sus ingresos de su actividad económica. «De ahí la importancia de contratar sus servicios, ya que trabajan con los mismos estándares de calidad que las empresas convencionales, pero además ponen el acento en lo social construyendo un puente entre las personas en riesgo de exclusión y la vida laboral lo que redunda en beneficio de toda la sociedad». Estas fueron algunas de las conclusiones del Día de las Empresas de Inserción de Navarra 2024, organizado por la Asociación Navarra de Empresas de Inserción (EINA) y cuya apertura corrió a cargo de la directora general de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas en el Ministerio de Trabajo y Economía Social, Aicha Belassir.
Belassir destacó que «hay que darles visibilidad, ayudarlas e impulsarlas en el trabajo que están haciendo, porque parte de ese trabajo es trabajo de la Administración Pública». «Hay que mantener una estrecha colaboración porque las empresas de inserción dan una respuesta concreta a los desafíos a los que nos enfrentamos a nivel global», subrayó. Esta jornada de celebración anual, y cuyo objetivo es dar a conocer este modelo centrado en las personas «y con un marcado carácter social», fue clausurada por Carmen Maeztu, consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo del Gobierno de Navarra.
Según los datos presentados, 231 perceptores y perceptoras de Renta Mínima de Inserción fueron empleadas por empresas de inserción, lo que supone el 65,3 % del total. Se trata de personas que no solo dejan de percibir o ven reducida esta ayuda social pública, sino que además trabajan y contribuyen. Otro dato que se puso en valor es el retorno económico que las empresas de inserción generan a las administraciones públicas vía impuestos, que supera el millón de euros. En concreto, cada plaza de inserción produce un retorno económico en concepto de seguridad social, IVA, IRPF y otros tributos de 8.044,22 euros frente al coste real estimado de una plaza de inserción, que es de 5.152,91 euros.
Por eso, en el encuentro se abogó por fortalecer este modelo a través del cumplimiento de la llamada Reserva de Contratos. Es decir, que al menos el 6 % del total de las contrataciones de las administraciones públicas de la Comunidad foral sean adjudicadas a empresas de inserción y a aquellas entidades de carácter social que contempla la legislación navarra. Dicha medida está incluida en la Ley Foral de Contratos Públicos aprobada en 2018.
Precisamente para abordar esta temática, «clave para las empresas de inserción», se celebró una mesa redonda en la que participaron Iñaki Mendióroz, director general de Economía Social y Trabajo del Gobierno de Navarra; Juan Cruz Arguiñariz, gerente de la EIS Servicios Inserlantxo y miembro del Comité de seguimiento de la Reserva de Contratos; y Joaquín Romero, gerente de la Universidad Pública de Navarra, como entidad contratadora. Así mismo, participó Máximo Esteban, exdirector del Servicio de Intermediación del SNE-NL y precursor e impulsor de este modelo de Economía Social a nivel autonómico y estatal.
Los aspectos más sociales de las empresas de inserción fueron abordados en una segunda mesa que contó con Loli Gutiérrez, directora del Servicio de Atención Primaria e Inclusión Social del Gobierno de Navarra; Begoña Pérez, experta en exclusión social y Profesora Titular de Universidad del Departamento de Sociología y Trabajo Social en la UPNA; Gema Mañú, coordinadora de SSB de Ayuntamiento de Burlada; y Edurne Calvillo, técnica de inserción sociolaboral en la EIS Transforma cuidamos personas.
RECONOCIMIENTO
Durante la jornada se reconoció el trabajo de personas y entidades que apoyan e impulsan este modelo de Economía Social. Así, Belassir entregó el reconocimiento a Máximo Esteban «por su carrera dedicada a impulsar las empresas de inserción a nivel autonómico y estatal».
El Departamento de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, concretamente a la Dirección General de Presupuestos y Patrimonio, recibió de manos de la consejera Maeztu el reconocimiento «por su apoyo contratando a través de la reserva de contratos». Además, «se valoró la cuantía de lo contratado y la planificación».
Por su parte, el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra recibió un reconocimiento de manos de Iñáki Mendióroz, director general de Economía Social, «por favorecer la inclusión empleando a personas a través de la reserva de contratos». Las empresas de inserción valoraron «el loteo, la diversificación, la planificación, así como el incremento respecto al año anterior y número de contratos realizados». Por último, Ainhoa Zabalza, presidenta de EINA, hizo entrega del reconocimiento al Ayuntamiento de Burlada, entidad que «favorece la inclusión empleando a personas a través de la reserva de contratos y aportando estabilidad a la contratación».
EMPRESAS DE INSERCIÓN EN NAVARRA
Las empresas de inserción son un modelo empresarial de Economía Social que emplea a personas en exclusión o en riesgo de exclusión por periodos entre seis meses y tres años con el objetivo de dotarles de las herramientas laborales y sociales necesarias para que puedan integrarse en la sociedad y llevar una vida normalizada y autónoma. Un elemento clave es que la persona usuaria recibe un acompañamiento integral, laboral y social.
Según explicó Consuelo Corella, secretaria técnica de EINA, la Comunidad foral cuenta con diecinueve empresas de inserción. Así el 55,6 % se ubican en entornos rurales y el 44,4 % en Pamplona y Comarca. Un 66,7 % se dedica a los servicios, un 16,7% a la construcción, un 11,1 % a la industria y un 5,6 % al sector agrario.
En 2023, las empresas de inserción dieron trabajo a 511 personas, de las que un 69,3 % fueron trabajadoras y trabajadores de inserción y el 30,7 % personal técnico. Por su parte, la tasa de inserción en el mercado laboral tras completar el itinerario, según los últimos datos disponibles, es del 60 %.
La distribución de la plantilla de inserción revela que los hombres acceden a jornada completa en un 70,2 % de los casos, mientras que las mujeres solo lo hacen en un 29,8 %. «Esto se debe en muchas ocasiones en una desigual asunción de las cargas familiares y de los cuidados que genera importante una brecha de género en la parcialidad del empleo y por consiguiente en el salario», valoró EINA.