“Aunque estamos en la sexta ola, creo que la gente no tiene tanto miedo como el año pasado y está más despreocupada, con ganas de hacer cosas”. Es la sensación que dejó el pasado puente de diciembre a María Ángeles Ezquer, presidenta de la Federación de Turismo Rural de Navarra, tras analizar los altos datos de ocupación registrados durante esos días en los alojamientos pirenaicos.
La apertura del Centro de Esquí Nórdico Larra-Belagua, el pasado día 3, ayudó a que muchas personas eligiesen dedicar sus vacaciones del puente de la Constitución a disfrutar de la estación navarra, a pesar de que esta solo pudo abrir sus pistas de La Mata de Haya debido a las fuertes nevadas acaecidas en fechas anteriores.
En un principio, se colgó el cartel de “completo” en los alojamientos del valle de Roncal. Pero el temporal que acompañó a esos días festivos y el incremento de la incidencia de casos de Covid-19 durante este último mes hizo que la ocupación bajase a un 80 %: “Hubo bastantes anulaciones de última hora. El miércoles, con todas las alertas de lluvias, mermó el índice de ocupación. También repercutió el hecho de que la carretera estaba cerrada por riesgo de aludes”.
Aun así, el comienzo de esta temporada está siendo mucho más positivo que la anterior para los negocios del Pirineo navarro. “El año pasado no hubo casi nada, ni un 20 %. Y se tuvo que esquiar con mascarilla. Este año, en el exterior y sin aglomeraciones, creo que va a ser mucho más fácil y cómoda para los esquiadores”, indica Ezquer.
“En fin de año, probablemente esté todo completo. Y el día 24 también se espera bastante afluencia. Ambos caen en fin de semana y esto nos favorece”.
La también presidenta de la Asociación de Casas Rurales y Alojamientos del Valle de Roncal se muestra optimista, aunque cauta, respecto a la campaña de Navidad. De hecho, espera una ocupación del 100 % en algunos días, sin olvidar que las cifras dependerán también de cómo evolucione la pandemia: “En fin de año, probablemente esté todo completo. Y el día 24 también se espera bastante afluencia. Ambos días caen en fin de semana y eso nos favorece. La semana entre Nochebuena y Nochevieja es la más potente. Hay que tener en cuenta que estos datos pueden fluctuar por la incidencia…”.
Isaba es el pueblo más demandado por los turistas. “Es el más grande, con más servicios y el más cercano a la estación. Suele llenarse el primero”, concreta. Pero el resto de las casas rurales y alojamientos de los alrededores también se suelen ocupar rápido: “Todos están adaptados para dar servicio a los clientes que buscan este tipo de ocio deportivo”.
En temporada alta, se suelen generar bastantes puestos de trabajo en la zona. También con la campaña de esquí escolar. “Es de lunes a viernes y moverá a unas 125 personas en el valle, contando con los propietarios de los hospedajes. Se trabaja con personal fijo y, para los meses de mayor ocupación, se contratan alrededor de quince personas más”, aclara Ezquer.
REAPERTURA DE LA FRONTERA
Por otro lado, el viernes llegó la noticia más esperada por los vecinos de los valles afectados. El ministro del Interior francés, Christophe Castaner, anunció la reapertura de las fronteras en el puerto de Larrau (en el valle de Salazar) y el puerto de Belagua.
El nuevo decreto entró en vigor este sábado 18 de diciembre y se espera que las carreteras puedan utilizarse en los próximos días, tras realizar labores de limpieza con el fin de adecuarlas y quitar la nieve acumulada. El cierre, vigente desde enero, tuvo un impacto directo en el turismo derivado del esquí de fondo en los pueblos roncaleses: “Esta alarma nos estaba afectando mucho porque, en materia de ocupación, también hay gente que viene a alojarse con el fin de hacer esquí alpino en Francia, no solo de fondo en Navarra. Se estaba intentando resolver desde Arette y este avance es una gran noticia para nosotros”.
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