La Comisión de Universidad, Innovación y Transformación Digital visitó este miércoles el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA). A instancias de los grupos parlamentarios de UPN, PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, los parlamentarios y parlamentarias que se desplazaron a la sede de este centro tecnológico ubicado en San Adrián fueron Ángel Ansa (UPN), Kevin Lucero (PSN), Laura Aznal (EH Bildu), María Solana (Geroa Bai), Irene Royo (PPN), Daniel López (Contigo-Zurekin) y Maite Nosti (Vox).
Dividida en dos partes, la visita comenzó con una reunión en la que Héctor Barbarin, director general de CNTA, y Clemente Bea, director general adjunto, presentaron el contexto de la situación actual de su entidad y los desafíos que tiene por delante el sector de la industria agroalimentaria.
CNTA, asociación sin ánimo de lucro que nació en 1981 bajo la denominación Laboratorio del Ebro, pasó a tener su actual denominación en 2003 y extendió sus servicios y capacidades más allá del ámbito de la industria conservera, llegando a todos los subsectores de la industria agroalimentaria. Destaca también la creación de Eatex Food Innovation Hub en 2022, que fue objeto de una visita de la comisión hace unas semanas.
El último gran paso en la historia del centro fue la integración con FUDin, centro tecnológico riojano, materializada en diciembre de 2023. Esta fusión, única a nivel nacional, aúna dos entidades pertenecientes a comunidades autónomas diferentes (Navarra y La Rioja) con el objetivo de sumar capacidades, conocimiento y talento, y convertirse en el principal centro tecnológico privado del sector agroalimentario en España.
Tras la integración de CNTA y FUDin, la entidad cuenta con seis centros de trabajo: San Adrián, Alesón, Calahorra, Logroño, Pamplona y Madrid. Actualmente trabajan en CNTA más de 250 profesionales y son alrededor de 500 las empresas asociadas a la entidad. Para 2030 prevé alcanzar los 30 millones de ingresos e inversiones y acercarse a 300 personas en plantilla.
Héctor Barbarin: “Tan importante como el volumen de financiación desde las Administraciones es la longitud del plazo en el que se otorgan, ya que permite la continuidad de proyectos”
Héctor Barbarin desgranó las diferentes vías de trabajo que se centran en las nuevas fuentes de ingredientes, el desarrollo de producto, los procesos y el envasado sostenibles, las nuevas estrategias y tecnologías de conservación, la biotecnología alimentaria y la caracterización avanzada de alimentos. En este sentido, calificó CTNA como “un buen ejemplo de colaboración público-privado, consolidado a lo largo del tiempo y con gobiernos políticos de diferentes ideologías. La relación ha sido siempre muy fluida y de mutua confianza”.
A preguntas de los parlamentarios y parlamentarias, según informó la Cámara foral, Barbarin cuantificó “cuál es la dependencia de esta iniciativa de los fondos públicos”: “Si antes se situaba en un 80 % de capital privado y un 20 % de recursos públicos, el Plan Complementario Agroalnext ha aumentado el peso del sector público, que ahora estaría en un 35 %. Está cerca de la cifra ideal de un tercio”.
A la vez, Barbarin destacó que “tan importante como el volumen de financiación desde las Administraciones es la longitud del plazo en el que se otorgan, ya que permite la continuidad de proyectos, incluso personales de retención del talento”.
Ahondando en el papel de la Administración, Bea señaló que “es clave para el desarrollo de las industrias del sector agroalimentario, generando infraestructuras, facilitando el uso racional de recursos como el agua o promoviendo, por ejemplo, concentraciones parcelarias”.
Como meta, “transferir conocimiento y talento a la industria, y de ahí, al mercado”. Conviene “cambiar el modelo de subvenciones por otros que primen la innovación, donde las empresas planteen retos, los centros tecnológicos ofrezcan soluciones y las compañías los remuneren e incorporen a sus procesos productivos”, enfatizó el director general adjunto.
SUBPRODUCTOS AGROALIMENTARIOS
En la segunda parte de la visita, los parlamentarios y parlamentarias recorrieron las instalaciones, acompañados por Inés Echeverría, directora de I+D+i. Allí pudieron conocer de primera mano la aplicación práctica de su trabajo con ejemplos de subproductos de la industria agroalimentaria y de los compuestos bioactivos que se obtienen de los mismos, de proteína microbiana obtenida a partir de fermentación y de alimentos desarrollados para personas con disfagia, entre otros.
También asistieron in situ a casos reales de aplicación de tecnologías de visión y análisis de datos avanzados e Inteligencia Artificial (IA), orientados a la mejora competitiva de las empresas agroalimentarias.
En concreto, el personal del laboratorio de Calidad y Seguridad Alimentaria 4.0 les mostró cómo gracias a la tecnología hiperespectral se puede determinar variedades de almendra como marcona o largueta, además de la posibilidad de identificar de forma inmediata unidades de almendra amarga con amigdalina. También les sirve para confirmar la autenticidad de productos amparados por un sello de IGP (Indicación Geográfica Protegida), evitando así el fraude.