viernes, 19 abril 2024

Las inundaciones «son inevitables», pero se pueden minimizar los daños

La riada del pasado fin de semana en Navarra puso de manifiesto la necesidad de potenciar la prevención frente a este tipo de fenómenos. No es la primera vez que la Comunidad foral sufre las consecuencias de esta problemática y, por eso, la Unidad de Innovación Social de Navarra (UiS), junto con la UNED de Tudela y el Ayuntamiento de la capital ribera, organizó este miércoles la jornada 'Convivir con las inundaciones', convocada antes de que sucediera este último desastre. En ella se analizaron los diferentes planes de prevención e infraestructuras disponibles y se esbozaron algunas posibles acciones de mejora.


Pamplona - 15 diciembre, 2021 - 13:39

De izda. a dcha., Pangua, Arrazola, Espejo, Goñi, Fernández y Rubio. (Foto: cedida)

Un total de 74 municipios navarros se vieron afectados el pasado fin de semana por las inundaciones. Además, dos personas perdieron la vida en Sunbilla y Elizondo a consecuencia del temporal, que dejó cuantiosos destrozos. No es la primera vez que la Comunidad foral sufre el impacto de las riadas. Y precisamente, la casualidad quiso que la Unidad de Innovación Social de Navarra (UiS), junto con la UNED de Tudela y el Ayuntamiento de la capital ribera, celebrara este miércoles en esa localidad la jornada ‘Convivir con las inundaciones’. Un encuentro que tuvo lugar en el salón de actos de la UNED de Tudela y que contó con la colaboración de Tesicnor, Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK), la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el Gobierno de Navarra, el Consorcio de Compensación de Seguros y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

En el transcurso de la jornada se sucedieron tres actividades diferenciadas. La primera se centró en el proyecto Life Nadapta, dentro del ámbito de las inundaciones, y la segunda se planteó en forma de una mesa técnica sobre la gestión de inundaciones. En la última se compartieron experiencias en inundaciones, poniendo el foco en la cooperación ciudadana. Actualmente, 45 localidades de Navarra disponen ya del plan de actuación municipal ante inundaciones.

Luis Sanz (GAN-NIK): «En Navarra existe una buena red de ese tipo de sensores, pero hay que mejorarla».

Así, a lo largo de la mañana se analizaron los diferentes planes de prevención e infraestructuras disponibles para minimizar este tipo de desastres naturales. Y también se instó a abordar esta problemática de forma colectiva. El acto comenzó a las 08:45 horas, con una apertura que corrió a cargo de Izaskun Goñi, directora general de Política de Empresa, Proyección Internacional y Trabajo en el Gobierno de Navarra, y Luis J. Fernández, director de la UNED de Tudela.

Así, Goñi trasladó su solidaridad con las localidades afectadas por las inundaciones de los últimos días. «Yo misma provengo de una de ellas», lamentó. Y aseguró que aunque la alerta ya se ha rebajado, «en estos municipios todavía queda mucho esfuerzo y trabajo por hacer». Asimismo, agradeció públicamente a uno de los ponentes, Santiago Pangua, «su visión a futuro y su insistencia en que pongamos atención a la adaptación al cambio climático».

Juanjo Rubio (UiS): «Navarra tiene una oportunidad de desarrollo económico y creación de empleo enfocando fondos europeos a generar proyectos tecnológicos y servicios para la prevención y gestión de catástrofes».

A continuación tomó la palabra Luis Sanz, director-gerente de Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK), quien desgranó al público el plan Life Nadapta y habló sobre los planes de actuación municipal frente a inundaciones y las alertas tempranas. En ese sentido, comentó que la mayoría de las medidas de adaptación en materia de riadas se basa en la redacción de planes municipales para la gestión de las mismas. Los considera importantes porque todos los informes vaticinan que, en los próximos años, «vamos a tener fenómenos meteorológicos más adversos y frecuentes». También explicó que los umbrales que permiten la alerta a los ayuntamientos dependen de que haya una serie de estaciones, tanto meteorológicas como de aforo de los caudales, en tiempo real: «En Navarra existe una buena red de ese tipo de sensores, pero hay que mejorarla».

Destacó también que se han redactado dieciséis planes y «la inmensa mayoría» se han puesto en funcionamiento en la última riada. Por eso, vio necesario realizar una evaluación para ver qué ha funcionado bien y qué aspectos son mejorables. «Las inundaciones son fenómenos extremos que no se van a poder evitar, pero podemos adaptarnos a ellas». El mencionado proyecto, con una duración de ocho años comprendidos entre 2017 y 2025, pretende adelantarse al cambio climático mediante el desarrollo de medidas de adaptación en diferentes ámbitos, entre los que se encuentran las riadas. Estas pretenden minimizar los efectos negativos y aprovechar, en la medida de lo posible, los impactos positivos. Entre sus actividades, se ha trabajado en la elaboración de los planes de autoprotección local y sistemas de alerta temprana frente a inundaciones.

Por su parte, Juan Francisco Arrazola, subdirector general de Protección de las Aguas y Gestión de Riesgos en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, impartió una ponencia sobre los planes de gestión del riesgo de inundación. Además, Peio Oria, Delegado Territorial de AEMET en Navarra, abordó los sistemas actuales de aviso por fenómenos meteorológicos relacionados con las inundaciones. Poco después, Francisco Espejo, subdirector de Estudios y Relaciones Internacionales en el Consorcio de Compensación de Seguros, puso el foco en la transferencia de los riesgos hidrometeorológicos y climáticos.

UN PROBLEMA COLECTIVO

Tras una pausa, la jornada se retomó con la mesa redonda que puso de manifiesto la importancia de la cooperación ciudadana en las inundaciones. Juanjo Rubio, director de la UiS, fue el encargado de moderarla. En su opinión, «Navarra tiene una oportunidad de desarrollo económico y creación de empleo enfocando fondos europeos de recuperación y resiliencia a generar proyectos tecnológicos y servicios para la prevención y gestión de catástrofes». Asimismo, recordó que la Comunidad foral es «una tierra de solidaridad» y remarcó que «la cooperación ciudadana desborda con su ejemplo las calles después de una inundación».

Santiago Pangua (Tesicnor): «Hay que seguir avanzando y desarrollar la tecnología para disminuir el riesgo».

Por eso, instó a usarla para mejorar nuestra planificación y gestionar mejor las riadas. En dicha conversación participaron Jesús María Arrizubieta, alcalde de Tafalla; Juan Cruz, jefe de Policía Local de Tudela; Javier Ayarra, sargento de Bomberos de Navarra; José Javier Boulandier, director de Protección Civil del Gobierno de Navarra; Eduardo Navascués, coordinador de Ecologistas en Acción Navarra; Arnaitz Fernández, meteorólogo de RTVE; y Santiago Pangua, presidente de Tesicnor.

Precisamente, este último recordó que la jornada estaba organizada desde «hace meses», pero se vio enmarcada en la semana siguiente a las inundaciones históricas sufridas recientemente. «Esto nos hace pensar que hay que seguir avanzando y desarrollar la tecnología para disminuir el riesgo», subrayó. Y puntualizó que eso se logra con investigación y desarrollo.

Según José Javier Boulandier (Protección Civil), los planes de prevención «todavía están en fase de desarrollo» y, por tanto, cuentan «con un margen de mejora».

Por su parte, Boulandier apostilló que los planes de prevención y las medidas actuales «todavía están en una fase de desarrollo» y, por tanto, todavía cuentan «con un margen de mejora». En esa línea, puso en valor estas herramientas de prevención puesto que, de lo contrario, «hay que actuar de forma reactiva».

A su juicio, en los próximos se irán ajustando «mucho» los parámetros y eso permitirá anticipar las alertas tempranas. Finalmente, Amparo López, directora general de Interior del Gobierno de Navarra, fue la encargada de clausurar esta jornada.

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