El legado Cajal está a punto de salir del armario.
Pertenencias científicas y documentos históricos de nuestro premio Nobel han permanecido sumergidas durante décadas en los sótanos del Instituto Cajal en Madrid. El Consejo de Ministros ha puesto en marcha un grupo de trabajo liderado por el Ministerio de Ciencia e Innovación para explorar posibilidades de garantizar su proyección y difusión.
Artista, deportista, investigador y docente, alumbró el Laboratorio de Investigaciones Biológicas en cuanto fue reconocido por la comunidad internacional con el premio Moscú en 1900. Ya premiado con el Nobel de Fisiología y Medicina en 1906, fundó la Junta de Ampliación de Estudios transformada en el actual Instituto Cajal. También es parte importante del legado de nuestro héroe crear y liderar espacios para el desarrollo y la conexión de talento y conocimiento.
En el mundo, muchos admiramos a D. Santiago. El pueblo de Petilla de Aragón conserva con cariño su casa natal. Merece la pena visitar su museo y emocionarse con los recuerdos y la energía que late en este rincón tan bonito de Navarra. Me parece acertada y oportuna la propuesta de su alcalde: que nuestro aeropuerto se llame Ramón y Cajal.
Como padre de las neurociencias, al descubrir las redes de neuronas y su forma de aprender sembró la semilla conceptual que también ha permitido desarrollar las ciencias de datos y la inteligencia artificial. Como mejor microbiólogo de su era, puso los cimientos de nuestro ecosistema bioinvestigador. Conectado con la comunidad internacional, fue parte de la vanguardia intelectual que ha catalizado las revoluciones científicas, tecnológicas e industriales de nuestro tiempo.
“Me ilusiona pensar que Ramón y Cajal apoyaría la idea de impulsar en Navarra un ecosistema de emprendimientos con redes neuronales y biología para crear una prosperidad sostenible en Europa”.
Navarra tiene la oportunidad y la responsabilidad de proyectar y difundir el legado Cajal. La Unidad de Innovación Social está ofreciendo su colaboración al grupo de trabajo formado por el Gobierno de España, con la ilusión de que su huella esté aún mas presente en su casa natal, en nuestros museos de ciencias, en nuestra comunidad educativa, en el sistema navarro de innovación, en nuestra cultura emprendedora y en nuestros corazones.
Me ilusiona pensar que Santiago Ramón y Cajal apoyaría hoy la idea de impulsar en Navarra un ecosistema de proyectos empresariales para crear una prosperidad sostenible en Europa y el mundo con redes neuronales y biología. Tenemos la oportunidad de ser un nodo integrado en la red global de regiones líderes. La propuesta es:
- Apostar por la juventud como cantera, cultivándola con valores y capacidades AMETS. Podemos consolidar nuestra relación con contextos de aprendizaje internacional como iGEM y EPIC para que adolescentes de Navarra sean protagonistas de la (bio)revolución.
- Impulsar la bioinnovación en nuestro SINAI, además de seguir apostando por la salud. La oportunidad está en aplicar el conocimiento biológico y digital a la agricultura, la alimentación y la industria. Navarra está presente en el consorcio internacional GPWrite para desarrollar la tecnología que hará posible el diseño y la fabricación de genomas y sistemas vivos complejos. En este sentido, la Cátedra de Biología Sintética de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) puede ser el germen de grupos de investigación que combinen biología con ingeniería y ética para diseñar y construir sistemas biológicos de interés industrial, ambiental y social. La programación de células vivas permite fabricar con precisión atómica funciones y productos útiles para las personas, garantizando la sostenibilidad de nuestro planeta.
- Crear la infraestructura para fabricar prototipos de sistemas vivos, conectando el conocimiento con el emprendimiento y la industria: un laboratorio integrado en la Global Biofoundries Alliance al servicio de investigadores, emprendedores y empresas. Un espacio, además, para acelerar la transformación digital de la biotecnología innovando con las capacidades de nuestra industria 4.0.
- Cultivar un ecosistema de bioemprendimiento reforzando la cultura de la cooperación regional e internacional.
Ojalá que nuestra red de centros asistenciales en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O) pudiera llamarse Ramón y Cajal. Y ojalá fuera capaz de innovar y transformarse para dar el mejor servicio posible a la ciudadanía. Ojalá también en la agenda política estuviera imaginar y construir un sistema de Salud Pública en Europa. Podría ser, quizás, una nueva oportunidad de construir un espacio de convivencia y libertad para la humanidad, un sueño a la altura del legado Cajal.
Juanjo Rubio
Ingeniero biomédico y director de la Unidad de Innovación Social de Navarra