viernes, 29 marzo 2024

“En mi último reto, ingerí 20.000 calorías en 25 horas”

Pablo Fernández es un reconocido nadador de aguas abiertas, un exitoso emprendedor y un filántropo convencido. Se ha zambullido en todos los océanos del mundo y, brazada a brazada, ha conectado lugares que nadie había cruzado jamás. Hace 33 años se lanzó al agua y ya ha batido diez récords Guinness. En 2016, además, se sumergió en su mayor aventura laboral: la creación de Clicars, pujante empresa 'online' de compraventa de coches. Y no solo eso, tras haberse convertido en su día en el vicepresidente ejecutivo más joven del Banco Santander, hoy es el mayor accionista de la firma navarra The Gravity Wave, con la que comparte su pasión por limpiar el mar de plástico, y apoya económicamente a un total de cuarenta empresas como 'business angel'.


Pamplona - 20 diciembre, 2021 - 06:00

Pablo Fernández participa en las jornadas de limpieza de plásticos en el mar con la empresa navarra 'The Gravity Wave'. (Fotos: cedidas)

Doce horas, veintiún minutos y catorce segundos. Ese es el tiempo que Pablo Férnandez tardó en batir el récord Guinness de velocidad de 100 kilómetros nadando en aguas abiertas. Esta vez no encontró la compañía de los temibles tiburones. Pero otro peligro para los océanos le rondó durante su ardua travesía: el plástico: “Con mis retos intento crear conciencia y recaudar fondos para luchar por causas sociales y medioambientales”.

Fernández es un emprendedor. Además de lanzarse en el mundo de los negocios como cofundador de la startup Clicars, que se dedica a la compra-venta online de coches, también se tiró al agua no solo para mejorar sus propias marcas, sino para intentar mejorar el planeta. De hecho, financia a otras compañías con el fin de fomentar el empleo. Hoy es mecenas de cuarenta y suele incidir en aquellas que comparten sus valores. Por eso, precisamente, se fijó en la startup navarra The Gravity Wave, de la que es su máximo accionista y este medio ya ha publicado numerosos hitos. Aparte de darle apoyo económico, este nadador madrileño la respalda en materia de imagen y colabora en las recolecciones de plástico que promueve la firma en el mar.

1. Primero quiso ser futbolista, pero un problema de crecimiento le hizo descubrir la natación…
Sí, mi padre jugó en Segunda B hasta los 20 años. En aquella época, no se podía vivir del fútbol, así que trabajó cómo mecánico en Iberia pero nos inculcó el amor por el deporte, la naturaleza, el futbol… Yo empecé a jugar, pero con siete años me diagnosticaron un problema de la hormona del crecimiento y me recomendaron parar con el fútbol y que me pusiese a nadar. Entonces descubrí que genéticamente estaba muy dotado para la natación. Aprendí bien la técnica y, aunque nunca era el más rápido, siempre era el más resistente. De ahí mi amor por la natación de larga distancia, gracias a la que he conseguido diez récords del mundo.

2. ¿Qué le aporta este deporte?
En general todos los deportes te enseñan la motivación para superarte y mejorar. La natación es muy técnica y lo que me motiva es bajar pulsaciones, aumentar velocidad… Esa parte de mejora continua. Luego me balancea mi otra parte de mi vida profesional. Como empresario tienes mucho estrés, muchas responsabilidades y  muchas decisiones difíciles. Me ayuda a desconectar. Ese momento de nadar hace que me olvide de todo, y ese mismo afán de mejora en el deporte lo aplico en la empresa

3. ¿Podría vivir solo de la natación o solo de la empresa?
No. Si no hiciera una de las dos cosas, estaría todo el día pensando en natación o todo el día pensando en la empresa.

4. ¿Cómo compagina el mundo profesional con el deporte en su día a día?
Durmiendo un poco menos. Duermo de media entre cinco y seis horas, que no es lo ideal. Pero es la única fórmula que he sacado para conseguir hacerlo. Me levanto a las cinco y cuarto o así, hago meditación, desayuno y a las seis ya estoy en la piscina. Nado entre diez y quince kilómetros, que son dos o tres horas todos los días.  A las nueve empieza mi jornada de trabajo normal y, después, hago entrenamiento en seco con un entrenador personal. Además, una vez a la semana intento hacer una tirada larga de natación o bicicleta para hacer algo mas de cardio. Forma parte de mi rutina y lo tengo muy asimilado.

5. ¿Un ídolo?
Michael Phelps es mi mayor referente. Me alucinó cuando leí que, entre 2004 y 2008, entrenó todos los días del año para preparar los juegos de Pekín. Aunque estuviese enfermo o fatigado, cada día entrenaba. Esto no es recomendable, pero es un tema de mentalidad, de construir resiliencia. A mí eso me ayuda a seguir los días en que estoy enfermo o tengo frio. Luego, cuando estás nadando las veinticuatro horas del día cientos de kilómetros y quieres abandonar porque tienes mucho dolor, te acuerdas de esos momentos tan duros y sigues… porque lo has estado construyendo durante muchos años. También es aplicable al mundo laboral.

6. Un momento que le haya marcado…
No fue el más difícil, pero sí el mas especial para mí. Era mayo de 2020, en medio del confinamiento. Acababa de pasar el Covid-19 un mes antes y decidí nadar veinticinco horas seguidas en una piscina infinita. No había entrenado nada. Es más, no podía ni ponerme encima de la bici. Pero quise batir este récord, por un lado, para inspirar a otros deportistas y, por otro, para recaudar fondos destinados a quienes no tenían ayudas en ese momento tan complicado. Se siguió mucho por Instagram, YouTube… Y conseguimos mas de 20.000 euros que dimos a Cruz Roja. Creo que fue lo más especial por el momento que vivíamos. Para mí es el más bonito.

“En Madrid no hay ninguna piscina que abra a las seis de la mañana, así que me la puse en mi propia empresa. Nado todos los días entre dos y tres horas”.

7. Todo esto, en su propia piscina, situada en el interior de Clicars….
Sí. En Madrid no hay ninguna piscina que abra a las seis de la mañana. Así que me la puse en mi propia empresa. Ahí la tengo, en medio. Dispongo de ocho cámaras, un software de visualización para ver cómo nado y las pulsaciones… Esto fue uno de los motivos que me llevó a realizar el reto del confinamiento. Pensé: “Ya que tengo esta suerte, debo aprovechar y hacer algo para ayudar”.

8. ¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la empresa?
Con veintiún años, en mi último año de carrera, emprendí mi primer negocio. Era una consultora online. Fracasé porque intenté compaginarlo con los estudios. Y, además, cometí muchos errores por no escuchar al cliente. Me quedé con esa espina clavada de no haber tenido éxito como emprendedor joven, pero luego mi vida fue por el mundo mas tradicional. Tuve una carrera de diez años, trabajé en la consultoría estratégica The Boston Colsulting Group, después me fui a Estados Unidos e hice un máster en la Escuela de Negocios de Harvard… Y, tras finalizarlo, trabajé en estrategia del Banco Santander como responsable en Nueva York y Boston. Fui el vicepresidente ejecutivo más joven de este banco.

9. Y llegó el momento de apostar por su startup, Clicars…
Con 34 años estaba justo donde quería estar a nivel profesional, pero tenia una ahí esa espinita. Muchos amigos cercanos estaban montando cosas muy chulas y me acordé de ese Pablo de veintiún años cuando estaba acabando la carrera… Pensé: “Ahora, con todo lo que he aprendido y mis contactos, es el momento de volver a intentarlo”. Me asocié con otro amigo, dejamos nuestros trabajos y montamos Clicars. Nació en enero de 2016 y trabajan con nosotros más de seiscientas personas.

10. Empresa que está siendo todo un éxito…
Sí, en el ultimo año hemos facturado 207 millones de euros, triplicando el año anterior.

11. ¿Se debe en parte a la escasez de stock de vehículos nuevos?
Creo que lo que más nos ha beneficiado es el tema de la digitalización. Ahora, con la pandemia, uno de cada diez coches lo vendió Clicars. Vemos que hay una tendencia al alza de compra digital de vehículos y esto es lo que ha hecho que crezcamos este 117 %. También es cierto que ahora hay una crisis de falta de vehículos y esto está haciendo que la demanda aumente, los precios se eleven y que la gente vaya a por coches usados, ya que no quiere esperar durante meses. Eso de alguna forma nos beneficia, aunque por otro lado hace que resulte difícil traer más coches.

12. ¿Cuál es su diagnóstico de los problemas que azotan al sector del automóvil? ¿Se envejecerá aún más el parque móvil español?
Lo que está pasando a corto plazo es que las empresas de fabricación de automóviles, por primera vez en la historia, no pueden satisfacer la demanda. Siempre ha habido una superproducción de stock y ahora el problema que hay con los microchips es increíble… El mundo ha sido capaz de conseguir en menos de un año una vacuna contra el Covid-19, pero no ha sido capaz de construir fabricas para hacer microchips…. Ahora se están dando casos de que vas a concesionarios y la gente pide coches con manivela en la ventanilla en vez de automatizarlo para que se lo den más rápido… Y todo porque los chips vienen de China y son seis meses de espera. Esto hace, como comentaba, que se decanten por vehículos ya utilizados.

13. ¿Dónde ve el futuro de este sector? ¿La electrificación avanza como debiera?
Si supiera anticiparlo, me haría rico apretando un botón (risas). A mí me gusta ver los números macro. Ahora mismo, en el planeta tenemos 1.600 millones de coches por 7.800 millones de habitantes. Cada año, se producen 100 millones de vehículos, de los cuales solo tres millones son eléctricos… Es cierto que en Noruega o Suecia son ya el 90 % y en España, entre eléctricos e híbridos, estamos en el 10 %. Creo que hay mucho por hacer. La tendencia es inevitable, pero lo difícil es poner el timing de cambio para el parque móvil.

14. Además, su otra empresa consiste en apoyar a nuevas compañías…
Parte del dinero que he ganado en esta empresa lo he reinvertido en cuarenta compañías. Estoy muy activo como business angel. Porque algunas de estas empresas, y esto es lo que me hace mucha ilusión, son sociales. Está bien crear empleo, pero a mí me gustan mucho las compañías que usan sus formatos para cambiar el mundo. Soy el mayor accionista de una asociación de acompañamiento a mayores o de The Gravity Wave, fundada por dos hermanos navarros, Amaia y Julen Rodríguez, que ofrecen proyectos de RSC a las empresas y, con lo que recaudan, recogen toneladas de plástico de los océanos. Con estas iniciativas, demuestras que con una empresa se puede cambiar el mundo.

Además de Clicars, Pablo Fernández apoya a cuarenta empresas.

Además de Clicars, Pablo Fernández apoya a cuarenta empresas.

15. También lucha por causas sociales a través de sus récords como nadador..
A parte de los récords Guinness, tengo otras marcas. Por ejemplo, ser la primera persona en unir lugares nadando, cruzar las aguas de ciertos países o atravesar estrechos que todavía nadie ha surcado a nado. Buscaba en Google estos datos y allí me iba. Son cosas que hago porque me apetece y, también, porque todos mis retos de natación están dirigidos a causas sociales. Decidí donar parte de lo que he ganado como empresario a proyectos solidarios de los sitios donde nado. Llevo donados más de 100.000 euros en diferentes causas sociales. Por ejemplo en África, en escuelas del Congo… Y, en mi último reto, recaudé 57.000 euros para limpiar toneladas de plástico… Mi primer récord del mundo fue con la Federación Internacional de Natación hace doce años, en 2010. Crucé de Islas Vírgenes a Puerto Rico. Fui la primera persona que unió estos dos lugares nadando. También fui la primera en cruzar el río Congo, el río Gambia…

“Las nuevas generaciones, quieren emprender pero no solo para hacerse ricos, sino para tener un impacto social desde la actividad empresarial”.

16. ¿Cómo ve a las nuevas generaciones: reman a favor o a contracorriente?
Las nuevas generaciones, las que nacieron del 95 en adelante, quieren emprender pero no solo para hacerse ricos, sino para tener un impacto social desde la actividad empresarial. Y eso me gusta mucho. Lo veo en Clicars cuando hacemos entrevistas. Contratamos a más de cien personas todos los meses y la mayoría son gente muy joven. Te hacen preguntas en la propia entrevista. Antes, lo normal era preguntar qué garantías de crecimiento tenías, pero ahora las cuestiones están dirigidas a qué hacemos para compensar la huella de carbono, a nivel de voluntariado o de política de igualdad… Digamos que la gente elige empleadores o proyectos alineados con sus principios, alineados cada vez más con el medio ambiente. Y esto antes no lo veías.

17. ¿El reto que mayor satisfacción le ha dejado?
Conseguir la mayor distancia nadada en el océano: 250 kilómetros en veintiséis horas. Era un récord que llevaba diecisiete años sin batirse, la marca estaba en 225 kilómetros y la superé. Para mí era todo un desafío, lo veía como una montaña, casi imposible. Fue desde Miami Beach hasta Orlando. También batí ese mismo día la mayor distancia nadada en veinticuatro horas con 238 kilómetros y, en 2019, los 100 kilómetros mas rápidos en Florida.

18. También se atrevió con grilletes en los pies….
Sí, es un poco curioso. Tengo el récord de cinco kilómetros con cadenas en los pies. Eran los grilletes originales de la cárcel de Alcatraz. Era para demostrar que los internos se podían escapar de la cárcel con los pies encadenados. El agua estaba a trece grados, congelada y, para más inri, el brillo y el ruido de las cadenas es muy atractivo para los tiburones.

19. ¿Ha contabilizado cuántos kilómetros ha podido nadar hasta el día de hoy?
Alguna vez lo he intentado, pero ahora que me lo preguntas… voy tratar de hacerlo. A la semana hago 100 kilómetros, de modo que si multiplicas por las 50 semanas del año te salen 5.000, y por los años que llevo…Seguramente una vuelta al planeta, pero es interesante la pregunta.

20. ¿Cómo se alimenta durante tantas horas dentro del agua?
No es tanto lo que comas antes, sino lo que comas durante. En mi último reto ingerí 20.000 calorías en veinticinco horas. Tenía que tomar unas 700 calorías en 45 segundos, que era el tiempo que paraba cada hora para comer. Hacía una comida de carbohidratos (dos dátiles, un gel y tortitas de arroz ) y otra de grasas (aguacate y aceite de oliva o de coco). Nado a una velocidad de cinco kilómetros por hora, manteniendo este ritmo y sin superar las 140 pulsaciones…. En el último reto, por ejemplo, tomé veinte aguacates y varios litros de aceite de oliva y de coco… Endika Montiel es mi nutricionista y trabajo con él la flexibilidad metabólica con el fin de ser capaz de consumir grasa a altas pulsaciones. La idea es conseguir nadar entre veinticinco y treinta horas seguidas sin echar mano de azúcares en este proceso.

21. ¿Cuándo piensa colgar las aletas?
He investigado y la gente alcanza el pico entre los 30 y 40 años en este tipo de deportes. Yo ahora, con 40 años, estoy en mi pico y me encanta llevar mi cuerpo al límite. Creo que todavía puedo estar al máximo nivel.

Entra aquí para leer más noticias de Capital Sport. 


To Top