La firma de palas de pádel Pegaso, afincada en Burlada, disfruta de un gran momento. Han pasado ya diez años desde que elaboró su primer modelo, pero la historia de sus promotores no había trascendido en todo ese tiempo. Hasta que, el pasado mes de marzo, los hermanos Cía abrieron por primera vez las puertas de su taller a un medio de comunicación, concretamente a Capital Sport.
Tras la publicación del reportaje, han notado un aumento sustancial de los pedidos. Y eso les ha llevado a plantearse la posibilidad de apostar con mayor determinación por este producto, que combinan con el desarrollo del negocio familiar: SoliDecor. «En el último mes hemos recibido unos diez pedidos, que en proporción es bastante más de lo que hacíamos. También tengo bastantes modelos prestados para que las prueben, y esto indica que quizá me pidan alguna más», indica Pablo Cía, principal gestor del taller.
«Hemos recibido unos diez pedidos, que en proporción es bastante más de lo que hacíamos».
A pesar de que existe una fuerte competencia por parte de las grandes multinacionales del sector, han optado por reforzar el equipo con una persona.
«Estoy con mucho trabajo y ya he hablado con una persona para que empiece a venir a ayudar y que los pedidos sigan saliendo a tiempo. No me gustaría que hubiese retrasos de entrega», detalla Pablo Cía, que cifra en una semana el tiempo medio de fabricación de una pala.
Su singular método de producción es lo que más llama la atención a los clientes, además de la calidad del producto final y la posibilidad de personalizar el material: «Los particulares que se han puesto en contacto con nosotros son personas que llevan tiempo jugando. Conocer más de cerca nuestra labor les hizo animarse a probar, y las palas están teniendo muy buena aceptación. Les dejo que prueben una con las características que mejor les pueden encajar y, por lo general, estamos acertando. Cuando la gente me dice ‘vale, hazme una como esta’ significa que algo estamos haciendo bien».
MÁS ALLÁ DE NAVARRA
Además, varias empresas nacionales también se han interesado en sus productos. «Nos han contactado desde Galicia, Madrid, Barcelona… Lo que más les atrae es que están fabricadas aquí, ya que eso permite tener más control sobre los pedidos. Contactar con una persona que está en otro país a veces no es fácil y dificulta el seguimiento real del producto que encargas. No sería la primera vez que en el pedido inicial todo va bien y en el siguiente, aunque pidas lo mismo, no llega igual. Además, ahora mismo está todo un poco revuelto: incremento de precios, escasez de materiales, atasco en los transportes… Controlar esas cosas es complicado», resalta. En este sentido, brindan tanto la posibilidad de comercializar Pegaso o de fabricar palas para otras firmas.
«Nos han contactado desde Galicia, Madrid, Barcelona… Lo que más les atrae es que están fabricadas aquí, ya que eso permite tener más control sobre los pedidos».
Pero no solo eso. También han notado un aumento de las reparaciones de material, que hasta ahora era la labor que más clientes les generaba. «Esto siempre va por rachas, pero últimamente sí me ha pasado que, cuando visito los clubes y me ven, me van dando palas para arreglar y me vuelvo a con un montón a casa», destaca.
Gracias a este impulso, el fabricante navarro ya está haciendo pruebas para lanzar nuevos modelos: «Hasta el momento, todas las palas eran de carbono visto, con una pegatina. Ahora queremos ir un paso más allá y dar la opción de crear diseños que nos permitan satisfacer más gustos», concluye.
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