La Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural de Navarra (Afammer Navarra) recibió este lunes el premio Berdinna de manos de la presidenta María Chivite, quien reconoció con este galardón «el papel clave de las mujeres rurales en la estrategia contra la despoblación, aunando la defensa de la igualdad real con la cohesión territorial y la puesta en valor del ámbito rural».
En un acto celebrado en el Salón del Trono del Palacio de Navarra, Chivite destacó el valor de este galardón como una forma de visibilizar el trabajo de entidades y particulares en aras de la igualdad entre hombres y mujeres, «algo clave para establecer sociedades más estables y justas». E incidió en que, entre los objetivos «prioritarios» del Gobierno foral, está «eliminar las barreras que impiden el logro de una igualdad real y efectiva».
Para lograrlo, la asociación Afammer está jugando un papel fundamental desde su creación en Navarra en 1998, aunque ya existía a escala nacional desde 1982. Por eso, la presidenta navarra puso en valor cómo sus más de 2.200 asociadas trabajan para «visibilizar las aportaciones de las mujeres en la economía local, la integración de la perspectiva de género y feminista en todos sus proyectos y su trabajo en la lucha por la eliminación de la violencia contra las mujeres en el mundo rural».
Ellas, insistió Chivite, sufren mayores tasas de desempleo, tienen menores rentas y un peor acceso a los servicios públicos básicos: «Por eso, es importante subrayar su papel como la principal fuerza emprendedora del mundo rural y su aportación al conjunto de la sociedad».
LA VOZ DE LAS MUJERES RURALES
La presidenta de la Afammer Navarra, Rosalía Echeverría, recogió el galardón en nombre de las mujeres rurales. «Nos sentimos muy satisfechas de que el Gobierno de Navarra nos otorgue este premio por nuestro trabajo y esfuerzo», confesó ante la quincena de invitados al acto, un número reducido debido a las limitaciones del Covid-19.
El galardón supone un impulso más a «la lucha por visibilizar y conseguir que las mujeres tengan el papel que, por justicia, les corresponde en el desarrollo económico, social y sostenible de nuestros pueblos», Lograr ese objetivo pasa, recalcó Echeverría, por «tener claro que sin mujeres no habrá futuro en nuestros pueblos».
Las asociación trata de combatir «la invisibilidad aún mayor» de las mujeres en el mundo rural, donde apenas cuentan con representación el espacios de poder y toma de decisión. Esa invisibilidad se traduce, según denuncian desde la asociación, en una mayor violencia a las mujeres. Y la crisis del Covid-19 no ha ayudado a mejorar su situación: «Ha traído más pobreza y más desigualdad para un entorno rural envejecido y disperso». Eso no ha sido óbice, apuntaron desde Afammer Navarra, para que las mujeres «hayan estado al pie del cañón».
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